Los temas que Felipe VI se dejó en el tintero en su discurso de Navidad: los incendios, la violencia machista o la guerra en Ucrania

El monarca centró su discurso en los riesgos que amenazan a la convivencia democrática y la necesidad de hacerlos frente con el diálogo

Varios bomberos forestales tratan de extinguir el fuego en Lornís, Galicia. (Carlos Castro / Europa Press)

“Convivencia”. Esta fue la palabra que el rey Felipe VI escogió para su tradicional mensaje navideño. Un discurso centrado en la reivindicación de los logros democráticos y en los riesgos de “una inquietante crisis de confianza” tanto entre la ciudadanía como en las propias instituciones.

El monarca habló del avance de “los extremismos, los radicalismos y los populismos” y enumeró, sin entrar en detalles, otros desafíos que afronta el país en “tiempos ciertamente exigentes”, como el aumento del coste de la vida, el acceso a la vivienda, la velocidad de los avances tecnológicos o los fenómenos climáticos. Desafíos, apuntó, que no se resuelven con “la tensión del debate público”, sino con la voluntad compartida de nuestros políticos. El mismo ejercicio de diálogo, recordó, que ha permitido consolidar la Democracia que se abrió paso 50 años atrás.

Un año más, las palabras del monarca han despertado todo tipo de reacciones en el mundo de la política. Acuerdo desde el PSOE y el PP, que han valorado positivamente los llamamientos del rey, mientras que desde la izquierda, y en especial los partidos independentistas, han afeado un discurso “decepcionante” que no ha ahondado en los principales problemas sociales como la crisis de la vivienda.

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El año del ‘Mee Too’ de la política y de los peores incendios

Entre los principales ausentes ha vuelto a ser la violencia machista, una lacra que, en el año de la IA, ha encontrado en Internet un espacio para crecer. Precisamente 2025 ha sido también especial en este asunto, ya que ha sido el año en el que muchas mujeres se han levantado contra hombres poderosos de la política, desatando un reguero de denuncias contra organizaciones de todo signo político y que han hecho tambalear al propio Gobierno. Otro ‘olvidado’ ha sido la corrupción, el tema que ha marcado la fricción en la política después de salir a la luz tramas como el caso Koldo, los amaños en la Diputación de Almería o las desviaciones de dinero de la DANA por parte de la organización Revuelta.

Felipe VI acostumbra también a apartar de sus discursos a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, quien ha vuelto a la primera línea mediática tras la publicación de sus memorias apenas unos meses atrás. El título que se escogió para el libro fue Reconciliación, pero Juan Carlos I, desde el exilio, sigue siendo una piedra en el zapato para la Casa Real.

El jefe de Estado se ha dejado otros asuntos en el tintero como la grave crisis de los incendios que asolaron la península este caluroso verano, en el peor año de incendios forestales en 30 años con más de 350.000 hectáreas calcinadas.

Ni Ucrania ni Gaza

Felipe VI se dirigió a los españoles desde el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, donde se firmó el tratado por el que ingresamos en las Comunidades Europeas. Un hito que, junto con la Consitución del 78, permitió consolidar nuestros derechos y libertades.

Felipe VI pronuncia su tradicional discurso de Nochebuena

Pero más allá de la simbología que escenificaba en el discurso y de la mención honorífica a aquellos episodios, el monarca no se detuvo a analizar los principales retos que, precisamente, han puesto en jaque la “convivencia” de todos los europeos.

Ejemplo de ello sigue siendo la invasión de Rusia a Ucrania, un conflicto bélico que ha marcado la agenda europea y que ha tenido impacto directo a nivel nacional, tanto económica como políticamente. Tampoco se ha hablado de la crisis humanitaria en Gaza, un asunto que España ha liderado en la comunidad internacional.

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