La soledad puede reducir la esperanza de vida hasta 15 años

Puede llevar a la demencia y a problemas cerebrovasculares y del corazón

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Los ancianos son más proclives a sufrir soledad (Shutterstock)
Los ancianos son más proclives a sufrir soledad (Shutterstock)

Alrededor de 25 siglos han pasado desde que Aristóteles hablara de aquel zoon politikón, aquel animal político que era capaz de vivir cívicamente a diferencia de los animales, de organizar sociedades políticos. El filósofo griego hablaba de los humanos, de esta característica natural que tenemos para socializar los unos con los otros gracias a la palabra. Otros animales, como las abejas, también son sociales y también tienen su propia comunicación, pero no tienen un lenguaje.

A lo largo de la historia, todo tipo de expertos han estudiado este aspecto del ser humano y, más recientemente, cómo la falta de socialización puede afectar a nuestro bienestar. La Asociación Internacional de la Comunicación calcula que pasamos entre un 80 y un 90% de nuestro tiempo activo (sin contar las horas en las que estamos durmiendo) comunicándonos con otras personas, ya sea digitalmente por las redes sociales, en casa con la familia o con los compañeros de trabajo.

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Por naturaleza, la socialización es algo que necesitamos en mayor o menor medida en función de la persona. Incluso los más introvertidos o tímidos necesitan pasar tiempo con los demás para evitar el aislamiento social. La Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU recoge un estudio en el que afirman que el 10% de la población mundial se siente sola, datos que empeoran conforme aumenta la edad. Especialmente afecta a las mujeres, a personas sin pareja o sin familia.

La soledad es un problema de peso en nuestra sociedad, ya que puede tener efectos directos en nuestra salud. La revista científica PlosMedicina relaciona la soledad con una reducción de vida de hasta 15 años. No es de extrañar este apunte si tenemos en cuenta que el aislamiento social puede desarrollar algunas enfermedades fisiológicas, tales como:

  • Demencia. La soledad aumenta hasta en un 50% el riesgo de padecer demencia, tal y como indican estudios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). La misma investigación atribuye el aislamiento social a un menor tamaño cerebral y menos capacidad para llevar a cabo ciertas funciones mentales, como recordar, planear o seguir instrucciones.
Cinco Claves Para Reducir El Riesgo De Demencia - Bienestar
  • Accidente cerebrovascular. El derrame cuando se detiene el flujo de sangre a una parte del cerebro, ya sea por por el bloqueo de un vaso sanguíneo o por la ruptura de uno de estos dentro del propio cerebro. La soledad aumenta en un 32% la probabilidad de sufrirlo.
  • Problemas de corazón. Las arritmias, los problemas en la musculatura cardiaca y los desajustes en sus válvulas se agravan en un 29% si la persona siente soledad.

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Algunos beneficios de la soledad

La soledad, en su justa medida, también tiene múltiples beneficios para las personas. Elegir voluntariamente pasar tiempo a solas con nosotros mismos nos ayuda también a no sobrecargarnos de estímulos externos o de socialización. Hasta el más extrovertido precisa también de ratos de intimidad.

Mujer disfrutando de su soledad (Shutterstock)
Mujer disfrutando de su soledad (Shutterstock)

La soledad incentiva la creatividad, la libertad de elección y el crecimiento propio sin injerencias externas. Los psicólogos recomiendan reservar una parte de nuestro tiempo para nosotros mismos, de manera que se fomente la introspección y podamos aprender a ser personas más autónomas.

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