Los hombres colombianos disfrutan de su pensión menos que las mujeres: cuál es la razón

En Colombia, los hombres jubilados tienen un promedio de vida de solo ocho años para disfrutar de su pensión, mientras que las mujeres disponen de alrededor de 19 años, según cifras del Banco Mundial.

Esta diferencia se debe tanto a la esperanza de vida promedio del país como a la normativa de retiro que está vigente en nuestro país.

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La edad mínima de jubilación establecida en Colombia es de 62 años para los hombres y de 58 años para las mujeres. Tomando en cuenta que la esperanza de vida promedio es de 70 años para los hombres y 77 años para las mujeres, esto resulta en un tiempo considerablemente más corto para los hombres en comparación con las mujeres a la hora de disfrutar de sus fondos de pensión.

A nivel mundial, la edad promedio para comenzar a recibir pensión es similar, aunque varía ligeramente dependiendo de la legislación de cada país. Uno de los casos más próximos al de Colombia es el que se experimenta en México, en ese país por ejemplo, la edad promedio de jubilación es de 65 años con una esperanza de vida de 75,2 años, lo que otorga un tiempo de vida post-jubilación de aproximadamente 10,2 años, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) de 2023.

Según informes de la Ocde algunos países disfrutan de periodos más prolongados tras la jubilación. En Francia, los ciudadanos pensionados tienen un promedio de 19,7 años para aprovechar sus fondos. Otros países como España (19,2 años) y Nueva Zelanda (18,3 años) también presentan cifras superiores.

Este análisis demuestra variaciones significativas en la calidad de vida de los jubilados dependiendo del país. Factores como la legislación local sobre jubilación y la esperanza de vida influyen directamente en cuánto tiempo se puede disfrutar de la pensión.

Entre los países con más tiempo de disfrute tras la jubilación se encuentran también Canadá (18,2 años), Alemania (16,5 años), Chile (16,4 años), República Checa (16,2 años), Países Bajos (16,1 años), Islandia (16,1 años) e Italia (15,4 años). Estos datos reflejan una amplia disparidad en los promedios de vida después de la jubilación a nivel mundial.

Esta información resalta que Colombia está alejado del promedio que existe en países como España, Alemania o Canadá donde superan en más de 6 años la edad para disfrutar de una pensión después de cumplir con la edad para recibir este beneficio.

De acuerdo con el disfrute de la pensión después de haber cumplido la edad para jubilarse en nuestro país, se debe tener en cuenta que existen varios factores que pueden influir en la expectativa de vida de los colombianos, así lo reveló la Ocde.

La esperanza de vida al nacer en Colombia es de 77 años, cuatro años menor que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que se sitúa en 81 años. En cuanto a la diferencia por género, las mujeres colombianas tienen una esperanza de vida de 80 años, mientras que los hombres alcanzan los 74 años.

Uno de los factores que contribuyen a esta diferencia es el nivel de contaminación atmosférica en el país. Las partículas PM2.5, conocidas por penetrar en los pulmones y causar daños respiratorios, presentan una concentración de 22.6 microgramos por metro cúbico en Colombia, cifra que supera el promedio de la Ocde de 14 microgramos por metro cúbico. Esta situación pone en evidencia un desafío significativo para la salud pública.

Además, la percepción de la calidad del agua en Colombia también es un aspecto relevante. El 82% de los colombianos afirma estar satisfecho con la calidad del agua, una cifra ligeramente inferior al promedio de la Ocde del 84%. La calidad del agua está estrechamente ligada al bienestar y la salud general de la población, lo que subraya la importancia de mantener estándares adecuados en los recursos hídricos.

Estas estadísticas resaltan la necesidad de implementar políticas de salud más robustas y acciones concretas para mejorar los factores ambientales que afectan a la población colombiana. Mejorar la calidad del aire y del agua no solo podría aumentar la esperanza de vida sino también mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.