Un equipo científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha alertado del riesgo creciente de transmisión del virus de la gripe aviar en mamíferos marinos: ballenas y delfines. La advertencia se recoge en un estudio publicado en la revista científica Viruses, que analiza la evolución de este patógeno y su capacidad para infectar a los animales.
El estudio científico analiza por primera vez todos los casos documentados de infección por virus en ballenas y delfines desde la década de 1970 hasta la actualidad. El objetivo es comprender mejor cómo un virus de origen aviar puede adaptarse a nuevas especies y qué riesgos implica este proceso para la fauna marina.
Según el diagnóstico, desde el año 2022 se ha producido un incremento considerable de los casos de infección por el subtipo H5N1 en ballenas y delfines. Este aumento coincide con la actual epidemia animal de gripe aviar, que está afectando a aves silvestres y domésticas, así como a otros mamíferos.
Un caso de ‘spillover’
Los casos detectados se han registrado en distintas zonas del planeta. Hay evidencias en América del Norte, América del Sur, Europa y el Ártico. Entre las especies afectadas se encuentran el delfín mular, el delfín común, la marsopa común y la marsopa espinosa.
A pesar de ello, los análisis realizados indican que, por el momento, no existe evidencia de una transmisión sostenida del virus entre cetáceos. Los investigadores consideran que los casos detectados responden a saltos del virus desde otras especies.
Los estudios coinciden en que estas infecciones son consecuencia de episodios de spillover, es decir, de transmisión de la enfermedad desde aves marinas y, en algunos casos, desde otros mamíferos marinos como las focas o los leones marinos. Estos animales, han sufrido en los últimos años importantes episodios de mortalidad masiva asociados al virus H5N1.
Las especies centinela del mar
Si bien no se han registrado, hasta ahora, mortandades masivas de delfines y ballenas vinculadas directamente a este virus, los autores del estudio subrayan la necesidad de reforzar los programas de control sanitario en fauna marina, especialmente en los mamíferos.
Carolina Johnstone, investigadora del Centro Oceanográfico de Málaga y coautora del trabajo, recuerda que los delfines y las ballenas actúan como especies centinela del estado de salud de los océanos. La monitorización de patógenos como el virus de la gripe aviar resulta clave tanto para su conservación como para anticipar posibles riesgos para otros animales y para la salud humana.
El estudio también pone de relieve importantes vacíos de información a escala global. En regiones con amplias líneas de costa, como África, Asia y Oceanía, la falta de datos podría deberse a la ausencia de programas de vigilancia más que a la inexistencia del problema.