Puigdemont fuerza al PSOE a renegociar sus exigencias mientras estira su amenaza de la cuestión de confianza sobre Sánchez

Los partidos del Gobierno, con mayoría en la Mesa del Congreso, retrasan la decisión sobre la propuesta de Junts e impiden que “la sangre no llegue al río”

El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont llega a un acto de bienvenida organizado por entidades independentistas en Barcelona. (David Zorrakino/Europa Press)

El Gobierno ganó tiempo este jueves e impidió que “la sangre llegara al río”, como resumieron fuentes de Sumar después de que la Mesa del Congreso, con mayoría de las dos formaciones que sostienen el Ejecutivo de coalición, pospusiera la decisión sobre la cuestión de confianza a Pedro Sánchez que pide Junts. Fuentes gubernamentales confirmaron el pasado martes su intención de no dejar tramitar la proposición no de ley que recoge esta iniciativa de los independentistas (no tiene carácter vinculante, aunque sí simbólico).

Pero eso no acabó siendo así este jueves. De esta manera, el Gobierno gana un balón de oxígeno de cara a la reunión que este viernes mantiene la dirección permanente de Junts en Bruselas (Bélgica). El expresidente de la Generalitat convocó este encuentro para abordar la situación política tras la decisión prevista de la Mesa del Congreso sobre su iniciativa, pero al quedar congelada, el escenario cambia o, al menos, se allana para encontrar una solución intermedia y evitar que Junts tome “decisiones que no gustarán al PSOE”.

“El Gobierno escuchará”, dicen en Moncloa en medio del habitual silencio y hermetismo que encierra las negociaciones con sus aliados parlamentarios. En concreto, los contactos entre el PSOE y Junts se han intensificado en las últimas horas para impedir una ruptura total con los independentistas. Estos alertaron de que, si el PSOE y Sumar no tramitan en el Congreso su iniciativa para instar a Pedro Sánchez a someterse a una cuestión de confianza, la legislatura se encaminaría al “colapso”.

Read more!

Al posponer la decisión sobre esta cuestión, ambas partes ganan tiempo para alcanzar una “solución política”. En el marco de esas negociaciones, los de Puigdemont forzarán a los socialistas a volver a sentarse en la mesa para desatascar las carpetas claves y todavía pendientes, como es el traspaso de las competencias en inmigración o la de la oficialidad del catalán en la UE.

Con el telón de la cuestión de confianza de fondo, voces gubernamentales subrayan que los socialistas aprovechan las negociaciones para acercar posturas con los Presupuestos de 2025. De hecho, en el marco de estos contactos, otras fuentes de Moncloa confían en que haya “un giro” con el proyecto presupuestario para este año.

El papel “pacificador” de Sumar

Si algo hay claro es que Pedro Sánchez no quiere dar alas en el Congreso a esa medida, ya que sentaría un “precedente” peligroso. En Moncloa defienden que la oposición tiene otros instrumentos “más fuertes” para juzgar políticamente al Gobierno, como es la moción de censura, mientras la cuestión de confianza es una prerrogativa del líder del Ejecutivo. En este sentido, de prosperar la cuestión de confianza en la Cámara Baja (Junts no recoge el guante del PP para que apoye una moción de censura), se visibilizaría que el Gobierno no tiene apoyos, dejándolo muy tocado.

Por ello, al dar una patada adelante al conflicto, el Gobierno tratará de buscar la fórmula para que la iniciativa de Junts quede diluida. En esa carrera, Sumar está contribuyendo con su papel “pacificador” y defiende la necesidad de mantener los puentes de comunicación con el partido catalán. “Estamos mediando para cuidar el bloque porque necesitamos a Junts”, dicen fuentes cercanas a la vicepresidente segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Así son las medidas anunciadas por Pedro Sánchez para hacer asequible el acceso a la vivienda.

Y es que, más allá de negociar un nuevo proyecto presupuestario, una ruptura con Junts en el Congreso amenaza con lastrar otras normas importantes que el Gobierno pretende sacar adelante en esta legislatura. Es el caso de las medidas anunciadas por Sánchez el pasado lunes en materia de vivienda, o la reducción de la jornada laboral. Este último asunto, aunque todavía está encallado en el seno del Ejecutivo de coalición, tendrá que pasar después por el filtro de la Cámara Baja.

Por ello, en el espacio a la izquierda del PSOE animan a aprovechar la oportunidad, es decir, la negociación actual, para “desbloquear” otras cuestiones. Con todo, llaman a normalizar las “tensiones” con Puigdemont porque “no van a desaparecer”, aunque sin descuidar la relación con el partido independentista. “Es cosa delicada”, zanjan fuentes de Sumar.

Read more!

Más Noticias

Ayuso afirma que el escándalo del hospital de Torrejón son “rencillas entre directivos” y acusa a Sánchez de cuestionar la sanidad madrileña

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha mandado su apoyo al personal sanitario de la capital y ha pedido a los medios que se publique toda la conversación filtrada

La Audiencia Nacional deniega el asilo a un colombiano que recibió amenazas de muerte por parte de grupos armados: considera que es “delincuencia común”

El tribunal señala que nunca denunció los hechos ante autoridades policiales de Colombia y que ese país cuenta con mecanismos para enfrentar el accionar de grupos criminales

Las víctimas de la DANA afirman que no se reunirán con Pérez Llorca hasta que exija a Mazón que deje el acta de diputado

Las asociaciones han reclamado de forma explícita la “destitución política” de todas las personas que han sostenido y repetido la explicación oficial del día de la catástrofe que, según las pruebas, ha quedado desmentida

Sánchez asegura que no hay contactos con Junts, pero afirma que sus socios quieren agotar legislatura

El líder socialista asume que hasta que Puigdemont no regrese a España no será posible recomponer el espacio de la mayoría con la que fue investido

Sánchez reconoce “en primera persona” el error en la gestión del caso Salazar, aunque no puede llevar el caso a la Fiscalía al tratarse de denuncias anónimas

Pese a ello, el presidente del Gobierno ha negado que haya sido “premeditado” ni que Salazar haya sido protegido por la formación