Gracias a la serie Café con aroma de mujer, William Levy se convirtió en un ídolo de masas en España. Cada vez que aparecía en público, centenares de personas se echaban a las calles para verle más de cerca y, si su aparición era en televisión, las audiencias estaban más que aseguradas.
Gracias a esta popularidad, el actor cubano ha podido trabajar en España, grabando dos series: Montecristo, cuyo rodaje ya ha terminado, y Arcadia, en la que compartirá protagonismo con Paula Echevarría.
Pero antes de volver a vivir ese éxito que hizo que hasta la misma Mercedes Milá se ‘enamorara’ de él, William ha protagonizado un escándalo que ha dado la vuelta al mundo. El intérprete ha sido detenido este pasado 14 de abril en la ciudad de Weston, Florida, tras protagonizar un altercado en un establecimiento público.
Al parecer, Levy se habría negado a pagar la cuenta de su consumición en un restaurante y fue detenido por el sheriff de la oficina de Broward por un cargo doble: intoxicación desordenada, es decir, consumo de alcohol acompañado de algún tipo de disturbio, y allanamiento de una propiedad.
Finalmente, tras pasar 24 horas en la prisión, el también protagonista de Vuelve a mí pudo pagar una fianza de 500 dólares para salir de la prisión. Ya en libertad, William Levy ha contado que se vio metido “en medio” de una discusión entre una persona que estaba con él y otro cliente del restaurante, llamado Baires Gill y ubicado en Weston.
“Ha sido una situación un poco incómoda. En verdad, estaba con un padre más del equipo tomándome un traguito, como solemos hacer, y de momento él entra en una discusión con alguien más, y me meto en el medio, tratando de evitar que escalara la situación. Y bueno, el que terminó siendo esposado fui yo”, ha añadido el cubano.
“Traté de que la situación no fuera a más”
En estas declaraciones, que ha realizado a diferentes medios de la zona, Levy añade que él no inició ninguna pelea, sino que quiso evitarla ante todo. “Traté de mantener la calma todo el tiempo. Al final, el que tuvo que irse fui yo”, ha afirmado. Cuando fue preguntado por el cargo de allanamiento, ha optado por restarle importancia e insinuar que no había sucedido: “Bueno, tenían que llevarme por algo”.
Un mal trago que parece querer dejar en el pasado y es que ha llegado a bromear sobre su breve estancia entre rejas: “Normal, normal, no sé si hice muy buenas, pero sí tengo nuevas amistades”. Además, ha negado haber agredido a nadie: “No, debe haber cámaras ahí (que lo demuestren). Yo todo el tiempo estuve tratando de aguantar la situación para que no fuera a más”.
Según el medio People en Español, William Levy se encontraba con los padres de un amigo de su hijo mayor, Christopher, e invitó a una ronda de bebidas que se salió de control. Tal y como cuenta el digital, varios testigos presentes lo vieron ofrecer alcohol a más de 100 personas, pero cuando llegó la cuenta vio que el coste era más de lo esperado.
Al ver que la cantidad no dudó en enfrentarse al encargado. En ese momento, una tercera persona se acercó para intentar mediar y Levy le respondió con un empujón. Como consecuencia le expulsaron del local, pero se dejó el teléfono encima de la mesa y, cuando entró para cogerlo, los encargados del local llamaron a la policía, que lo detuvo.