Una turista brasileña, Juliana Marins, de 26 años, desapareció el pasado sábado mientras caminaba con un grupo cerca del cráter del Monte Rinjani, en Indonesia. Tras precipitarse a una zona escarpada a 500 metros de profundidad bordeando un acantilado, el accidente mantiene en vilo a las autoridades y la familia, que expresan preocupación ante la prolongada búsqueda que suma ya varios días, según el medio BBC.
El suceso ocurrió en el emblemático volcán activo que atrae a excursionistas de todo el mundo y que se erige como el segundo más alto de Indonesia, con sus más de 3.700 metros. Las operaciones de rescate se han visto obstaculizadas por la dificultad del terreno y condiciones meteorológicas adversas, que han complicado la localización exacta y la extracción de la joven.
Logran escuchar los gritos de axulio
Los esfuerzos de los equipos indonesios comenzaron poco después de conocerse la desaparición de Juliana Marins, en la madrugada del sábado. A esa hora, según informaron las autoridades, la joven cayó, perdiéndose de la vista del grupo con el que caminaba y de su guía.
De acuerdo con BBC, servicios de emergencia y equipos de rescate especializados has desplegado un operativo que incluyó el uso de drones y seguimientos visuales con cámaras, además de la intervención directa en áreas peligrosas de difícil acceso. El mismo sábado, rescatistas informaron que lograron escuchar los gritos de auxilio de la joven, situándola con vida pero en estado de shock. Igualmente, imágenes grabadas por excursionistas y difundidas en redes reflejaron la presencia de Marins sentada y moviéndose sobre el suelo gris, bastante más abajo del sendero principal.
El drama vivido por la joven brasileña ha llevado a que dos miembros del grupo que la acompañaba compartieran detalles sobre las dificultades del trayecto. En declaraciones al canal brasileño Globo, uno de ellos ha destacado: “La subida fue realmente dura y hacía tanto frío que fue muy difícil”. Otro ha relatado que en el momento del accidente, Marins iba al final del grupo con su guía y ha subrayado el desfavorable escenario: “Era muy temprano, antes del amanecer, con mala visibilidad y solo con una linterna para iluminar el terreno, que era difícil y resbaladizo”.
Las autoridades siguen sin encontrar su paradero
No obstante, durante el mismo día del accidente, el equipo destinado a descender hasta donde la ubicaban fue incapaz de hallar a la brasileña y no obtuvo respuesta a sus llamados después de descender alrededor de 300 metros. El domingo, el rastreo mostró que Juliana ya no se encontraba en el mismo enclave y la visibilidad continuó siendo limitada debido a la densa niebla.
Según la información de BBC, el lunes, integrantes de rescate la localizaron de nuevo, esta vez al advertir que Marins había caído aún más profundamente. Sin embargo, el operativo volvió a suspenderse por el clima. “Habían avanzado solo 250 metros, les faltaban 350 metros para llegar a Juliana, pero se retiraron”, ha comunicado la familia en redes sociales. Además, han resaltado su incertidumbre que aumenta: “Lleva tres días sin agua y sin abrigo”
Controversia por la apertura del parque
Durante estos días críticos, la familia Marins ha expresado su malestar en plataformas digitales ante la decisión de mantener el parque abierto mientras la turista continúa desaparecida. “¡Juliana NECESITA AYUDA! ¡Desconocemos su estado de salud!”, han señalado sus allegados en Internet.
El responsable forestal Satyawan Pudyatmoko ha explicado que la ruta no fue cerrada tras evaluar que la presencia de excursionistas no interrumpiría el proceso de rescate. “Se advirtió a los escaladores y se les indicó que no se acercaran al lugar de evacuación”, ha manifestado el funcionario. Hasta el momento se desconoce si se ha salvar a la joven.