La reciente filtración de un correo de disculpa enviado en 2011 por Sarah Ferguson, duquesa de York, a Jeffrey Epstein ha provocado una serie de consecuencias para la exmiembro de la familia real británica. El mensaje, dirigido al financiero condenado por delitos sexuales y revelado por Daily Mail, ha llevado a que siete organizaciones benéficas la hayan desvinculado como patrona. Sin embargo, Ferguson justifica su acción alegando que buscaba proteger a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, tras recibir amenazas directas de Epstein.
El correo electrónico mostraba a Ferguson refiriéndose a Epstein como su “amigo supremo” y expresando una disculpa “humilde” por haberlo calificado públicamente de pederasta. En el mensaje, la duquesa reconocía que Epstein podría sentirse “terriblemente decepcionado” por sus declaraciones. La publicación de este intercambio reavivó el escrutinio sobre la relación de Ferguson con Epstein, especialmente después de que ella admitiera haber aceptado 15.000 libras del financiero para saldar deudas, una decisión que describió como un “terrible error de juicio”.
Frente a la presión pública, el portavoz de Ferguson, James Henderson, ja explicado que la duquesa actuó bajo coacción. Según Henderson, Epstein realizó una llamada telefónica “escalofriante” en la que amenazó con destruir a la familia York tras sentirse traicionado por las declaraciones públicas de Ferguson. El portavoz describe la voz de Epstein como “amenazante y desagradable”, y asegura que la duquesa sintió que la seguridad de sus hijas estaba en riesgo. “La presión a la que estuvo sometida para proteger a su familia debió de ser enorme”, señala al Daily Mail, subrayando que para Ferguson “sus hijas siempre serán lo primero”.
Sarah Ferguson, “devastada”
El entorno cercano a la duquesa también ha salido en su defensa. Lizzie Cundy, personalidad televisiva y amiga de Ferguson, ha relatado en el programa de Jeremy Vine que la duquesa está “devastada” por la situación. Cundy, quien conversó con Ferguson tras la filtración, asegura que la exesposa del duque de York lamenta profundamente haber conocido a Epstein, pero que se sintió acorralada por las amenazas. “Él estaba furioso porque ella lo condenó públicamente. Dijo: ‘Me vengaré, arruinaré a tu familia’. Fue una situación muy oscura y ella creyó que no tenía otra opción que intentar apaciguarlo”, explica Cundy. Y añade que Epstein recurrió a abogados de alto perfil y que Ferguson temía no solo por su familia directa, sino también por la reputación del resto de la familia real.
Tras la ruptura de varias organizaciones benéficas con Sarah Ferguson, la familia de Virginia Giuffre, una de las víctimas de Epstein, ha celebrado la rápida reacción y reitera la importancia de exigir responsabilidades a quienes, directa o indirectamente, respaldaron la red de explotación del pedófilo. Mientras tanto, el duque de York, quien ha negado reiteradamente las acusaciones de Giuffre, fue visto saliendo de su residencia en Windsor tras la publicación de los correos, en lo que representó su primera aparición pública desde el escándalo.
En este contexto, la princesa Eugenia, hija menor de Andrés y Sarah, ha intensificado su labor en causas sociales. Esta semana, lanzó una campaña para combatir la explotación infantil en la industria de la moda, advirtiendo sobre la presencia de “esclavitud moderna” en la producción de artículos falsificados. Como cofundadora de The Anti-Slavery Collective, Eugenia subrayó la necesidad de que los consumidores comprendan el verdadero coste de estos productos y reclamó una mayor responsabilidad en las cadenas de suministro.