El gobierno porteño anunciará la ampliación de un programa que redujo en un 72% el conflicto escolar

Lanzará la extensión de "Construyendo convivencia" a todas las primarias públicas. De qué se trata el programa

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(NA)

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunciará hoy la ampliación del programa Construyendo Convivencia que, de acuerdo a cifras oficiales, redujo los conflictos escolares en un 72% en apenas un año. Pasó de 2108 casos de conflicto registrados en 2016 a 585 episodios reportados en 2017.

Según supo Infobae, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ministra de educación, Soledad Acuña, comunicarán que el programa se hará extensivo a todas las escuelas primarias de la Ciudad. Desde 2016, cuando comenzó en 32 escuelas piloto, el avance fue paulatino hasta el año que viene que se hará extensivo a las 457 primarias.

El método crea una figura central para la mejora del clima escolar: los facilitadores de convivencia. Cada primaria tiene al menos uno porque, creen, trabajar de raíz evita futuros problemas en la secundaria. Son docentes o parte del equipo de conducción capacitados para reducir los conflictos, acompañar y asesorar a la comunidad educativa. Todos ellos cuentan con una plataforma virtual para consultas, donde tienen a disposición material bibliográfico y comparten experiencias.

"Es un método para enseñar a crear reglamentos y espacios de convivencia. Surgió en 2014 cuando se empezó a hablar mucho de bullying. Hicimos encuestas y descubrimos que había muchos 'peros'. 'Pero me burlé', 'pero me sacaron las cosas'. Entendimos que existía una forma de vincularse que estaba naturalizada. No era solamente bullying, sino que había distintos episodios de violencia y discriminación", le dijo a Infobae Andrea Bruzos, subsecretaria de coordinación pedagógica.

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Según Bruzos, el diferencial del método es la injerencia directa de la comunidad educativa. "Nosotros les damos un marco, pero son ellos los que arman su propio reglamento de convivencia. Por ejemplo, para algunas escuelas el código de vestimenta no es un tema relevante y para otras sí. De esa manera, hacés la escuela más predecible porque los mismos chicos y padres participan en la construcción de las reglas de convivencia", señaló.

El programa contempla dos espacios de debate que dan lugar al reglamento de convivencia final:

-Consejos de aula: los alumnos tratan con su maestra las dificultades de convivencia que se presentan. Uno de los chicos se ubica como moderador con la ayuda del docente. Se nombra un secretario, que es quien anota las propuestas. Al final, todos firman el acta.

-Consejo escolar de convivencia: lo integran los directivos, los docentes, los auxiliares, los alumnos y familiares. Por agenda educativa, el grupo sesiona cuatro veces por año. Se discute sobre reglas en los recreos, en el comedor, códigos de vestimenta. De allí surge el reglamento escolar.

Las autoridades de la escuela, por pedido ministerial, evalúan la implementación del programa. Hacen encuestas de inicio, seguimiento y final para conocer el progreso en la escuela.

Las sanciones cobran una relevancia especial en el programa. "El reglamento debe contemplar cuáles son las faltas más y menos graves. En esa línea se pasa desde el apercibimiento hasta el límite de un cambio de escuela. En el medio, se prevén acciones reparatorias que invitan al estudiante a reflexionar. No puede ser que no pase nada cuando se incumple un reglamento en el que ellos mismos participaron", agregó Bruzos.

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