Los puertos españoles se salvan de la saturación de coches que sufren sus vecinos europeos

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Sara Muñoz

Madrid, 10 abr (EFECOM).- Los puertos españoles permanecen ajenos a los problemas de acumulación de vehículos que sufren varios de sus vecinos, sobre todo del centro de Europa, y sólo registran concentraciones no significativas en ocasiones muy puntuales, más relacionadas con la actividad exportadora que con la importación.

Según han explicado a EFE fuentes del sector, los puertos más activos en este tipo de tráfico son Valencia, Santander, Vigo y, especialmente, Barcelona, ahora considerado principal 'hub' de entrada de los eléctricos fabricados en China para el sur de Europa y el Mediterráneo.

Estos cuatro se corresponden con los tradicionales puntos de salida de los coches producidos en España, un país profundamente exportador: Vigo sería el puerto estrella de Stellantis; Santander, el de Renault; Valencia, el de Ford, y Barcelona, el de Seat.

Consultados al respeto, desde la patronal de fabricantes Anfac aclaran que no se ha comunicado ninguna situación anómala en el tráfico de vehículos; en la misma línea, el Puerto de Barcelona niega cualquier supuesto problema.

España se salva así del fenómeno, del que se ha hecho eco la prensa británica, que se está reportando en algunos puertos europeos, convertidos en aparcamientos -como el belga de Amberes- por los cuellos de botella logísticos y la ralentización de las ventas, a lo que se añade la ingente oferta de eléctricos chinos.

Los vaivenes que ha sufrido la economía desde 2020 han afectado intensamente a la automoción, pues a la crisis derivada de la covid-19 y su impacto en las cadenas mundiales -logísticas y de semiconductores- se unió después la invasión rusa de Ucrania, que incrementó tanto las tensiones como la incertidumbre geopolítica.

A comienzos de 2023 la creciente recuperación de los suministros y, por ende, la mayor disponibilidad de vehículos nuevos, junto a la falta de camioneros que transportasen estos a los concesionarios, dejó imágenes de puertos, como el de Santander, atestados de coches.

Y es que mientras las fábricas funcionaban a mayor ritmo después de sus limitaciones, las empresas de logística no conseguían adaptarse al aumento de la producción.

Para los tiempos de disponibilidad de un vehículo, la distribución y la logística son determinantes teniendo en cuenta que es una industria globalizada, un relato que, en el caso de España, segundo fabricante europeo, cobra más importancia al quedarse menos del 20 % de los coches que produce.

El resto de los que se venden en el país proceden del exterior, principalmente, hasta hace poco, de Francia, Alemania, Corea del Sur y Estados Unidos.

Sin embargo, la irrupción de los coches chinos ha marcado un antes y un después para esta actividad, máxime después de un 2023 en el que un modelo procedente del país asiático, el MG ZS, consiguió entrar en el 'top 4' de los más vendidos, con 19.818 unidades, al acecho del histórico Toyota Corolla, tercero con 19.845.

Lejos de ser flor de un día, el sector prevé que la penetración de las marcas chinas en Europa, donde entran, precisamente, por la vía marítima, vaya a más, como reconoció el director general de la patronal de la distribución Ganvam, Fernando Miguélez, con motivo de la presentación de perspectivas para este 2024.

Es más, los encuentros con agregados comerciales de aquel país han dejado claro a la industria española que los fabricantes chinos van a poner "mucha carne en el asador" para que la cuota de mercado en el Viejo Continente sea importante.

Sus puntos fuertes son dos, fuertemente relacionados, su tecnología de baterías y un precio de mercado inferior al de los vehículos producidos en otras geografías, lo que convierte a los modelos fabricados en China en candidatos atractivos para los consumidores que quieren electrificar su movilidad.

Por lo pronto, esta misma semana se ha anunciado el desembarco en España de Xpeng, que se unirá a compatriotas como BYD, MG, Geely o Chery, y aspira a estar presente en varios mercados de Europa, Oriente Medio y África.

La entrada del vehículo chino en la Península Ibérica ha tenido su correlato en la actividad de puertos como el de Barcelona.

A tenor de los datos de esta autoridad portuaria, los automóviles, uno de los tráficos con más valor añadido, crecieron un 33,7 % en 2023, hasta las 790.000 unidades, un alza que se extiende a exportaciones, tránsitos, cabotaje y, por encima de todo, importaciones, que batieron el récord de 2017 al llegar a 246.000.

Desde el puerto catalán se atribuye este hecho a la consolidación de una tendencia que empezó en 2022 y que ha convertido a Barcelona en el principal 'hub' de entrada de los vehículos eléctricos fabricados en China para el sur de Europa y el Mediterráneo.

Conforme a sus estadísticas, el 34 % del total de vehículos importados a través del puerto de Barcelona son eléctricos y de éstos, el 92 % proviene de China.

En términos generales, los puertos españoles movieron 3,89 millones de vehículos -incluye tractores, autobuses, turismos, camiones, vehículos especiales, motocicletas y otros- en régimen de mercancía en el último ejercicio, un 19,6 % más.

Por volumen, tras Barcelona se situaron Vigo, con 654.030 unidades, un 37,7 % más, y Valencia, con 642.561, un 6,5 % más.

De la estadística de Puertos del Estado llama la atención el desplome, del 84,7 % (a 128 unidades), en Ferrol-San Cibrao.

Un panorama que podría cambiar tras el acuerdo sellado, a mediados de este febrero, con Arcfox, la marca de eléctricos de gama alta del chino BAIC, que eligió el puerto gallego para abrirse camino en Europa, donde confía en vender este mismo año entre 1.000 y 3.000 vehículos que empezarán a llegar a España en las próximas semanas. EFECOM

smv/ltm