Godín, el futbolista que iba para nadador y revolucionó la historia del Atlético: “Lo que pasé me cambió la vida”

El uruguayo, homenajeado en el estadio Metropolitano por su trayectoria, recuerda su paso por el club rojiblanco. “Fueron los mejores años de mi vida tanto a nivel profesional como personal”, asegura

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Godín durante su homenaje en el estadio Metropolitano (Atlético de Madrid).
Godín durante su homenaje en el estadio Metropolitano (Atlético de Madrid).

Las agujas del reloj se detuvieron con la pequeña apuntando a las 19 y el minutero el 03. A las 19:03 -año de fundación del Atlético de Madrid- las luces del auditorio del estadio Metropolitano fueron perdiendo fuerza para dar entrada a un exjugador rojiblanco que brilló con luz propia sobre el terreno de juego y lo hace ahora lejos de él. Diego Godín, homenajeado por la Unión Internacional de Peñas del Atlético, entró ataviado con los colores rojiblancos al cuello y su perenne sonrisa. Sus pupilas no se habían dilatado cuando los 400 presentes rompieron a aplaudir al grito “Diego Godín” y ese “Uruguayo” que tanto deseaba que le cantaran desde el primer día.

Es la forma de saludar de la afición del Atlético a uno de los suyos, una leyenda del club. El futbolista que marcó el gol al Barcelona en el Camp Nou que convirtió al Atlético en campeón de Liga 18 años después, el que se dejó los dientes contra el Valencia, el que estando lesionado aguantó sobre el césped y marcó el gol de la remontada ante el Athletic, el capitán sin brazalete de un equipo que cambió la historia moderna del Atlético de Madrid con coraje y corazón. “En el Atlético viví algo diferente para mí, con amigos que son familia, gente que me hizo crecer como persona y futbolista”, arranca diciendo con la voz encogida por los recuerdos que se proyectaban en la pantalla del auditorio y en su mente.

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De Rosario a Madrid; de la natación al fútbol

“Lo que me pasó en el Atlético me cambió la vida. Fueron los mejores años en lo deportivo y en lo personal. Me hicieron forjar valores. Por eso creo que se hizo más fácil identificarme y que la gente se sintiera identificada conmigo, más allá de la barrera que siempre significa ganar”. Y de nuevo, todo el auditorio rompe a aplaudir. La platea, llena hasta la bandera de excompañeros a los que se refiere como “hermanos”. Gabi, Koke, Mario Suárez, Moyá, Giménez, Oblak… También Simeone, el Mono Burgos, el Profe Ortega y demás integrantes del cuerpo técnico. También le acompañan su mujer, Sofi, su hija, Pilar, y una nueva integrante de la familia que está en camino.

Godín durante su homenaje en el estadio Metropolitano (Atlético de Madrid).
Godín durante su homenaje en el estadio Metropolitano (Atlético de Madrid).

La pantalla se convierte en una máquina del tiempo que vuela diez años atrás. 17 de mayo de 2014, Camp Nou, aquel gol. “Era una jugada ensayada con el Cholo y el Mono Burgos y en principio el centro tenía que ir un pelín más atrás. Raúl me coordinaba mi marca y la bloqueó y por eso yo remato solo. Es difícil describir lo que sentí. Es un momento de tanta felicidad, que estoy tan lleno por dentro, de alegría, de trabajo, de realidad, de trabajo, de satisfacción. Cambiamos la historia del club, especialmente la reciente. Fuimos una familia, algo que es mucho más sencillo y a la vez no tan fácil en un equipo de fútbol. Y hoy lo siguen sosteniendo amigos que hoy están acá, el míster, y hay que darle la importancia a esto, y sostenerlo, es el éxito del Atlético”.

Con un momento clave: la final de Copa de 2013 ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. El cambio de dinámica que hasta entonces llevaba 14 años teñida de blanco. “Creo que ahí marcamos un antes y un después. Veníamos de 14 años de no ganar un derbi y de no haber ganado dos semanas antes el derbi liguero en el Calderón y ellos habían salido con los suplentes… Fue un cambio de mentalidad, dimos vuelta a una página de la historia, eran muchos años que dolían, sobre todo en la afición”, esgrime sin dejar en el baúl de los recuerdos dos ciudades europeas de innombrables para el aficionado rojiblanco: Lisboa y Milán. “Es parte de nuestra historia, levantarse, caer. No es fácil jugar una final, jugamos dos, no es fácil ganarla, pero nosotros llegamos a dos”, asegura.

Godín también se retrotrae a sus inicios, no sólo como futbolista, sino como nadador. Bajo el agua comenzó el vínculo del uruguayo con el deporte. Logró ser campeón nacional en varis disciplina ostentando récords que hasta hace muy poco “llevaban mi nombre”, reconoce melancólico. Finalmente, se decantó por el fútbol y el resto es historia. Antes de terminar se suben al escenario excompañeros, cuerpo técnico, familiares y amigos de Diego Godín para hacerse la penúltima foto juntos, siempre quedará un último baile. Más ahora que es embajador de la Unión Internacional de Peñas.