Hace una década, hablar de planes voluntarios en salud parecía un asunto reservado para unos pocos. Hoy, en cambio, el panorama es distinto puesto que, millones de colombianos optan por adquirir este tipo de coberturas adicionales, lo que triplicó el tamaño del mercado en apenas diez años. El fenómeno no solo habla de la desconfianza creciente en el sistema público, también de la capacidad desigual que tienen los hogares para asumir esos costos.
Según cifras del centro de pensamiento Así Vamos en Salud, en 2024 el gasto de los colombianos en Planes Voluntarios en Salud (PVS) representó el 8,7% del gasto total en salud del país. Este rubro incluye pólizas, medicina prepagada, planes complementarios y hasta servicios de ambulancia. La cifra refleja una tendencia clara, cada vez más familias sienten que deben pagar de su bolsillo para asegurar atención oportuna.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook
De las prepagadas a las pólizas
Si bien la medicina prepagada fue durante años la alternativa más popular, la dinámica cambió, el informe muestra que las pólizas tuvieron un despegue, desplazando incluso a la prepagada en número de afiliados. En 2015, este producto representaba el 27% del mercado; para 2024 llegó al 32%.
El crecimiento es acelerado, solo en el último año, las pólizas aumentaron 37% y sumaron 1,6 millones de afiliados, lo que equivale al 38% del total de usuarios de PVS. Le siguen la medicina prepagada con 1,3 millones (30%), los planes complementarios con cerca de 1 millón (21%) y los servicios de ambulancia, que alcanzaron 513.000 usuarios (12%) tras crecer 66,1%. El valor global del mercado en 2024 se ubicó en $12,8 billones, casi el triple de lo que representaba hace una década.
La expansión de estos productos, sin embargo, está lejos de ser homogénea. El acceso depende casi exclusivamente del nivel de ingresos de los hogares. En la clase alta, el 57% de las familias cuenta con algún plan voluntario. En la clase media, la cobertura cae al 13,3%. En la población vulnerable llega apenas al 4% y en los hogares pobres al 3,5%.
El efecto pandemia y la incertidumbre
El salto más evidente ocurrió a partir de 2020, año en el que la pandemia puso en evidencia las limitaciones del sistema de salud colombiano. Desde entonces, la búsqueda de alternativas de protección frente a emergencias médicas y eventos catastróficos ha ido en aumento.
“La prevención de la vulnerabilidad frente a situaciones inesperadas se ha convertido en una de las razones principales para la adquisición de pólizas”, señaló el informe. Para muchos hogares, la percepción de que el aseguramiento obligatorio puede no responder a tiempo ha sido suficiente para justificar el gasto adicional.
En 2023 hubo 4,1 millones de personas con algún plan voluntario. Un año después, la cifra llegó a 4,4 millones, un incremento de 6,7% en apenas doce meses. El crecimiento no es menor si se tiene en cuenta que estas afiliaciones implican un desembolso extra en un contexto de desfinanciación del sistema de salud y de presión sobre la economía familiar.
Los datos revelan que la medicina prepagada pasó de $2,8 billones en 2015 a $6,6 billones en 2024, mientras que las pólizas alcanzaron $4,1 billones tras un salto de 24,2% en el último año. El avance de los planes voluntarios plantea un dilema de fondo, ¿qué significa que cada vez más colombianos estén pagando doble por la salud, a través de sus aportes obligatorios y de productos privados?
Los expertos advierten que, si bien estas coberturas ofrecen alivio a quienes pueden costearlas, no deben convertirse en la única vía para acceder a servicios médicos de calidad. El riesgo es que se agudice la desigualdad, un sistema público saturado para la mayoría y planes privados como refugio para unos pocos.
El informe lo resumió con claridad, la sostenibilidad del sistema de salud y la confianza en el aseguramiento obligatorio son claves para entender el auge de los PVS. En la medida en que la incertidumbre se mantenga, más hogares seguirán buscando alternativas privadas.