Niños en el Cauca aprenden en las escuelas qué deben hacer ante un ataque armado

Recientemente, se han frecuentes los hostigamientos de los grupos armados ilegales a la población civil y la fuerza pública

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Integrantes de fuerzas de seguridad recorren el lugar donde explotó un artefacto este lunes en Jamundí (Colombia) | Crédito EFE/Ernesto Guzmán
Integrantes de fuerzas de seguridad recorren el lugar donde explotó un artefacto este lunes en Jamundí (Colombia) | Crédito EFE/Ernesto Guzmán

En la localidad de Corinto, Cauca, una región frecuentemente afectada por alteraciones de orden público causadas por las disidencias de las Farc, una docente se ha visto obligada a adaptar su enseñanza para incluir técnicas de supervivencia para sus estudiantes, de acuerdo con un informe especial de Noticias Caracol.

Además de impartir las clases habituales, la maestra instruye a los niños sobre cómo refugiarse de las balas durante los hostigamientos de grupos ilegales hacia las autoridades.

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En una entrevista con ese medio de comunicación, la docente, que ha optado por mantener su anonimato por razones de seguridad, explicó que en el colegio se realizan simulacros para enseñar a los estudiantes a protegerse.

Se les hacen simulacros que los ponen en posición fetal, protegiendo estómago y corazón, y de lado para las explosiones fuertes”, relató.

Niños en Cauca aprenden cómo resguardarse en medio de un ataque armado | Crédito: Noticias Caracol
Niños en Cauca aprenden cómo resguardarse en medio de un ataque armado | Crédito: Noticias Caracol

La entrada de la escuela ya muestra los efectos de la violencia, con más de 100 impactos de bala visibles, resultado de los enfrentamientos entre las disidencias y las autoridades, que se desarrollan cerca del recinto educativo. La maestra expresó su preocupación por la seguridad de los menores, afirmando que evacuar a los estudiantes podría exponerlos a un mayor peligro. “

Si los evacuamos de la institución, quedarían en medio de los disparos, corren riesgos de atropellamiento y de quedar en el fuego cruzado”, explicó, señalando que la salida de emergencia colinda con la estación de Policía del municipio. Esta situación la llevó a desarrollar un protocolo de protección para sus alumnos, enseñándoles cómo actuar en caso de emergencias.

“Vamos a mantener la calma, respiramos”, les dice la docente a sus estudiantes durante los simulacros, mientras cuenta hasta cinco y los ubica en los salones de menor riesgo. Estas prácticas se han vuelto una parte crucial de la rutina escolar debido a la frecuencia de los hostigamientos en la zona.

La maestra también reveló que los constantes enfrentamientos han tenido un impacto significativo en la asistencia escolar. Algunos estudiantes ya no quieren volver a la escuela y han solicitado trabajar con guías desde sus hogares.

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“Por cuenta de los hostigamientos de los ilegales a la Policía, algunos estudiantes no quieren volver (y) están solicitando trabajos con guías”, mencionó. Estos episodios de violencia han interrumpido las clases en al menos tres ocasiones, la última de ellas hace aproximadamente un mes.

Intento de reclutamiento de menores de edad en medio de hostigamientos

En medio de estos actos, centenares de niños y profesores se encontraron bajo fuego cruzado, viéndose forzados a evacuar sus escuelas bajo la amenaza de criminales armados, de acuerdo con información conocida por la Revista Semana.

Durante estos hechos de barbarie, que dejaron seis muertos, integrantes de las columnas Jaime Martínez y Dagoberto Ramos irrumpieron en once pequeñas escuelas rurales de Jamundí y cuatro más en el Cauca. Los profesores fueron obligados a suspender las clases y evacuar de inmediato.

En algunas instituciones, los delincuentes bloquearon las salidas principales, mientras que en otras instalaron trampas explosivas y dispararon contra los edificios.

En la escuela de Potrerito, una maestra relató cómo los niños tuvieron que saltar las barandas del colegio para escapar, ya que la única vía de salida estaba obstruida por un bus posiblemente cargado con explosivos. Los alumnos y maestros se vieron obligados a buscar refugio en el monte y en fincas cercanas.

Padres de familia y organizaciones de derechos humanos acudieron a la zona, pidiendo permiso para transitar por caminos internos y poder rescatar a los niños. En Potrerito, dos hombres armados de la columna Jaime Martínez llegaron con fusiles.

Uno de los objetivos de estos criminales era realizar un reclutamiento masivo, aprovechando la distracción creada por los ataques en Morales, donde asesinaron a dos policías y dos civiles, destruyeron el Banco Agrario, detonaron explosivos y mantuvieron a los habitantes cautivos por tres horas, de acuerdo con información recopilada por Revista Semana.

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