La militancia de Junts valida con un 86,98% de los votos la ruptura del pacto con el Gobierno de Sánchez

El partido de Puigdemont consuma la ruptura con el PSOE tras acusar a los socialistas de incumplir los compromisos del acuerdo de investidura

El líder de Junts, Carles Puigdemont, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (Montaje Infobae)

Junts per Catalunya ha oficializado este jueves por la tarde su divorcio político con el PSOE tras la consulta interna en la que las bases han respaldado con un 86,98% la propuesta de la dirección nacional de romper el acuerdo de investidura con Pedro Sánchez. La decisión, que pone fin a meses de tensión y reproches cruzados, fue sometida al voto de los más de 6.000 militantes del partido en un proceso telemático que comenzó el miércoles a las 10:00 horas y concluyó este jueves a las 18:00.

La pregunta sometida a votación fue clara: “¿Estás de acuerdo con la propuesta de la dirección ejecutiva nacional de dar por finalizado el acuerdo de investidura con el PSOE ante los incumplimientos de sus compromisos?”. Según los datos facilitados por la formación, participó el 66% de la militancia con derecho a voto, un nivel de implicación que la dirección ha calificado de “ejemplar” en un comunicado remitido a los medios.

El resultado confirma el respaldo casi unánime de las bases al giro estratégico anunciado el lunes por Carles Puigdemont y su equipo en la reunión celebrada en Perpiñán. La ejecutiva ya había decidido entonces romper toda negociación con los socialistas, acusando al Gobierno central de incumplir los compromisos adquiridos en el acuerdo que permitió la investidura de Pedro Sánchez.

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Puigdemont y la cúpula marcan distancias en el Congreso

El propio Puigdemont, líder de Junts y expresidente de la Generalitat, fue uno de los primeros en mostrar su voto en redes sociales. “Ya he votado en la consulta que Junts hace a los afiliados para ratificar o no la decisión de la dirección ejecutiva nacional de dar por finalizado el acuerdo de investidura”, escribió, acompañando el mensaje con una captura de la pantalla de confirmación. También otros dirigentes del partido, como Jordi Turull, Mònica Sales, Josep Rius, Toni Castellà o Judith Toronjo, compartieron imágenes de su participación y defendieron públicamente la ruptura con el PSOE.

La decisión de la militancia consolida un distanciamiento que, en la práctica, Junts ya había comenzado a ejecutar en las últimas semanas. En el Congreso, el grupo parlamentario permitió recientemente que prosperara una proposición de ley del Partido Popular para desvincular al fiscal general del control de los datos personales de la Fiscalía, y apoyó parcialmente una moción del mismo grupo sobre inmigración. Asimismo, se abstuvo en dos iniciativas impulsadas por los socialistas: una sobre el aumento de las sanciones por ocupar plazas de aparcamiento para personas con discapacidad y otra para regular el uso del término “cáncer” en campañas y comunicaciones.

Pedro Sánchez y Carles Puigdemont en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas (EFE)

Fuentes de la dirección tras la votación sostienen que estos movimientos no deben interpretarse como un viraje hacia la derecha, sino como una muestra de la “autonomía plena” que Junts pretende ejercer a partir de ahora en el Congreso. “A partir de este momento, el PSOE no tendrá garantizado nuestro voto ni nuestro silencio”, señaló a El País un miembro de la ejecutiva nacional, en alusión a la nueva estrategia que, según el partido, les permitirá “defender los intereses de Cataluña sin ataduras ni chantajes”.

“Un pacto que no se ejecuta es un acuerdo roto”

Con esta votación, Junts consuma una ruptura que Puigdemont ya daba por hecha desde el lunes. “Un pacto que no se ejecuta es un acuerdo roto”, afirmó entonces el expresident, subrayando que el PSOE no había cumplido los compromisos pactados sobre el reconocimiento del catalán en las instituciones europeas y la desjudicialización del conflicto político en Cataluña. La ejecutiva respaldó de forma unánime su postura, que ahora recibe el refrendo mayoritario de la militancia.

El secretario general del partido, Jordi Turull, ha reiterado en los últimos días que Junts no tiene intención de provocar una crisis institucional ni de aliarse con el PP o Vox para desestabilizar al Gobierno. Según explicó en una entrevista en SER Catalunya, la diferencia entre la situación anterior y la actual radica en que “el PSOE deberá ganarse cada voto de Junts en el Congreso” y que “ya no existirá una negociación privilegiada ni un canal directo con la Moncloa”.

Turull precisó además que el grupo parlamentario podrá apoyar iniciativas puntuales del Ejecutivo si considera que benefician a Cataluña, pero que no habrá “ningún compromiso político estable”. En sus palabras, “se trata de recuperar la dignidad política y la capacidad de decidir sin tutelas”.

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, ha afirmado que su partido sigue sin confiar en el Gobierno que encabeza el presidente Pedro Sánchez: "No estamos dispuestos a ayudar a un gobierno que no ayude a Catalunya". (Fuente: Junts)

Un futuro incierto en la legislatura de Sánchez

El paso dado por Junts introduce un nuevo elemento de incertidumbre en la legislatura de Pedro Sánchez, que hasta ahora se sostenía sobre una compleja aritmética parlamentaria. Con los siete escaños de Junts fuera de la ecuación de apoyo garantizado, el Gobierno dependerá todavía más del respaldo de ERC, Bildu, PNV y otras formaciones minoritarias para sacar adelante sus iniciativas.

La dirección socialista ha evitado, por el momento, realizar valoraciones públicas sobre la consulta interna de Junts. En Ferraz se mantiene el silencio mientras los equipos de Moncloa analizan el alcance real de esta ruptura, que pone fin a uno de los pilares del actual equilibrio político en el Congreso.

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