Melanie Olivares ha publicado Momento RE, un libro en el que descubre algunos de los episodios que han marcado su vida y que, sin ser una biografía, descubre a través de reflexiones cómo ha llegado a ser la mujer que es. El ejemplar es el resultado de tres años en el que, junto a la diseñadora Bea Cuevas, la actriz descubre al público cómo vive y revive con naturalidad los momentos que le han hecho ser quien es. A lo largo de sus páginas no solo habla sin pudor de temas que en ocasiones son tan polémicos como la salud mental, la maternidad, la adopción, el poliamor, el trabajo, también comparte fotografías en las que no hay estilismo ni retoque, de hecho, algunas de ellas serían censuradas en las redes sociales.
Aprovechando su publicación, Infobae España ha hablado con Melanie para conocer cómo surgió la idea de plasmar su historia, cuál ha sido la parte más complicada del proceso creativo y su opinión sobre aquellos que no lleguen a entenderla.
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¿Cómo podrías definir lo que es un momento RE para quien no sepa qué es?
El momento RE es ese que invita a la reflexión. Yo no quiero que haya momento RE impuesto, ni tampoco sentar cátedra. He plasmado mis vivencias, son las que son y habrá gente que se vea identificada y otra que no. Invito a reflexionar sobre ello, eso es lo que me parece más interesante de haber hecho algo así. El libro es un híbrido entre un retrato y una biografía, con imágenes... Es un concepto extraño, pero nos ha salido lo que queríamos contar y la unión con Bea ha sido muy buena para sacar adelante este proyecto.
¿Cómo supiste que necesitabas compartir estas vivencias?
Lo cuenta el libro un poco, Bea veía que yo tenía una vida en la que no estaba reflejada para nada y se mostraba en los personajes que interpretaba, y fue una manera de abrir un melón y decir que las cosas se pueden hacer de otra forma. No hay que hacerlas siempre como están establecidas. La aceptación, el no juzgar, hacer las cosas sin filtros es fundamental para no ponernos límites. Salió a partir de ahí.
No sé si es casualidad que Momento RE llegue el año en el que has cumplido 50 años.
Ha sido casualidad. O igual no. Pero ahora estoy en un momento en el que la aceptación ya es una cosa trabajada y no es un fracaso para mí que a los demás no les guste. Entiendo que a mí tampoco me gusta todo el mundo. Ahora viene la exposición porque hasta este momento estaba expuesta, pero detrás de personajes. Ahora el personaje soy yo.
Tras estas reflexiones, ¿darías algún consejo a la Melanie del pasado?
No, no. Yo no aconsejo ni a mi yo del pasado. Ni me atrevería. La vivencia y la circunstancia es la que te hace abrirte el camino y una forma de ver la vida, pero siempre con los actos.
Momento RE está abierto a todo el mundo, ¿pero has pensado en algún sector concreto al que te gustaría dirigirte?
No voy a poner filtro a la gente que lo tiene que leer. Mi hija que tiene 16 años lo ha leído, lo entiende y lo ha vivido en sus carnes. Y también gente muy mayor. Este libro no va dirigido a alguien concreto, y menos a una idea determinada, sino a seres humanos que tienen ganas de reflexionar, replantearse la vida, debatir y no sentar cátedra con nada porque cuando esto pasa se acaba el discurso y yo con este libro doy pie a que los demás puedan debatir, exponer sus vivencias de la forma que lo he hecho yo. En ningún caso es para decir “esto es así”. ¡Si yo no tengo ni puta idea de cómo se hace nada!
Hablas de muchos temas que tienen todavía la etiqueta de tabú. ¿Cuál ha sido el más difícil de abordar?
Ninguno de ellos y todos a la vez. Es como... ¿Qué etapa de tu vida ha sido más complicada? Pues depende de cómo lo veas... Todas han aportado y todas han sido puntos de inflexión a lo largo de la vida. Nos lleva la vida por muchos caminos y las decisiones que tomamos a veces se equivocan y otras no, esto nos labra el camino... La aceptación es lo más complicado por todo el peso social que hay y todo lo que tiene que ser... Hay que liberarse de todo eso y decir, esa soy yo. Y yo me acepto así.
¿Te ha costado llegar a este punto?
¡Pues 50 años! Es un proceso, no llegas a él tras levantarte un día. Todo lo que cuento tiene que ver con la vida que he llevado. He revivido cosas que hacía mucho tiempo que no recordaba.
Llevas muchos años en el foco público, ¿crees que se te ha juzgado por ser mujer o por los papeles que has tenido?
Claro, nos juzgan a todos y a todas. Sobre todo a las mujeres con una edad, a las que somos madres, actrices, que intentamos vivir en la máxima libertad. Pero el juicio del otro me preocupa menos que el mío propio. La autocensura es más peligrosa que la censura ajena. Sobre todo porque cuando lo hace uno mismo ya no comunica, le da miedo el comunicar y yo no tengo ninguna necesidad de estar ahí.
Mientras estabas preparando el libro, ¿has aprendido sobre ti?
Ya me conozco después de 50 años... Sería oligofrénica si me sorprendiera de cosas sobre mí. He hecho mucho psicoanálisis durante mi vida, me he ido reseteando y la autocrítica forma parte de mi dia a dia, no tengo problema con eso.
Hace unos días volviste a demostrar tu naturalidad en el Deluxe, donde generó cierta polémica tu confesión sobre que abortaste cuando estabas en trámites de adopción de tu hija.
Es alucinante, ¿no te parece? Ejercer el derecho al aborto hace 17 años, por el que se han partido la cara mujeres que han luchado por tantos años, que eso sea un escandalo, el que yo haya podido ejercer mi derecho hace tantos años… Lo haré como me dé la gana y cuando quiera. Es que me da igual. La polémica no está ahí. La polémica está en los ojos de quien juzga, no entro en ese tema .
Momento RE ha desvelado etapas tuyas desconocidas, ¿crees que te podría perjudicar profesionalmente?
Espero que el juicio que yo cuento, con el que no vivo, sea recibido por los otros de la misma forma. No me lo había planteado si me va a perjudicar o no. Esa soy yo. Llevo 30 años trabajando y soy la misma. Y sigo trabajando, acabo de terminar Amar en tiempos revueltos y estoy empezando a rodar Beguinas, una serie de época, del siglo XVI. Ellas son las primeras feministas, no estaban sujetas a ninguna orden eclesiástica, vivían en comunidad... Un proyectazo y una fantasía de personaje el que tengo.
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