La luna de Júpiter, Europa, un cuerpo celeste que ha fascinado a la comunidad científica por albergar potencialmente un océano subterráneo capaz de sustentar vida, se encuentra en el foco de recientes investigaciones que han revelado datos sorprendentes sobre su capacidad para generar oxígeno. Según un estudio publicado en la revista Nature Astronomy, y utilizando datos recolectados por la misión Juno de la NASA, se ha determinado que ella produce cerca de mil toneladas del gas cada 24 horas.
Si bien la cantidad de oxígeno es insuficiente para sostener ambientes habitables como los terrestres, revoluciona las expectativas sobre las condiciones para la vida fuera de nuestro planeta.
The New York Times señaló que los investigadores, dirigidos por Jamey Szalay, de la Universidad de Princeton, descubrieron que la superficie helada de esta luna registra una producción de oxígeno de aproximadamente 13 a 40 kilogramos por segundo, lo que representa una cantidad significativamente menor a las estimaciones previas que sugerían más de 907 kilogramos por segundo.
Szalay destacó que, aunque los resultados están “en el extremo inferior de lo que esperábamos”, esto no excluye completamente a Europa como un lugar potencialmente habitable.
CBS News explicó que el origen de este oxígeno se debe a la interacción entre las partículas cargadas del espacio y la corteza helada de esta luna, un proceso que descompone el agua congelada en moléculas de hidrógeno y oxígeno. “La capa de hielo es como el pulmón de Europa”, expresó Szalay, señalando cómo la superficie de Europa protege al océano subterráneo de la radiación nociva, mientras permite esta “respiración” química.
Sin embargo, a pesar de la existencia de oxígeno, Europa presenta condiciones extremadamente hostiles para los humanos, en parte debido a la intensa radiación en la superficie de la luna, donde, según estimaciones, “un astronauta con traje espacial no podría sobrevivir más de un día”, apunta Szalay. Este hallazgo recalca la complejidad de la exploración humana en entornos extraterrestres.
La misión Juno, que partió en 2011 y ha estado orbitando Júpiter desde 2016, ha sido clave para obtener estos datos reveladores. La sonda espacial pudo medir directamente la composición de las partículas cargadas procedentes de la atmósfera de Europa durante un sobrevuelo en 2022.
“Juno trajo una nueva capacidad para medir directamente la composición de las partículas cargadas que se desprenden de la atmósfera de Europa”, afirmó Szalay. Este descubrimiento abre nuevas interrogantes sobre la dinámica entre la superficie helada de esta luna y su océano subterráneo, potentemente habitable.
El equipo de investigación también hizo énfasis en que, aunque se ha podido estimar la cantidad de oxígeno producido, queda por determinar cuánto de este oxígeno realmente penetra el hielo y llega al océano debajo, “un importante rompecabezas en el aprendizaje sobre la luna como un sistema”, según Carl Schmidt, científico planetario de la Universidad de Boston. Este enigma aún persiste y resalta la necesidad de futuras misiones espaciales dirigidas específicamente a estudiar el cuerpo celeste con mayor detalle.
A la luz de estos descubrimientos, la NASA tiene planeado lanzar la misión Europa Clipper en octubre de 2024 para realizar un reconocimiento detallado de Europa y investigar si la luna helada podría albergar condiciones adecuadas para la vida.
Mientras tanto, científicos como Szalay esperan ansiosamente desentrañar más secretos de Europa a partir de los datos recogidos por Juno, anticipando que “esto es solo la punta del iceberg. Durante muchos años, vamos a estar escarbando en solo este sobrevuelo para encontrar todos los tesoros”.
(Con información de CBS News y The New York Times)