El aeropuerto de Gibraltar: el reto en las negociaciones España-Reino Unido

Esta infraestructura es uno de los puntos más complejos en las negociaciones hispano-británicas, al estar situado en un istmo “ocupado”. España considera que los controles los deberían asumir sus fuerzas de seguridad

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El aeropuerto de Gibraltar es uno de los puntos más complejos en las negociaciones hispano-británicas(Getty Images)
El aeropuerto de Gibraltar es uno de los puntos más complejos en las negociaciones hispano-británicas(Getty Images)

Gibraltar se mantiene como uno de los grandes problemas para el Gobierno británico tras el Brexit. La salida del Reino Unido de la Unión Europea, falta llegar a un nuevo acuerdo que defina las condiciones para el comercio y la movilidad, y la reunión de este viernes 12 de abril en Bruselas entre el ministro de exteriores español, José Manuel Albares, su homólogo inglés David Cameron, el comisario europeo Maros Sefcovic y el ministro del peñón, Fabian Picardo, parece haber acercado las posturas. Sin embargo, y pese a debatir varias “líneas generales”, aún no se ha cerrado ningún tipo de acuerdo político.

Una de estas líneas está directamente relacionada con el aeropuerto del Peñón. Esta infraestructura, integrada como instalación de la Royal Air Force (RAF) británica, es utilizada principalmente por aviones militares, pero también cuenta con usos civiles. El principal desafío de esta instalación es su ubicación: está construido sobre un istmo que no fue cedido a Reino Unido en el Tratado de Utrecht de 1713. Tras una epidemia de fiebre amarilla en El Peñón, España accedió a instalar en ese espacio barracones temporales para acoger a personas sanas y evitar la propagación de la enfermedad.

A comienzos del siglo XX, el territorio británico erigió la llamada Verja de Gibraltar en el extremo del istmo colindante con la Línea de la Concepción, donde se sitúa la separación fronteriza. Durante la Guerra Civil, en 1938, la RAF decidió construir allí un aeropuerto militar con varios centenares de metros ganados al mar. Sin embargo, tanto el terreno como las aguas no están incluidas en las cesiones del Tratado de Utrecht.

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Por ello, la postura de España es clara: al no ser mencionados en el tratado, estos terrenos y aguas no se cedieron al Reino Unido. Desde el país británico y Gibraltar, defienden que no se mencionaron al operar en aquel tiempo la “ley del cañonazo”, que daba a la costa el espacio marítimo que podían alcanzar las balas.

Una solución conjunta en 2006

En 2006, durante la reunión del Foro Tripartito celebrada en Córdoba, las tres partes llegaron a un pacto que determinó el uso civil conjunto del aeropuerto. Gibraltar construyó una nueva terminal civil en 2012, y España acordó un voladizo que nunca se llegó a terminar. Desde Iberia, lanzaron una serie de rutas económicas celebradas en la región, que fueron suspendidas en 2008 al ser deficitarias.

Tras la reunión celebrada este viernes, se mantiene el secretismo. Aún no han trascendido las líneas rojas de cada parte sobre esta instalación, pero se conoce que uno de los principales puntos a negociar se basa en el acuerdo de Nochevieja de 2020. En él, se detalla que Gibraltar entrará a formar parte del espacio Schengen al amparo de España, ya que el Reino Unido no pertenece a esta área europea de libre circulación.

De esta forma, la Verja desaparecería y los controles se trasladarían al aeropuerto y al puerto de Gibraltar. España considera que este control lo deberían asumir sus fuerzas de seguridad, siguiendo la tradición del espacio Schengen. Esta postura está alejada de la que mantiene la administración, por lo que requerirá de una solución innovadora.

Gibraltar, cuestión delicada

Después del Brexit, la situación de Gibraltar siguió siendo una cuestión delicada e inacabada. Tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el 31 de enero de 2020, Gibraltar se ha encontrado en una especie de limbo político y económico. Ahora, aunque no está cubierto por el acuerdo del Brexit firmado en diciembre de 2020, las negociaciones para definir su relación futura con la Unión Europea están “muy cerca” de cerrarse, según lo que las delegaciones han deslizado en estos últimos días.

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Tanto España y la UE como Reino Unido tienen interés en que el acuerdo se alcance antes de las elecciones europeas previstas para el próximo mes de junio, para no retrasarlo varios meses más, ante los cambios en la composición del Parlamento Europeo.

A ello se suma que el Reino Unido celebra elecciones en enero de 2025, lo que podría suponer un cambio de Gobierno y de equipo negociador y un nuevo retraso, como ya sucedió en 2023 con los comicios que prácticamente paralizaron el proceso desde mayo hasta diciembre.

*Con información de EFE