Los electrodomésticos son una parte esencial de los hogares españoles, pero muy poca gente se para a pensar en su impacto en la factura de la luz. Según cifras de Endesa, estos aparatos representan el 55% del consumo de electricidad de una casa. Los electrodomésticos son nuestros aliados indiscutibles, pero también son los responsables de gran parte del gasto energético.
Frigorífico, el que más consume
La nevera es la líder indiscutible, ya que consume un 30,6%. Este aparato trabaja de manera constante para mantener los alimentos fríos, y por ello hay que evitar dejar la puerta abierta o meter alimentos calientes, porque esto incrementa su consumo.
Adquirir frigoríficos con etiqueta energética de clase A+++ puede representar un enorme ahorro, puesto que consumen un 80% menos que los de clase D, lo que se traduce en un ahorro económico considerable a lo largo de su vida útil y en la emisión de una tonelada y media menos de CO₂ a la atmósfera.
Lavadora, mejor lavar en frío
La lavadora sigue al frigorífico, siendo el responsable del 11,8% del consumo. Para limitar su impacto, es aconsejable usar programas cortos y lavar en frío siempre que sea posible. Además, es fundamental llenarla para no desperdiciar energía.
Las televisiones con tecnología LED consumen menos
El televisor, uno de los electrodomésticos más queridos en casa, es el responsable del 12% del consumo. Para evitar gastos innecesarios, es vital apagarlo completamente en lugar de dejarlo en standby. Optar por televisores con tecnología LED también puede reducir el consumo en un 25% comparado con pantallas LCD y hasta un 40% menos que las de plasma.
Apagar el horno antes de finalizar la cocción
El horno ocupa el cuarto lugar, con un consumo estimado del 8,3%. Mantener la puerta cerrada durante su uso y apagarlo antes de finalizar la cocción para aprovechar el calor residual son estrategias clave para reducir su gasto energético.
Bajar la iluminación de la pantalla del ordenador
El ordenador, aunque a menudo se percibe como inofensivo, representa un 7,7% del consumo. Para reducir su impacto, es aconsejable bajar la iluminación de la pantalla y apagar los periféricos cuando no se utilizan.
La gestión eficiente de estas fuentes de consumo puede traducirse en ahorros significativos en la factura eléctrica del hogar. Con prácticas conscientes y la elección de tarifas adecuadas, se puede reducir notablemente el impacto medioambiental y económico.
¿Cómo elegir la mejor tarifa de luz?
A la hora de elegir una tarifa de luz, lo más importante es saber elegir la más adecuada a nuestro perfil de consumo para mantener las facturas bajo control. La correcta elección entre mercado libre y mercado regulado puede marcar una gran diferencia, tal y como recomienda la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Las tarifas del mercado regulado están representadas por el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), una tarifa cuyo coste varía diariamente y por horas, según marque el mercado mayorista de electricidad. A través de esta tarifa, los precios se personalizan basándose en el momento de mayor consumo de cada hogar, proporcionando así un reflejo más cercano al uso real de la energía. Es importante destacar que solo las comercializadoras de referencia pueden ofrecer esta tarifa regulada, que es necesaria para acceder al Bono Social. Sin embargo, no está disponible para aquellos con una potencia superior a los 10 kWh.
El mercado energético también permite a los usuarios elegir entre múltiples ofertas de diferentes comercializadoras en el mercado libre. Aquí, las empresas pueden proponer tarifas de distintos tipos: de precio fijo, variable, con cuotas fijas o basadas en horarios especiales. Las ofertas del mercado libre ofrecen más flexibilidad y servicios adicionales, pero requieren una vigilancia constante debido a posibles cambios y actualizaciones de precios.
Con el tiempo, es recomendable que los consumidores revisen regularmente sus tarifas utilizando comparadores de precios para asegurarse de que continúan siendo competitivas y adaptadas a sus necesidades.