La obediencia y la validez de la oración están en juego entre los musulmanes que, ignorando las advertencias del Islam sobre la pureza, deciden tatuarse.
Con esto en mente, el bloguero colombiano conocido en redes como El Dane decidió pasearse mostrando sus modificaciones corporales en un barrio musulmán, de la India.
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Algunos decidían apartar la mirada tan pronto como veían sus tatuajes, otros lo miraban de reojo y unos pocos se quedaban hipnotizados, con un gesto de rechazo, mientras pasaba.
“No soy musulmán y reaccionaría igual”, “Creo que se sienten incómodos porque los graban”, “Si vas a otro país, es mejor adaptarte a alterar el orden”, “Es provocarlos y cuando se visita un lugar se debe respetar”, “Es su cultura y punto”, “Qué miedo. Ni loca me voy para allá”, se lee en algunas de las reacciones a su experimento.
En el Surah 4, Versículo 119, del Corán condenan a la “perdición” a los que cambien “la creación de Allâh”, de manera permanente e irreversible.
Y es en ese versículo y en el término ‘haram’, que se refiere a lo ilícito o prohibido, que los musulmanes se muestran contrarios a los tatuajes y otras modificaciones, que alteren la originalidad del cuerpo. De ahí las reacciones registradas por El Dane, que ha realizado otros ejercicios disruptivos en sus viajes.
El Dane se travistió en su viaje a Tailandia y la respuesta fue mejor de lo que esperaba:
Mientras recorría las calles de Tailandia, el creador de contenido paisa conocido en redes como El Dane se propuso evaluar, en carne porpia, cómo era recibida la diversidad de género en el país del Sudeste asiático.
Su experiencia consistió en vestirse de mujer, poniendo a prueba la forma en la que locales y turistas reaccionarían al verlo.
Al principio, como se aprecia en el video que compartió en redes, se sentía inquieto: “Me vestí de mujer en Tailandia para ver cómo reaccionan las personas y qué tan respetuosas son con este tema. Una aventura que comienza, en mi casa, estando nervioso por cómo podría verme la gente; ya que, con mi físico, se nota que soy un hombre vestido de mujer”.
Su intención, según explicó, era entender, en primera persona, la realidad de las llamadas ladyboys, conocidas en Tailandia como “kathoey” o personas de un “tercer sexo”.
Según detalló El Dane, durante su recorrido nocturno por la ciudad, observó que buena parte de las personas que se cruzaban en su camino eran turistas. Y, pese a que la mayoría se encontraba bajo los efectos del alcohol, El Dane precisó: “Hay bastante gente borracha, porque ya está tardecito, pero yo sigo pensando que Tailandia es un país muy seguro para ser ladyboy. Además, he notado que la gente, incluso, evita mirarte porque existe cierto respeto, pero siento buenas vibras”.
Tanto turistas como locales reaccionaron de manera positiva sobre su apariencia. El Dane manifestó que no solo no recibió comentarios ofensivos, sino que la mayoría le hicieron cumplidos durante toda la noche, desmintiendo así temores previos sobre posibles situaciones de discriminación.
En sus palabras, la sorpresa fue grata: “Imaginaba que, de pronto, iba a haber algún problema, aunque este país es muy respetuoso con el tema Lgbt+, porque reciben 40 millones de turistas al año y en la ciudad en la que estoy se ven más extranjeros que locales. Podría pensarse que habría actitudes de rechazo o acoso, pero me siento mejor andando así vestido, que andando con mi ropa”.
El creador de contenido resumió su experiencia con un diagnóstico alentador para la población Lgbt+ en el país: “Puedo entender por qué en Tailandia hay tantos ladyboys. Uno no se siente juzgado, se siente valorado y amado”.