Esta noche, First Dates reunió a Mariaje y Luis en una cita marcada por estilos de vida opuestos y expectativas dispares. Mariaje, aficionada a los paseos y el deporte, reconoce su gusto por el cuidado personal y cuenta como “antes utilizaba trajes de baño chiquititos, pero ahora me pongo mi traje de baño y mi pareo”, explica.
Mariaje es “un cable eléctrico”, pero Luis prefiere la tranquilidad
Mariaje cuenta que es aficionada a los conciertos y a disfrutar de actividades al aire libre. Desde hace seis años, dice, no tiene pareja aunque, según relata, sí ha recibido atención indeseada de “muchos moscones”. De cara a una nueva oportunidad en el amor, mantiene el interés por descubrir conexiones, aunque reconoce que su percepción ha cambiado.
Luis presenta un perfil diferente. Se describe como “muy sentimental, soy muy romántico”. El impacto inicial tras conocer a Mariaje no responde a sus preferencias físicas y lo expresa sin rodeos con un “me gustan más atractivas”, pero se muestra cordial e interesado por la historia de Mariaje. Originario de Valencia y residente en Salamanca, Luis destaca su gusto por la tranquilidad en casa, la lectura y la comodidad de la rutina doméstica. Relata que a menudo elige actividades como tomar café en la terraza y se decanta por la calma: “Tengo una cinta de andar en casa”. Las diferencias salen a la luz cuando Mariaje explica que acude a pilates, pasea por la playa y el monte, y acude a bailar los domingos, mientras que Luis admite que, aunque ha bailado mucho, en realidad tiene poco interés por el baile: “Muchas veces, me tapo los oídos, los veo moverse sin música y pienso ‘mira cómo hacen el ridículo’”.
En relación a sus trayectorias personales, Luis explica que su mayor dedicación ha sido el trabajo como exportador de alimentos entre España y Suiza, lo que, según relata, influyó en su matrimonio. “Yo prefiero no tener un duro, pero tener el cariño de mi familia”, comenta Mariaje, aportando otro punto de vista. Rememora, además, el cariño recibido por parte de su esposo hasta el final: “estábamos muy enamorados”.
Durante la cena, Mariaje destaca los ojos de Luis. “Tiene unos ojos muy bonitos”, señala, a lo que Luis responde que solo “me lo decía mi madre”. La conversación avanza y Mariaje percibe en su mirada “una tristeza profunda”. Al cierre, Luis muestra su disposición a repetir la cita, insiste en pagar la cuenta y propone nuevos encuentros, aunque Mariaje decide no continuar debido a la falta de afinidad con su ritmo vital: “tu no bailas y yo soy un cable eléctrico, si no, hubiéramos hecho buenas migas”. “Luis está muerto en vida, que es lo peor”, expresaba ante las cámaras del programa.
La despedida incluye cuatro besos y la petición de un último gesto: un abrazo. “Fuerte, fuerte”, reclama Luis. Mariaje asiente, concluyendo la cita con una muestra de cordialidad: “unos abrazos fuertes, necesitas”. Así se cierra un encuentro marcado por las diferencias, la cortesía y la honestidad en cada respuesta.