La subregión del Catatumbo volvió a ser escenario de enfrentamientos armados tras una incursión de integrantes de las disidencias de las Farc en el corregimiento de Filo el Gringo, jurisdicción del municipio de El Tarra, en el departamento de Norte de Santander.
La situación quedó registrada en varios videos que comenzaron a circular en redes sociales y que dan cuenta de la presencia armada en zonas habitadas.
De acuerdo con el material audiovisual, integrantes armados de las disidencias anunciaron su llegada al caserío con el objetivo de disputar el control territorial que, según sus mensajes, estaría bajo influencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
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En uno de los registros conocidos por la Revista Semana, un hombre armado se dirige a otra persona a través de un mensaje radial mientras camina por el centro poblado.
“Aquí estamos en Filo El Gringo, mi viejito, el tierrita vea, ya estamos dentro del caserío, todos contentos, todos con moral, todos bien bacano mi viejo”, se escucha decir al individuo, quien estaría reportándose a alias Richard Suárez, señalado comandante del Frente 33 de las Farc. El video muestra a varias personas con fusiles y prendas asociadas a esa estructura armada.
Otro registro audiovisual fue grabado en el sector de Puerto Palmas, zona rural del municipio de Tibú, donde un integrante de las disidencias se dirige directamente a la comunidad local. En su intervención, afirma la presencia activa del grupo en la región y niega vínculos con la Fuerza Pública.
“No estamos en Tibú escondiéndonos como nos dicen los paraelenos, no señor. Esto es una prueba firme, contundente, de que no somos aliados de ninguna Fuerza Pública”, expresa el hombre armado ante varias personas reunidas en el lugar, en un registro audiovisual conocido por ese medio de comunicación.
La difusión de estos videos coincidió con reportes de combates armados entre disidencias y el ELN, situación que ha generado desplazamientos forzados y confinamientos de población civil. Así lo indicó Olguín Mayorga, líder social y representante legal de la Asociación Nacional de Integración de Víctimas del Conflicto Armado de Colombia, en declaraciones entregadas a la Revista Semana.
“En tempranas horas (30 de diciembre) iban aproximadamente 150 personas desplazadas a la cabecera municipal de El Tarra y 500 personas aproximadamente confinadas. Hasta el momento se continúan presentando fuertes combates en esa jurisdicción que ha dejado varias personas de los grupos alzados en armas asesinadas”, señaló Mayorga.
Los enfrentamientos también han incluido el uso de drones, según otros videos conocidos en las últimas horas, en los que se observan ataques dirigidos contra viviendas ubicadas en Filo el Gringo. Estas acciones han incrementado la preocupación entre las comunidades campesinas que permanecen en la zona.
El líder social explicó que las confrontaciones han alterado de forma directa la vida cotidiana de los habitantes del corregimiento y de veredas cercanas, quienes han tenido dificultades para movilizarse y acceder a bienes básicos debido a la persistencia de los combates.
“Le hacemos un llamado al Gobierno nacional para que de una u otra manera ayude a gestionar los corredores humanitarios para que la población civil pueda salir del sector”, indicó Mayorga en diálogo con la Revista Semana, al referirse a la necesidad de medidas urgentes de protección.
La escalada de violencia en el Catatumbo ocurre en medio de una disputa territorial histórica, en la que distintos grupos armados buscan controlar corredores estratégicos, economías ilegales y zonas de influencia. En los últimos días, autoridades locales han reportado un aumento de hechos asociados a esta confrontación.
Frente a los acontecimientos, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, junto con su Gabinete Departamental y los alcaldes de los municipios del Catatumbo, realizó un pronunciamiento conjunto sobre los hechos que se han registrado recientemente y que han afectado la seguridad en la región.
Las autoridades departamentales señalaron que mantienen coordinación con la Fuerza Pública y con entidades del orden nacional para atender la situación humanitaria derivada de los enfrentamientos, así como para evaluar el impacto sobre las comunidades rurales.
Mientras tanto, las comunidades del Catatumbo continúan reportando presencia armada, detonaciones y sobrevuelos de drones, lo que ha generado nuevas salidas de familias hacia zonas urbanas y el confinamiento de otras que permanecen en áreas rurales sin condiciones de seguridad.