Recibir una herencia es un proceso legal y administrativo complejo, que se inicia tras el fallecimiento de una persona. Este trámite conlleva la transferencia de sus bienes y propiedades a los herederos legales, por lo que la burocracia que conlleva puede ser tediosa, y más en el caso de que tengas deudas de por medio. Ante esta situación, el interesado tiene dos opciones principales para proceder: aceptar o renunciar la herencia. Cada una de estas posibilidades conlleva consecuencias que deben de tenerse en cuenta para tomar una decisión informada.
Si recibes una herencia mientras tienes deudas con Hacienda, es probable que la Agencia Tributaria imponga un embargo sobre los bienes que recibas para saldar dicha deuda. Esto puede incluir dinero en efectivo, propiedades, inversiones o cualquier otro activo que forme parte de la herencia. Hacienda tiene el derecho de cobrar las deudas pendientes antes de que puedas disponer libremente de los bienes heredados. Es recomendable ponerse en contacto con un asesor fiscal para manejar adecuadamente la situación y cumplir con las obligaciones fiscales.
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Parece que tener deudas y recibir una herencia puede ser un riesgo, ya que es posible perder parte o la totalidad de la herencia. Sin embargo, esto dependerá de varios factores, como el monto de la deuda y si las entidades acreedoras han emprendido acciones legales, entre otros aspectos. A menudo, estos bienes heredados suelen tener un valor emocional significativo, ya que pertenecieron a un ser querido. Sin embargo, también es posible encontrar formas de cancelar las deudas y evitar perder dichos bienes.
Qué sucede en caso de aceptar y rechazar la herencia
Si tu decisión implica aceptar la herencia, esta podría ser embargada hasta que se salde tu deuda pendiente. Has de tener en cuenta que al heredar, los bienes del fallecido pasan a formar parte de tu patrimonio personal, con el que estás obligado a responder a tus deudas, por lo que pueden embargarte una herencia una vez la hayas cobrado y forme parte de tu patrimonio.
Las deudas que se heredan junto con los bienes y activos del fallecido deben ser cubiertas con los activos de la herencia. El heredero es responsable de utilizar dichos activos para pagar las deudas pendientes hasta el límite del valor de los bienes heredados. Si no hay suficientes activos para cubrir todas las deudas, los acreedores pueden reclamar a los herederos. Es importante recordar que los bienes o derechos adjudicados en virtud de la herencia no pueden ser embargados directamente. No obstante, los herederos pueden enfrentar embargos por deudas contraídas de forma individual. Cada comunidad autónoma puede establecer deducciones, bonificaciones y exenciones al impuesto de sucesiones y donaciones, lo que puede influir en la gestión de las deudas y los activos heredados.
Por otra parte, si decides renunciar a la herencia, es importante saber que las empresas o entidades a las que debas dinero pueden aceptarla en tu nombre, solucionando así la situación de impago. Cada caso es diferente y depende de múltiples factores, como la cuantía de tu deuda o si las entidades te han demandado por impagos.