La situación financiera de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) en Colombia sigue siendo motivo de preocupación, especialmente tras los resultados presentados en el Boletín N° 005 del Observatorio Financiero Así vamos en salud, que analizó los catálogos financieros de las EPS del Régimen Contributivo y Subsidiado al cierre del segundo trimestre de 2024.
Según el informe, las EPS enfrentan un deterioro acelerado de su patrimonio y pérdidas operacionales significativas, lo que plantea serios desafíos para la sostenibilidad del sistema de salud en el país.
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De acuerdo con el boletín, al cierre del segundo trimestre de 2024, el patrimonio acumulado del sistema de las EPS presentó cifras alarmantes, pues en total, se registró un patrimonio negativo de 6.1 billones de pesos, lo que representó un incremento superior al 100% con respecto al segundo trimestre de 2023, cuando la cifra se situaba en -2.7 billones de pesos.
Este deterioro está encabezado por el Régimen Subsidiado, que reportó un patrimonio negativo de 4.4 billones de pesos, seguido por el Régimen Contributivo con -2 billones de pesos.
Es menester acotar que los datos del segundo trimestre de 2024 no incluyeron información de la Nueva EPS, la entidad más grande del sistema, que cuenta con el 22.8% de los afiliados y el 23.9% de los recursos del sistema.
Por lo tanto, en el documento, el observatorio financiero aclaró que: “Los resultados aquí presentados pueden ser en términos de magnitud mayores en cuanto a las diferencias entre el segundo trimestre de 2023 vs el segundo trimestre de 2024 en los rubros analizados, al desconocer la información de la EPS más grande del país en el último periodo, y que a la fecha no reposa en la información que dispone la Superintendencia Nacional de salud en los catálogos financieros”.
Pérdidas Operacionales
Al segundo trimestre de 2024, las EPS reportaron una pérdida operativa total de 1.9 billones de pesos, de los cuales, el Régimen Contributivo representó el 67.7% de las pérdidas, con 1.3 billones de pesos.
El Régimen Subsidiado, por su parte, acumuló pérdidas por 543 mil millones de pesos, mientras que el grupo de EPS que opera en ambos regímenes registró pérdidas por 79 mil millones de pesos.
El estudio del observatorio comparó estos datos con el mismo periodo en 2023, y llegó a la conclusión de que se registró un aumento considerable en las pérdidas operacionales, que en ese momento alcanzaron los 1.2 billones de pesos.
Según el documento, este incremento es preocupante, ya que evidencia que los ingresos operacionales no están siendo suficientes para cubrir los costos médicos y los gastos administrativos.
Uno de los indicadores clave que reflejó la gravedad de la situación fue la siniestralidad, que en el segundo trimestre de 2024 alcanzó el 105,5%.
Este porcentaje se obtuvo al comparar los costos médicos y los gastos administrativos con los ingresos operacionales, lo que significa que las EPS están gastando más de lo que reciben.
En particular, el 98,9% de los ingresos se ha destinado a cubrir costos médicos, mientras que el 6.6% se va en gastos administrativos.
La situación es aún más crítica en las EPS que se encuentran bajo medida de vigilancia especial o intervención por parte de la Superintendencia Nacional de Salud.
En estas entidades, la siniestralidad llega al 107,3%, lo que indicaría una posible crisis financiera más profunda, dado que en este grupo de EPS, el 100,7% de los ingresos operacionales se destinaría a costos médicos, lo que significa que los gastos administrativos se están cubriendo con recursos adicionales o deuda.
Medidas de Vigilancia Especial
El boletín especificó que las EPS bajo vigilancia especial o intervención representan el 50,2% de las pérdidas operacionales del sistema en el segundo trimestre de 2024.
Estas entidades, que ya presentaban problemas financieros en 2023, han visto cómo sus dificultades se han acentuado en 2024, con un resultado negativo de -1.08 billones de pesos, frente a los -227 mil millones de pesos del mismo periodo en 2023.
Este grupo de EPS es el que más requiere atención urgente, ya que su viabilidad está en juego, lo que podría perjudicar a millones de afiliados que dependen de ellas para acceder a servicios de salud.
De acuerdo con el documento, las pérdidas sostenidas y la creciente siniestralidad en estas entidades dejarían en evidencia la necesidad de una intervención estatal más decidida para evitar un colapso del sistema de salud.