María José Llergo: “Toda mi pandilla es LGTBIQ+, para que luego digan que en las zonas rurales hay corazones pequeños y mentes cerradas”

La cantante cordobesa presenta su segundo disco, ‘Ultrabelleza’, un álbum convertido en canto al amor propio. “La belleza es lo que nos impide destruirnos y lo que nos hace enamorarnos”, indica

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María José Llergo en su entrevista con 'Infobae España' (Helena Margarit Cortadellas)
María José Llergo en su entrevista con 'Infobae España' (Helena Margarit Cortadellas)

“Tienes 15 minutazos para comer”, le dice su equipo de forma irónica. La artista termina su última entrevista del día antes de marchar a la radio. Son días de agendas desbordadas, de compromisos, de entrevistas, de acercarse a la prensa y a sus seguidores… de soltar el proyecto. María José Llergo (Córdoba, 1994) ha dormido dos horas tras el lanzamiento de Ultrabelleza, su segundo álbum de estudio.

Definir una palabra que abarca tanto, y a veces implica tan poco, resulta sencillo para la artista, que regresa tres años después de Sanación (2020), un primer álbum con el que reivindicó su pasión flamenca y la herencia musical que recibió de su abuelo. “Cuando los Reyes Católicos llegaron a la Alhambra, en vez de destruirla, se enamoraron de ella”, indica la artista a Infobae España. “La belleza es lo que nos impide destruirnos entre nosotros y nos hace enamorarnos los unos de los otros”, añade.

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Con Ultrabelleza, Llergo alcanza un punto álgido de conexión con las reivindicaciones que la acompañan, ya sea la denuncia al acoso callejero o su espíritu celebrativo de la vida, el cuerpo y el alma. “No veo bien quejarme todo el rato de que hay mucho odio en la sociedad sin dar amor, que es lo que nos hace falta”, explica la artista. Con un sonido que reúne una tradición ancestral con detalles contemporáneos, la cantante cordobesa mantiene los pies firmes en el suelo y la imaginación rozando el techo celestial. “En este disco hay un fondo subyacente de alegría, de celebración, que es lo que a mí me gusta aportar a la vida”, apunta.

Entrevista de 'Infobae España' con María José Llergo (Helena Margarit Cortadellas)
Entrevista de 'Infobae España' con María José Llergo (Helena Margarit Cortadellas)

Pregunta. Afirmas que hacer el bien es lo más radical, pero vivimos en una coyuntura en la que parece que cada vez cuesta más ponerlo en práctica.

Respuesta. Se avanza mucho más rápido destrozando el campo que sabiendo dónde tienes que cortar y cuidándolo. Si queremos avanzar rápido y mal, odiemos. Creo que mucha gente utiliza el odio como forma de subir y al final, cuando suben, encuentran solamente destrucción a su paso. ¿De qué te sirve avanzar si solamente ves cadáveres cuando miras para atrás? No lo entiendo. Tampoco veo bien quejarme todo el rato de que hay mucho odio en la sociedad sin dar amor, que es lo que nos hace falta. En este disco hay un fondo subyacente de alegría, de celebración, que es lo que a mí me gusta aportar a la vida, tanto a mis amistades como a mi familia, como a mis amores. Quiero alegría, quiero que se sientan en un lugar seguro, que sepan que no hay nada malo en ellos. Tenemos que abrir el corazón y la mente y, por lo tanto, la frontera.

P. ¿Qué cadenas rompes en Ultrabelleza con respecto a los cánones estéticos impuestos?

R. Para empezar, perdona si no me preocupo por el largo de mi falda. ¿Para qué quieres tocar mi cuerpo si no puedes tocar mi alma? Que te centres tanto en mi exterior, en mi imagen, si realmente ni tu corazón conecta con el mío, ni tu alma con la mía. ¿Por qué me reduces solamente a algo que se puede tocar si soy mucho más que eso?

P. El cuerpo de la mujer sigue siendo una batalla.

R. Es que durante mucho tiempo la mujer para el hombre era solamente un complemento. Una cosa, algo de lo que se puede prescindir. Algo que se queda en casa metida en una cocina. Somos muchísimo más que eso. No sé en qué momento el ser humano, con su inteligencia, decidió limitarnos de esa forma. Igual quisieron controlarnos.

“Perdona si no me preocupo por el largo de mi falda. ¿Para qué quieres tocar mi cuerpo si no puedes tocar mi alma?”
María José Llergo, en su entrevista con 'Infobae España'
María José Llergo, en su entrevista con 'Infobae España'

P. Descartaste muchísimos temas en este segundo disco y, al final, la última canción que compusiste fue la que te dio la noción del concepto del álbum, ¿no?

R. No conseguía plasmar el concepto del disco en ninguna canción hasta el final. Hice Ultrabelleza y por fin conseguí plasmarlo. Durante todo el proceso creativo fui con el mantra de este concepto en la cabeza. Él me fue llevando por unas canciones y otras, unas temáticas y otras, y al final conseguí plasmarlo cuando él ya había terminado de dirigirme a mí.

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P. Cuando tienes todas esas canciones que terminas descartando, o en los momentos en los que no encuentras el clic creativo, ¿cómo persistes?

R. Soy muy cabezona, la verdad. Lo sigo intentando, lo sigo intentando y cuando no lo intento es porque estoy cansada. Descanso, me tomo un tiempo y luego lo retomo. No me gusta dejar las cosas empezadas y sin acabar. Es muy desmoralizante cuando haces ciertas canciones que no te acaban de gustar seguidas y sientes que está a punto de llegar esa canción que sí, que te hace llorar, que te atraviesa, que te dice algo. Es, simplemente, seguir escuchando esa intuición, esa llamada del arte. El arte no lo hago yo, yo hago de canal y él me coge a mí cuando él quiere y yo encuentro Ultrabelleza cuando él me deja. Hasta entonces el recorrido por el que me lleva solo lo manda él. Si no escuchara esa llamada del arte, no estaría aquí hoy. Es mi propósito de vida.

P. Lucha es una canción en la que denuncias el acoso callejero.

R. Esta canción la hice en Londres. Una amiga mía llegó al estudio mal porque había tenido una experiencia negativa por la calle. Unos señoros empezaron a decirle cosas asquerosas sobre su aspecto físico y su cuerpo. Cosas sexuales. Estoy cansada de que nosotras, por el hecho de ser mujeres, tengamos que enfrentarnos cada día a este tipo de situaciones surrealistas del Paleolítico. Deberían acabarse. Se une esa indignación con la de que, cuando busco mujer en la Real Academia Española (RAE), estamos como el sexo débil. Existe la palabra nenaza como insulto. Todos los que estamos en este mundo hemos nacido de una mujer, esta incoherencia tiene que resolverse.

“El arte no lo hago yo, yo hago de canal y él me coge a mí cuando quiere”
María José Llergo firma un vinilo de su nuevo álbum, 'Ultrabelleza' (Helena Margarit Cortadellas)
María José Llergo firma un vinilo de su nuevo álbum, 'Ultrabelleza' (Helena Margarit Cortadellas)

P. ¿Cómo mantienes los pies en la tierra con una vida que un día te lleva a Nueva York a actuar y al día siguiente a la vida de siempre, con los amigos de toda la vida?

R. Pues la llevo bien. La llevaría mal si tuviera una cosa y no la otra, pero la locura que es irte a Nueva York a cantar se resuelve en risas y en momentos preciosos con tu familia. Cuando luego vuelvo, le digo a mi abuelo: ‘Mira, me enseñaste a cantar en el campo y ahora he ido a una Gran Manzana’. Que él sienta también que su legado va mucho más allá de lo material, que es un legado intangible que me hace volar. Que mis amigos sepan que pueden venir conmigo cuando quieran a cualquier concierto, que sepan que son importantes en mi vida y que me hacen querer de una forma incondicional desde que era pequeña. Mi pandilla es toda LGTBIQ+, toda. Para que luego digan que en las zonas rurales hay corazones pequeños y mentes cerradas, ¿no? Eso lo hay en todas partes, por desgracia. También hay corazones muy grandes y mentes muy abiertas.

P. ¿Cómo conviertes la inseguridad en poder?

R. Creo que a través de la resistencia, la resiliencia y lo cabezona que soy. Gracias a la perseverancia. Siempre he tenido una capacidad grande de esfuerzo y creo que, si no la hubiera tenido, me hubiera rendido hace mucho, porque no puedo decir que haya sido un camino de rosas. Yo no conocía a nadie que me echara una mano, no tenía referentes y parecía una locura que esto pudiera ser posible. Espero que, a partir de ahora, la gente de mi pueblo y de mi barrio tenga referencias y que sepa que pueden hacer lo que ellos quieran, que valen mogollón.

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