Por primera vez en este siglo, la mortalidad infantil global antes de los cinco años aumentará, según un informe publicado el 3 de diciembre de 2025 por la Fundación Gates. El documento atribuye este cambio de tendencia a los recortes en la asistencia internacional para la salud, una situación que amenaza con revertir décadas de avances y pone en riesgo la vida de millones de niños en países en desarrollo.
Descenso histórico y cambio de tendencia
Desde 1990, la mortalidad infantil ha disminuido de manera constante gracias a la expansión de vacunas, medicamentos, mejoras en la nutrición y un mayor acceso a la atención médica para madres y niños pequeños. Este progreso, impulsado en gran parte por la cooperación internacional y la inversión en salud pública, permitió salvar millones de vidas en todo el mundo.
El informe de la Fundación Gates advierte que esta tendencia positiva está a punto de revertirse. En 2024, murieron 4,6 millones de niños menores de cinco años. Para 2025, la proyección es de 4,8 millones, lo que representa un incremento de más de 200.000 muertes infantiles en un solo año.
El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) estima que, si los recortes en la financiación global para la salud se mantienen en un 20 %, podrían morir 12 millones de niños adicionales hasta 2045. Si la reducción alcanza el 30 % de manera permanente, la cifra podría llegar a 16 millones.
Clima, conflictos y sistemas de salud debilitados
A los recortes en la ayuda internacional se suman otros factores que contribuyen al aumento de la mortalidad infantil. Brooke Nichols, profesora de salud global en la Universidad de Boston, explicó a Newsweek que las sequías e inundaciones provocadas por el cambio climático agravan la inseguridad alimentaria, dejando a los niños especialmente expuestos a la desnutrición aguda.
Nichols también advirtió que los conflictos en regiones como Gaza y Sudán generan muertes directas y empujan a comunidades enteras hacia la hambruna. Además, el desmantelamiento de sistemas de salud incrementa el riesgo de muertes infantiles evitables.
Consecuencias a largo plazo y riesgos para la salud global
Las proyecciones del IHME indican que, de mantenerse la tendencia actual, el mundo podría enfrentar entre 12 y 16 millones de muertes infantiles adicionales hasta 2045. Este retroceso no solo representa una tragedia humanitaria, sino que también amenaza la estabilidad regional y global, al debilitar los sistemas de salud y aumentar la vulnerabilidad de las poblaciones más pobres.
Weiss subrayó en Newsweek que los programas basados en evidencia han salvado millones de vidas y que el aprendizaje acumulado permite mejorar continuamente su implementación. Sin embargo, advirtió que la reducción de fondos y la falta de apoyo internacional ponen en peligro estos logros.
Inversión en atención primaria, vacunación e innovación
El informe de la Fundación Gates hace un llamado a invertir en intervenciones de alto impacto, como la atención primaria y la inmunización rutinaria. Según el documento, destinar menos de USD 100 por persona al año en sistemas de salud primaria podría prevenir hasta el 90 % de las muertes infantiles. Además, cada dólar invertido en vacunas genera USD 54 en beneficios económicos y sociales.
La Fundación Gates también destaca la importancia de desarrollar vacunas de nueva generación contra enfermedades como la malaria y la neumonía. Una vacuna para el virus respiratorio sincitial y la neumonía podría salvar 3,4 millones de niños, mientras que la innovación en la lucha contra la malaria podría evitar otras 5,7 millones de muertes infantiles. Actualmente, las enfermedades transmitidas por mosquitos causan la muerte de más de 400.000 niños menores de cinco años cada año, pero la fundación sostiene que los avances científicos podrían erradicar la malaria para 2040.
Advertencias y llamados a la acción
Diversos especialistas consultados por Newsweek coincidieron en la urgencia de restaurar y aumentar la inversión en salud infantil global. Bill Gates, presidente de la Fundación Gates y autor del informe, escribió: “Podríamos ser la generación con acceso a la ciencia y la innovación más avanzadas de la historia, pero incapaz de reunir los fondos necesarios para salvar vidas. Si establecemos las prioridades y compromisos correctos, y apostamos por soluciones de alto impacto, confío en que podemos evitar un retroceso significativo en las muertes infantiles y asegurar que millones más de niños sobrevivan en 2045”.
Nichols insistió en la necesidad de que los gobiernos, especialmente de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países de altos ingresos, asuman su responsabilidad y llenen los vacíos de financiación. “Restaurar y ampliar la asistencia internacional, estabilizar los sistemas alimentarios y apoyar la salud en regiones en crisis es fundamental, tanto para los afectados como para la estabilidad global”, afirmó.
Michael VanRooyen, director de la Iniciativa Humanitaria de Harvard, señaló a Newsweek que el aumento de muertes infantiles es consecuencia directa de la caída de la ayuda internacional, los conflictos y el retroceso en la vacunación. “Cuando el apoyo de los donantes disminuye, los sistemas de salud no pueden absorber el impacto y los niños mueren”, advirtió. Chris Beyrer, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Duke, calificó los hallazgos del informe como “trágicos, pero no sorprendentes”. Destacó la importancia de restaurar la financiación de programas vitales y continuar con la inmunización infantil y otras intervenciones de salud pública que han demostrado salvar vidas.