Una nueva afectación a la infraestructura energética del país se registró en zona rural del municipio de Fortul, Arauca, luego de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) atacara con explosivos el oleoducto Bicentenario, generando una emergencia ambiental sobre el río Caranal.
Imágenes divulgadas a través de redes sociales muestran el alcance del derrame de crudo en este afluente del oriente colombiano.
El hecho activó la respuesta inmediata de la empresa Cenit, filial del Grupo Ecopetrol, que puso en marcha su Plan de Emergencia y Contingencia (PEC) ante este tipo de incidentes. De acuerdo con la compañía, “la compañía informó al Consejo Municipal de Gestión del Riesgo de Desastres de Fortul sobre la situación y las acciones del PEC. El Ejército Nacional aseguró la zona para garantizar el ingreso del personal técnico que atenderá la situación”.
Equipos especializados fueron movilizados hacia el área afectada, bajo resguardo de la Décimo Octava Brigada del Ejército Nacional, que continúa desarrollando operaciones de control para garantizar la seguridad en el territorio mientras se adelantan las labores de contención y reparación del ducto.
En paralelo, Cenit y Ecopetrol condenaron lo ocurrido. Ambas entidades insistieron en la necesidad de frenar los ataques dirigidos contra la infraestructura petrolera nacional, al considerar que generan impactos de gran alcance. En un comunicado público, señalaron:
“Estas acciones ilícitas (…) un llamado para que cesen los delitos contra la infraestructura que ponen en riesgo la integridad de las comunidades, generan graves consecuencias al medio ambiente y afectan el desarrollo económico del país”.
La empresa también hizo recomendaciones dirigidas a la población local frente al riesgo ambiental ocasionado por la filtración de crudo en el río. “La compañía recomienda a la comunidad no acercarse al lugar de los hechos hasta que culminen las labores de atención y reparación a las que haya lugar”. De forma adicional, hizo énfasis en que, “de manera preventiva, se abstengan de hacer uso del agua del río Caranal”.
La zona donde ocurrió el atentado ha sido escenario frecuente de ataques armados atribuidos al ELN. En ese contexto, el Ejército indicó que mantendrá su presencia en el terreno para proteger tanto al personal técnico como a la población cercana, y evitar nuevas acciones violentas. Las tropas desplegadas en el área han tenido enfrentamientos recientes con integrantes de este grupo armado ilegal.
Las operaciones para detener la emergencia medioambiental continúan. De acuerdo con Cenit, las labores técnicas se centran en detener el derrame y contener el crudo en la zona del río, con el objetivo de mitigar los daños sobre la fauna, la flora y las comunidades que dependen del agua en esta región del departamento de Arauca.
Este nuevo atentado se suma a una serie de acciones violentas en las que ha estado implicado el ELN en los últimos meses en el oriente del país. En contextos anteriores, se han producido interrupciones en el transporte de hidrocarburos, afectaciones a comunidades vecinas y amenazas a trabajadores de empresas del sector.
En el caso específico del ataque al oleoducto Bicentenario en Fortul, no se han reportado personas heridas ni víctimas fatales. Sin embargo, las consecuencias ambientales han sido calificadas como graves por las autoridades locales, que acompañan el trabajo de evaluación de daños junto con los técnicos de Cenit y el personal del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo.
Hasta el momento, no se ha emitido un balance oficial sobre el volumen de crudo derramado, ni sobre el tiempo estimado que tomará la limpieza y restauración ambiental del área. La situación permanece en desarrollo, mientras las autoridades mantienen vigilancia y la compañía trabaja en la recuperación del sistema afectado.
El incidente ha generado reacciones en distintos sectores, en especial por la fragilidad de los ecosistemas presentes en el departamento de Arauca, una región donde las condiciones ambientales requieren medidas estrictas de protección ante cualquier tipo de contaminación.
Mientras avanzan las labores de reparación, se mantiene la alerta por parte de las autoridades civiles y militares en la zona, ante la posibilidad de nuevas acciones violentas que comprometan otras infraestructuras o amenacen la seguridad de las comunidades cercanas.