Es habitual que la ilusión sea la gran protagonista del día que se celebra el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Cada 22 de diciembre, la mayoría de los hogares de España están pendientes de un evento que reparte millones de euros, con la esperanza de estar entre los premiados. De hecho, existe un pueblo en el que esto se vive con especial emoción: Santa Cruz de Mudela. Y es que, desde hace más de 40 años, esta pequeña localidad de Ciudad Real regala un décimo a todos los vecinos, con la idea de que, si le toca a uno de ellos, les toca a todos.
La Navidad es siempre una época especial en Santa Cruz de Mudela, donde cada una de las personas empadronadas recibe todos los años una participación para la Lotería, como regalo del Ayuntamiento. Esta tradición se sigue desde la década de los 80, lo que le da aún más valor a este acto que llevan a cabo en un pueblo que ya no solo es conocido por su belleza natural y por la tranquilidad que se respira en sus calles.
A pesar de que la probabilidad de contar con un décimo que sea el Gordo es muy reducida (de una entre 100.000), los vecinos de Santa Cruz de Mudela (y de toda España) se agarran a ese 0,001% con la esperanza de ser los agraciados. Así, el sueño, en este caso, no es solo individual, sino que une a todos los habitantes que mantienen viva una tradición que comenzó hace más de cuatro décadas.
Ganar el Gordo es un sueño colectivo, no individual
Cada año, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Mudela tiene una tradición singular que refuerza el sentido de comunidad entre sus habitantes: regalar a cada vecino una participación en la Lotería de Navidad. Esta iniciativa, que ya se ha convertido en un símbolo local, entrega dos números de 30 céntimos cada uno. Si alguno de estos resulta agraciado con el Gordo, cada vecino recibiría 6.000 euros, un premio modesto, pero significativo para quienes lo reciben.
En 2023, los números elegidos fueron el 56771 y el 84638. Esta costumbre, que los vecinos reciben con entusiasmo, ha forjado un vínculo especial en el municipio, generando la sensación de compartir un destino común. Además, como parte de la tradición, el Ayuntamiento obsequió a cada hogar una maceta de flores, contribuyendo a embellecer las casas y reforzando el espíritu colectivo de la localidad.
La tradición de hace más de cuatro décadas que pervive en Santa Cruz de Mudela
La tradición del sorteo colectivo en Santa Cruz de Mudela está lejos de ser una improvisación: es una iniciativa que nació con el propósito de fortalecer los lazos de unión y solidaridad entre los vecinos. En este municipio, todos participan por igual, ya sea una familia numerosa o una persona que vive sola. Si el Gordo recayera en uno de los números repartidos, el premio se distribuiría equitativamente, transformando la esperanza de ganar en un bien común compartido por todos.
Aunque el Sorteo de Navidad nunca ha llevado el gran premio a esta localidad, Santa Cruz de Mudela guarda en su memoria un hito de fortuna. En 1995, el municipio celebró un acontecimiento histórico al resultar agraciado con el primer premio del Sorteo del Niño. Aquella vez, el Gordo repartió 6.800 millones de pesetas, equivalentes a más de 40 millones de euros. Sin embargo, aquel golpe de suerte no eclipsa el sueño colectivo que, año tras año, mantiene viva la ilusión del pueblo durante la temporada navideña.
Santa Cruz de Mudela ha convertido una simple participación en la Lotería en un símbolo de comunidad. Aquí, la posibilidad de que el Gordo toque no es solo cuestión de dinero, sino un acto de fe en la suerte compartida. Es un reflejo de cómo la solidaridad y el espíritu colectivo pueden transformar la espera del azar en una tradición cargada de esperanza.