La persistencia de contraseñas débiles como ‘123456′ ha vuelto a quedar en evidencia en 2025, según han alertado expertos en ciberseguridad. En el caso español, esta secuencia queda relegada a un segundo lugar, ya que la repetición más utilizada es ‘admin’, con un total de 351.336 usuarios en la web que la emplean. Lo mismo sucede en el caso de la gran mayoría de países europeos, los cuales pecan de inocentes al emplear ‘admin’ como clave de referencia. Esto, según los expertos, pone de manifiesto la escasa concienciación sobre la protección digital entre usuarios de todas las edades y regiones.
Informes recientes de firmas especializadas, entre ellas Comparitech y NordPass, han confirmado que una sencilla secuencia numérica como ‘123456’ sigue encabezando la lista de claves más empleadas en internet a nivel mundial. La compañía ESET, referente en la detección proactiva de amenazas, ha comparado el uso de contraseñas predecibles con dejar la puerta de casa cerrada únicamente con una traba de papel, subrayando el riesgo que supone para la información sensible tanto de particulares como de empresas.
El fenómeno no distingue entre generaciones ni ámbitos geográficos. En el caso europeo, son tres los países que escapan de la tendencia a usar ‘admin’ como contraseña preferente, aunque la emplean en segundo lugar. Finlandia se decanta por ‘jessekissa’, una combinación de las palabras ‘José’ y ‘gato’; República Checa emplea preferentemente ‘Heslo1234′, cuya traducción al castellano es ‘Contraseña1234′; mientras que, en Suiza, se emplea con más frecuencia la clave ‘dominaria’.
Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, ha señalado a Infobae México que “el hábito de usar contraseñas débiles y evidentes no tiene límite generacional”. Gutiérrez añade que “no importa el rango etario: en cada grupo, ‘123456’ figura en el ranking de las más elegidas para ingresar a servicios y plataformas en línea”.
El análisis realizado por ESET ha puesto de relieve que la costumbre de emplear credenciales simples y predecibles atraviesa tanto a usuarios particulares como a empresas e instituciones, con especial incidencia en América Latina. Comparitech ha aportado un dato revelador: “El 25% de las mil contraseñas más usadas está conformado solo por números”. Este hecho evidencia una tendencia generalizada a exponer cuentas personales y datos confidenciales por falta de precaución.
ESET ha difundido varios listados que reflejan las claves más frecuentes entre distintos grupos generacionales. Entre las más repetidas figuran secuencias numéricas como “12345”, “123456”, “12345678”, “123456789” y “1234567890”, así como términos genéricos como ‘password’ o ‘Contraseña’.
Las contraseñas más habituales y el impacto en empresas
La compañía ESET Latinoamérica ha advertido sobre la gravedad de este fenómeno en la región, donde el uso de contraseñas débiles incrementa la vulnerabilidad en un contexto de auge de ciberamenazas. Gutiérrez Amaya ha subrayado que “comprometer la seguridad individual significa exponer también la integridad regional frente a ataques”, una situación que puede afectar a organizaciones, gobiernos y empresas, según ha informado a Infobae México.
El ámbito empresarial tampoco queda al margen de este problema. ESET ha remarcado que la utilización de combinaciones simples como credenciales de acceso puede derivar en pérdidas económicas y dañar la reputación institucional. NordPass ha recordado que, en 2025, las tres contraseñas más usadas en corporaciones han sido secuencias de números, y que el 70 % de las filtraciones de datos ha tenido su origen en el uso de claves frágiles, según datos recopilados por Verizon.
Un caso reciente ha ilustrado el alcance de la amenaza: en el museo del Louvre de París, la contraseña de seguridad era simplemente “Louvre”. Esta debilidad ha facilitado una intrusión que ha permitido la sustracción de joyas valoradas en más de 100 millones de dólares, comprometiendo toda la red de seguridad del recinto. Ante este panorama, ESET ha recomendado el uso de generadores de contraseñas y la adopción de pautas claras a la hora de crear claves propias.