Hurgarse la nariz podría aumentar el riesgo de sufrir Alzheimer, apunta un estudio con ratones

Meter el dedo en la nariz podría facilitar el paso de las bacterias hacia el cerebro

Hurgarse la nariz daña los tejidos internos y facilita el paso de las bacterias (AdobeStock)

Hurgarse la nariz en vez de sonarse los mocos podría tener otra desventaja más allá de lo desagradable del gesto. Un estudio publicado en la revista Scientific Reports señala una relación entre hurgarse la nariz y un aumento del riesgo de demencia que se explica por el daño causado en los tejidos internos de la nariz.

Los tejidos del interior de nuestra nariz tienen varias funciones: una de ellas es la de obstaculizar la entrada de bacterias y gérmenes. Las personas que se meten el dedo en la nariz habitualmente podrían debilitar y deteriorar esos tejidos, facilitando el acceso a las bacterias en su camino hacia el cerebro, donde puede desencadenar respuestas similares a la enfermedad del Alzheimer.

El hallazgo, que tuvo lugar en 2022, despertó el interés de la comunidad científica y fomentó nuevas investigaciones, a pesar de que los experimentos se han realizado exclusivamente en modelos animales. Los autores consideran que estos resultados, aunque todavía preliminares, abren nuevas vías para investigar el origen del Alzheimer, una enfermedad cuyos mecanismos de inicio siguen sin estar claros.

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Una bacteria que sube por la nariz y llega al cerebro

El equipo de investigación de la Universidad Griffith (Australia) ha centrado su atención en la bacteria Chlamydia pneumoniae, responsable de algunas neumonías y cuya presencia ya se había detectado en la mayoría de cerebros afectados por demencia de aparición tardía. En los experimentos, se ha visto que esta bacteria puede ascender por el nervio olfatorio, conectando la cavidad nasal y el cerebro de los ratones. La infección se intensifica si existe daño en el epitelio nasal, es decir, en la fina capa de tejido que recubre el techo de la cavidad nasal.

Esta situación ha provocado en ratones un aumento en la acumulación de la proteína beta-amiloide en sus cerebros, un marcador que también aparece en personas con Alzheimer y que suele formar placas. Además, los investigadores han destacado la rapidez con la que C. pneumoniae coloniza el sistema nervioso central, ya que la infección ha ocurrido entre las primeras 24 y 72 horas.

Aunque aún no se puede asegurar que estos efectos sean idénticos en las personas ni que las placas de beta-amiloide sean la causa directa del Alzheimer, los autores insisten en la necesidad de profundizar en este tipo de líneas de investigación realizándolo en humanos para “confirmar si la vía funciona de la misma manera”, ha afirmado el neurocientífico James St John. “Es una investigación propuesta por muchos, pero aún no completada. Lo que sí sabemos es que estas bacterias están presentes en humanos, aunque no hemos determinado cómo llegan allí”, ha añadido el experto en declaraciones recogidas por ScienceAlert.

La neuróloga Miriam Emil Ortíz ha redactado un curso con una serie de pautas para retrasar la enfermedad del Alzheimer

La incidencia del Alzheimer en España

En España, la enfermedad de Alzheimer afecta aproximadamente a 800.000 personas, según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Es la forma más común de demencia, representando entre el 60% y el 70% de todos los casos de esta condición en nuestro país.

La prevalencia de esta enfermedad neurodegenerativa aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 65 años. Sin embargo, también puede presentarse en individuos más jóvenes, en lo que se conoce como Alzheimer de inicio temprano.

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