Es muy probable que bajo el árbol de Navidad los niños se encuentren este año un teléfono móvil nuevo. La tecnología es uno de los regalos más comunes en España, según el Global Trendex 2024, que indica que al menos un 54% de la población optará por comprar algún dispositivo electrónico apara sus seres queridos, aunque la moda sigue siendo el regalo por excelencia.
Videoconsolas, tabletas y auriculares colman las listas a Papá Noel, pero si hay un regalo cotizado es un smartphone. Pero estos aparatos no vienen sin sus riesgos, recuerdan desde Unicef. Según el informe Infancia, adolescencia y bienestar digital. Una aproximación desde la salud, la convivencia y la responsabilidad social, elaborado por Red.es, UNICEF España, la Universidad de Santiago de Compostela y el Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática, el uso del teléfono móvil está ya generalizado entre menores de edad, sin ser consciente de los peligros que puede acarrear.
“El acceso a pantallas con conexión empieza a una edad muy temprana, y el uso de redes sociales y plataformas de vídeo se consolida antes incluso de la adolescencia”, indican en el estudio. Si este dispositivo era visto antes como una herramienta exclusiva para adultos, ahora está presente en los entornos escolares, familiares y de ocio infantil. A los 10 años, el 41% de niñas, niños y adolescentes dispone ya de un teléfono móvil en propiedad. A los 12 años la cifra asciende al 76%.
Riesgos del entorno digital
De media, los niños españoles reciben su primer teléfono a los 11 años. El 51,6% de los alumnos de Primaria ya tiene un móvil propio, cifra que asciende al 92,8% en la ESO y al 98% en Bachillerato y FP. Un 44,3% lleva el dispositivo al centro educativo a diario, y dentro de este grupo, cerca del 30% lo consulta durante las clases.
El 41,2% duerme casi siempre con el móvil en la habitación, y de ellos, cerca de la mitad lo usa en la madrugada. Este patrón de uso está ligado a la necesidad constante de conexión y puede generar dificultades para limitar el tiempo en línea, así como malestar emocional cuando no se accede al dispositivo. El informe también señala que más de la mitad del alumnado manifiesta la necesidad de desconectar del entorno digital y reconoce que el móvil puede ocupar un papel excesivo en su vida.
“Es muy posible que en estos días se regalen muchos dispositivos tecnológicos. Siendo conscientes de la ilusión que pueden generar, también es algo que debe hacer reflexionar a los adultos”, indica Nacho Guadix, responsable de Educación y Derechos Digitales de Unicef. El experto pide a los tutores legales que se pregunten si es un regalo verdaderamente necesario y, si lo es, hasta dónde están dispuestos a involucrarse en el acompañamiento de su uso. Y es que la falta de normas y límites en el hogar, así como el mal ejemplo por parte de los adultos, duplica los usos problemáticos y las conductas de riesgo asociadas al móvil.
Desde Unicef, recuerdan recuerda que los adolescentes, conscientes de los riesgos digitales, necesitan acompañamiento, herramientas y educación para afrontarlos, e insiste en la necesidad de impulsar la coordinación entre familias, escuelas, administraciones, sector tecnológico, medios, sociedad civil e investigadores para una acción coherente y eficaz, basada en el principio del interés superior del menor.
Para estas fechas, en las que las vacaciones escolares y el mal tiempo pueden derivar en el uso intensivo del teléfono móvil, Guadix recomienda prestar atención y planificar actividades sin conexión digital que permitan un descanso de las pantallas a los niños.