Un registro audiovisual difundido en plataformas digitales muestra a Claudia Sheinbaum, presidenta de México, enfrentando una situación de acoso por parte de un individuo durante una actividad en el Zócalo de la Ciudad de México.
Las imágenes exhiben cómo, mientras la jefa de Estado interactuaba con seguidores en un espacio público, un hombre se aproximó de manera inapropiada, acción que fue captada y posteriormente compartida en redes sociales.
La situación vivida por Claudia Sheinbaum no pasó desapercibida entre figuras políticas en Colombia. Ante la difusión del video, la congresista María Fernanda Carrascal expresó su preocupación por la seguridad de las mujeres en espacios públicos. La representante reflexionó sobre el incidente afirmando en un mensaje de su cuenta de X: “Si a ella le pasa, ¿Qué queda para el resto de nosotras?”.
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La congresista Mafe Carrascal comentó sobre el incidente aludiendo a la gravedad del acoso que enfrentan las mujeres todos los días. Puso de relieve que la experiencia sufrida por una mandataria a plena luz del día y en un espacio público revela la magnitud y normalización de este flagelo en la sociedad.
Para Carrascal, el hecho de que ni siquiera una figura de máxima autoridad esté exenta evidencia la profundidad y urgencia del problema.
“El acoso hacia las mujeres es una realidad cotidiana. Que incluso una presidenta sea víctima de esto demuestra lo profundo que está el problema. Si a ella le pasa, ¿Qué queda para el resto de nosotras?“, escribió en su mensaje en el que habló acerca de la situación.
Carrascal también expresó apoyo a Claudia Sheinbaum y condenó de manera categórica el acoso y el abuso, señalando que estos actos no pueden ser minimizados ni ignorados por razones políticas. La representante advirtió que la violencia de género trasciende ideologías y partidos, y responde a una estructura social que perpetúa la cosificación y agresión hacia las mujeres.
“Mi solidaridad con @Claudiashein. El acoso y el abuso no se justifican ni se niegan por cálculos políticos. No tienen partido: son expresión de la misoginia y de un sistema patriarcal que nos cosifica y nos violenta”, escribió por medio de un mensaje en su cuenta de la red social X la legisladora perteneciente a la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes.
En el registro visual, la presidenta se encuentra entre los presentes extendiendo saludos, instante en el que un sujeto, que da señales de estar bajo los efectos del alcohol, irrumpe el protocolo y establece un contacto físico fuera de lugar.
Frente a la situación incómoda, la mandataria sonrió intentando mantener un ambiente sereno y solicitó tranquilidad al público. A pesar de que ella procuró distanciarse, el hombre insistió en acercarse nuevamente con la intención de abrazarla.
Poco antes del incidente, Claudia Sheinbaum encabezó la Reunión Nacional de Universidades e Instituciones Públicas de Educación Superior en el Palacio Nacional. Al finalizar la jornada, salió del edificio para saludar personalmente a un grupo de personas que aguardaba su salida.
Más tarde, las fuerzas de seguridad informaron que el responsable, identificado como Uriel Rivera, fue arrestado y trasladado ante la fiscalía especializada en delitos sexuales.
La difusión de las imágenes generó intensos debates en redes sociales y motivó respuestas públicas tanto de organizaciones feministas como de representantes parlamentarios.
Según la legislación mexicana, la normatividad penal establece penas estrictas para el acoso sexual. El Código Penal Federal, en su artículo 259 Bis, determina que la sanción por hostigamiento o acoso sexual puede variar entre seis y diez años de cárcel, así como una multa que puede llegar a 200 días, si el caso se considera abuso sexual agravado. A nivel local, el Código Penal de la Ciudad de México prevé castigos que incluyen uno a tres años de prisión y multas entre 100 y 200 días para situaciones en las que haya contacto físico sin consentimiento.
La severidad del castigo está sujeta a la valoración jurídica del caso y a la presencia de circunstancias agravantes, como el uso de fuerza o una situación de indefensión de la persona afectada. En varias regiones del país, el acoso sexual en espacios públicos también puede implicar sentencias de hasta ocho años tras las rejas y multas que alcanzan los 500 días.