La reacción del Kily González con los hinchas de Rosario Central en medio de la tensión que se generó con la policía de Santiago del Estero

El actual entrenador de Unión de Santa Fe no se perdió la final del Canalla contra Platense y los fanáticos lo ovacionaron mientras ayudaba a la gente a ingresar al estadio

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Kily González ayudó a los hinchas de Central antes de la final contra Platense

Fue una noche memorable para el Club Atlético Rosario Central, que se coronó campeón de la Copa de la Liga Profesional con un triunfo por la mínima ante Platense. Dentro de los presentes resaltó la figura de Cristian Kily González en las tribunas del estadio Único Madre de Ciudades, en Santiago del Estero. Actual técnico de Unión de Santa Fe, no abandonó su sentimiento por el equipo que lo vio nacer futbolísticamente y decidió alentar desde el corazón de la hinchada del Canalla.

La presencia del entrenador se volvió un fenómeno en las redes sociales al ser captado durante el tenso momento previo al acceso del público. En las imágenes que circularon, se le puede ver trepando un paredón para auxiliar a los seguidores de Rosario Central que experimentaban dificultades en ese sector. Una vez dentro del recinto, la presencia de Cristian no pasó desapercibida y cobró mayor protagonismo tras el pitido final, mostrándose con una remera auriazul que rendía homenaje a una conocida banda musical.

El Kily es un icono indiscutible de Rosario Central, club donde debutó en 1993 y donde también ejerció como director técnico de 2020 a 2022. Pese a su compromiso actual con el Tatengue, a quien salvó del descenso de manera agónica en la última fecha, la oportunidad de presenciar una final en la que su amado club aspiraba al título lo llevó a dejar de lado sus obligaciones profesionales temporalmente para vivir el fervor de esta final como un fanático más.

Cristian y su hijo Luciano después de la final (Foto: Instagram)

Con un emotivo acompañamiento de su hijo Luciano, González vivió cada minuto del encuentro con la pasión que caracteriza a los seguidores rosarinos. Portando una camiseta con el número 25 y un piluso amarillo, González se sumergió en la algarabía de la celebración que se desató con el gol de la victoria de Maximiliano Lovera. Su imagen en la tribuna y la posterior celebración al lado de su hijo se convirtieron en expresiones genuinas de dicha ante una alegría que para muchos tiene un significado que trasciende el ámbito deportivo.

Gracias a esta victoria, Rosario Central selló un capítulo más en su rica historia futbolística, mientras que González, que como jugador y técnico agrandó su huella en la institución y disfrutó de un momento de conexión pura con el club de sus amores. Este triunfo se suma a la larga y exitosa trayectoria de González vinculada al equipo Canalla y demuestra que, más allá de las funciones y responsabilidades actuales, el fútbol sigue siendo un puente hacia las emociones más profundas e inalterables.