Repsol se refuerza en el sector del biometano, pero figura entre las 50 firmas con más emisiones globales

La firma energética adquiere el 40% de Genia Bioenergy, pero tiene una asignatura pendiente; según InfluenceMap, se mantiene como una de las 50 firmas con más emisiones de CO₂ del planeta

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Repsol es responsable directo del 0,23% de emisiones de dióxido de carbono mundiales (REUTERS/Violeta Santos Moura)
Repsol es responsable directo del 0,23% de emisiones de dióxido de carbono mundiales (REUTERS/Violeta Santos Moura)

La firma energética Repsol ha anunciado la entrada en el capital de la compañía Genia Bioenergy. La operación, con la cual adquirirán un 40% de capital social, estará centrada en crear una plataforma de crecimiento en la industria de gas renovable o biometano. El acuerdo incluye el desarrollo de 19 plantas de biometano, con una capacidad máxima de 1,5 TW/h al año. El biometano producido por estas plantas se usará tanto para el consumo interno de la empresa como para su comercialización posterior con clientes.

Juan Abascal, Director General de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol: “Este acuerdo es un importante paso adelante en nuestra estrategia de aprovechar sustratos y residuos orgánicos, que de otra manera serían un desecho, y transformarlos en combustibles para el hogar, la industria y la movilidad. La experiencia, talento y activos de Genia Bioenergy nos permitirán posicionarnos como el único actor integrado en toda la cadena de valor del biometano”.

Sin embargo, y pese a los intentos de greenwashing’ de Repsol, los números evidencian su posición contaminadora. Los anuncios ‘verdes’, o la financiación de proyectos renovables no cubren la forma de actuación de la empresa, que se sitúa actualmente en el puesto 50 de las 122 empresas con más emisiones de CO₂ del mundo. Los datos, extraídos de un informe elaborado por el centro de investigación británico InfluenceMap, indican que estas empresas son responsables directos de un 72% de las emisiones mundiales de CO₂.

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‘La primavera según Repsol’

De hecho, Repsol es responsable directo del 0,23% de emisiones de dióxido de carbono emitidas mundialmente. Pese a los esfuerzos de la entidad por reducir sus índices, la tendencia a la baja de Repsol es muy lenta comparada con homólogos internacionales. Desde el mundo del activismo, Greenpeace ha elaborado un artículo llamado ‘La primavera según Repsol’, donde consideran que la empresa española “no tiene ninguna intención de priorizar la descarbonización y el bien de la sociedad frente a sus beneficios fósiles”. Los ecologistas afirman que el plan de descarbonización de la compañía “es tramposo” y deja en manos de la siguiente ejecutiva los “cambios relevantes”.

Consideran que “el plan de descarbonización de Repsol es tramposo y deja a las décadas siguientes los cambios relevantes y en ningún caso pretende abandonar totalmente los fósiles. Repsol necesita una auditoría de su plan estratégico y se ve obligada a presentar un plan de descarbonización alineado con el Acuerdo de París asumiendo la responsabilidad completa de las emisiones del combustible que vende” e instan a Repsol a “arrimar el hombro para saldar su ‘deuda histórica’ con el planeta”.

El biometano, una alternativa a futuro

El biometano surge como una alternativa energética renovable prominente, con el potencial de transformar residuos orgánicos en combustible. Este gas, resultante del proceso de descomposición anaeróbica de materia orgánica, como residuos agrícolas, lodos de depuradora o residuos urbanos, no solo ofrece una solución sustentable para la gestión de desechos, sino que también contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Al ser compatible con la infraestructura existente para el gas natural, el biometano representa una opción viable y ecológica para diversificar las fuentes de energía y avanzar hacia un futuro más sostenible.

El biometano se podrá aplicar en varios sectores, destacando principalmente su posible uso como combustible en el transporte. De esta forma, se podría disminuir significativamente las emisiones contaminantes de los combustibles fósiles. Además, podría proporcionar una fuente de energía limpia para calefacción, cocinas en hogares e industrias. Además, daría una segunda vida a residuos agrícolas, ya que estos pueden ser utilizados para su posterior transformación en biometano.