El pueblo con más de mil años de historia que es de los más bonitos de Francia

Situado al sur del país, combina su rica historia y tradición con un estilo moderno, y alberga uno de los museos más importantes fuera de París y distintas joyas arquitectónicas

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Cinco de los pueblos más bonitos de Francia en la frontera con España, según ‘National Geographic’.

Tiene más de mil años de historia, pero de Montpellier destaca su apariencia juvenil. A ello se une el sol del sur de Francia que es su gran seña de identidad y lo convierte en un destino ideal para la primavera y, sobre todo, el verano. Su estilo bohemio, el sinfín de museos que la componen, el arte callejero que se puede disfrutar, las plazas que esconde y otros muchos encantos, hacen que esta ciudad sea una de las más bonitas del país y un lugar de visita obligada para los españoles.

Además de por los monumentos que alberga, Montpellier se caracteriza por ser algo similar a una rayuela en la que es posible desplazarse cómodamente en tranvía. De hecho, es el mejor medio de transporte para recorrer la ciudad y uno de los elementos más significativos, hasta el punto de que es el gran protagonista de muchas de las postales. Por ello, no hay excusas para que los turistas que la visitan no descubran hasta el último rincón.

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Con una gastronomía espectacular, que gira en torno al vino, las aceitunas locales, las ostras, los grisettes (pequeños dulces redondos de miel y regaliz) y las tielles (patas de pulpo especiadas), y con tiendas de lo más variadas, la vida sacude cada espacio de Montpellier. Además de su ambiente, entre lo tradicional y lo moderno, hay que tener en cuenta que esta ciudad también puede ser un perfecto destino playero: a apenas 15 minutos, se encuentra Palavas-les-Flots, un precioso universo de arena fina. Y esto no es todo: a casi 10 kilómetros, en Villeneuve-lès-Maguelone, hay una playa salvaje.

Montpellier y su centro histórico en forma de escudo

Montpellier combina tradición con modernidad. (Shutterstock)
Montpellier combina tradición con modernidad. (Shutterstock)

En Montpellier, el centro histórico es conocido como Écusson, debido a su particular forma que recuerda a un escudo y a que está delimitada por los bulevares que ocupan el perímetro de las antiguas murallas. Este lugar se extiende desde la Place Royale du Peyrou hasta la Place de la Comédie, la plaza más popular de la ciudad.

Los tranvías que circulan por Montpellier no pueden acceder a las estrechas callejuelas del Écusson, lo que le da un carácter único a esta parte de la ciudad. En la Place Royale du Peyrou, los domingos se celebra un mercado de antigüedades junto al acueducto Saint-Clément. Además de sus plazas y calles medievales, alberga la Facultad de Medicina más antigua de Occidente cuyo edificio es una joya arquitectónica que eclipsa a la cercana Catedral Saint-Pierre.

La vida comercial y cultural en Écusson es vibrante. Destacan la Rue Foch, la calle de l’Argenterie y la calle de Valfère, donde se pueden encontrar librerías, panaderías, tiendas de diseño, cafeterías temáticas, vinilos y luthiers. Entre los lugares más insólitos está la Pomme de Reinette, una tienda de juguetes de todas las épocas que se ha convertido en una institución con más de medio siglo de historia.

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Una ciudad medieval con arquitectura contemporánea

La Place de la Comédie es la más popular de Montpellier. (Shutterstock)
La Place de la Comédie es la más popular de Montpellier. (Shutterstock)

Montpellier ha consolidado su relación con la arquitectura contemporánea desde 1977, cuando el arquitecto Ricardo Bofill recibió el encargo de diseñar un nuevo barrio. Así surgió la Antigone, un espacio monumental y neoclásico que incluye réplicas de esculturas grecorromanas y fue inaugurado por el entonces presidente François Mitterrand.

La evolución arquitectónica de Montpellier no se detuvo en Antigone. En Port Marianne, siguiendo la ribera del río Lez, se ha desarrollado una nueva área urbana donde destaca el edificio del ayuntamiento, diseñado por Jean Nouvel en color azul, emulando una visión futurista comparable al Arco de Triunfo de Peyrou. Este nuevo distrito es conocido por sus innovaciones en diseño y sostenibilidad.

El barrio de Jacques Coeur en Port Marianne cuenta con algunas de las obras más destacadas de arquitectos internacionales. Philippe Starck contribuyó con Le Nuage, un edificio con un cerramiento plástico que se ilumina por la noche. Enfrente, se encuentra el RBC DesignCenter, el showroom de diseño de Jean Nouvel. Otras construcciones relevantes incluyen la escuela Georges-Frêche de hostelería, con su diseño geométrico único a cargo de Massimiliano y Doriana Fuksas, y La Mantilla del arquitecto Jacques Ferrier.

La última joya arquitectónica de Montpellier es la torre-árbol creada por el equipo de arquitectos formado por Sou Fujimoto, Nicolas Laisné, Dimitri Roussel y OXO Architectes. Su fachada, llena de balcones colgantes, ofrece un espectáculo visual único y representa el compromiso de la ciudad con la innovación y el diseño vanguardista.

La ciudad con uno de los museos más importantes de Francia

La diversidad y riqueza artística de Montpellier se evidencia con el Musée Fabre, el epicentro de su oferta museística. Fundado a principios del siglo XIX, este museo es uno de los más notables de Francia fuera de París: tiene obras de artistas de renombre como Bourdon, Cabanel, Fabre, Brueghel, Rubens y Monet. Además, cuenta con una destacada colección de obras de Pierre Soulages, considerado el artista francés más cotizado de su tiempo.

El MOCO - Hôtel des collections también es un punto central en la escena artística de Montpellier. Este modelo único en el mundo se presenta como un ecosistema de arte contemporáneo, englobando desde exposiciones hasta la formación de jóvenes artistas. Por otro lado, La Panacée es un espacio urbano multifuncional que ofrece exposiciones temporales y servicio de restaurante en su patio.

Además del Musée Fabre, Carré St. Anne, una antigua iglesia neogótica transformada en espacio para el arte contemporáneo, y más de 20 galerías de arte complementan la oferta cultural de la ciudad. También se encuentran lugares dedicados a cine y fotografía, como el Pavillon Populaire.

Montpellier ha emergido como un referente en el arte urbano del sur de Francia, con artistas como Zest, Smole, Gum, Noon, Sidka, Mr BMX, Koralie y Little Madi. Las obras del grupo Mad Art adornan lugares como el Écusson, frente a la iglesia Saint-Roch, y la ribera del Verdanson, convertidos en galerías de arte al aire libre. La Oficina de Turismo organiza rutas para mostrar estos murales, valorando así el arte del graffiti.

La Galerie At Down es otro espacio importante, especializado en el arte del spray, donde se pueden apreciar obras de pioneros estadounidenses como Crash, Futura y Mear One, así como de destacados artistas franceses que forman parte de la escena local. Esta galería exhibe el trabajo de autores consagrados y emergentes.

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