Margarita Cabello hace llamado a la solidaridad por alza de tarifas de energía en la costa Caribe

En solidaridad con los habitantes de la región Caribe, la procuradora Margarita Cabello Blanco hizo un llamado por el alto de las tarifas de energía que persiste en ciudades de esta zona del país, por lo que se evidencia la urgente necesidad de generar soluciones en acuerdo con todos los actores para mejorar la prestación y la cobertura del servicio.

Durante su intervención en el evento “Tarifas Justas para el Caribe”, donde se reunieron los mandatarios de la región frente a esta problemática. La alta funcionaria explicó que:

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“Las tarifas de energía en esta zona del país serán justas cuando los servicios que se presten sean de calidad, a un costo razonable y sin discriminación, lo que solo será posible cuando exista unidad interinstitucional que permita un equilibrio entre la sostenibilidad económica y la satisfacción de las necesidades energéticas de la región”.

Es así como la procuradora manifestó que debe hacerse un análisis riguroso para no poner en riesgo la operación y prestación del servicio. “Hay que revisar los criterios consagrados en la Constitución Colombiana de costos, solidaridad y redistribución de ingresos, para prevenir que se afecte la cobertura o se ponga en riesgo este servicio esencial”, resaltó la jefa del Ministerio Público.

Finalmente, Margarita Cabello destacó la necesidad de incorporar sistemas de energía alternativa que, con regulación y vigilancia adecuadas, que provean energía de calidad a las comunidades más vulnerables, quitando presión al sistema tradicional.

Colombia enfrenta un crítico descenso en los niveles de sus embalses, lo que podría derivar en una crisis energética sin precedentes, con potenciales aumentos en el precio de la energía eléctrica.

El índice actual de capacidad de almacenamiento de agua para la generación de electricidad se sitúa cerca del 60%, y expertos advierten que podría disminuir hasta un 50% si persiste la escasez de lluvias. Este panorama obliga al país a depender más de sus fuentes de energía térmica, las cuales apenas pueden satisfacer el 55% de la demanda energética nacional.

La sequía reciente ocasionada por el fenómeno de El Niño ha provocado un aumento en las temperaturas y desatado incendios forestales, mermando significativamente los volúmenes de agua disponibles para la generación de energía. Este escenario ha llevado a un incremento notable en los costos de la energía en las últimas semanas.

Un ejemplo concreto de esta problemática se observa en la capacidad del embalse de Topocoro, en Santander, que ha visto reducida su capacidad de 1.056,45 gigavatios hora por día a 905,88 gigavatios hora por día en tan solo un mes.

En enero, el precio en bolsa de la energía empezó a aumentar, alcanzando los $621,69 por kilovatio, si bien ha experimentado una reducción reciente a 497,04 por kilovatio hora, estos valores siguen siendo significativamente superiores a los considerados normales, que rondarían los $200 por kilovatio hora.

En Colombia, el costo de la energía eléctrica ha alcanzado niveles récord, llegando a $471,16 por kilovatio hora, una situación impulsada por el fenómeno de El Niño y la consiguiente disminución de las reservas en los embalses hasta un 60,07% de su capacidad.

Frente a este panorama, las autoridades energéticas y ambientales del país instan a la población a adoptar medidas para un uso más eficiente de la electricidad y están evaluando acciones para mitigar los efectos de esta crisis energética y asegurar el suministro continuo a los hogares colombianos.

El incremento tarifario es un reflejo directo de los retos que enfrenta el país debido a condiciones climáticas adversas, que han afectado significativamente la capacidad de generación hidroeléctrica, fuente principal de la energía en Colombia.

Desde el inicio de esta crisis, las entidades gubernamentales han estado monitoreando de cerca la evolución del fenómeno y sus impactos en el sector energético. Han destacado la necesidad imperante de implementar estrategias que permitan no solo enfrentar la situación actual, sino también fortalecer la resiliencia del sistema a largo plazo.