Esta es la verdad sobre ‘la gran bestia’ de la que se habla en redes sociales en Colombia: un mamífero tan poco visto que podría ser una leyenda

En Infobae Colombia nos comunicamos con un experto en estos “fascinantes” animales que se encuentran en los ecosistemas nacionales y que consigo trae leyendas indígenas

Compartir
Compartir articulo
El hormiguero pigmeo es objeto de fascinantes creencias de omnipresencia en comunidades indígenas colombianas - crédito @j..sebas / Tiktok
El hormiguero pigmeo es objeto de fascinantes creencias de omnipresencia en comunidades indígenas colombianas - crédito @j..sebas / Tiktok

Con 453 mil ‘me gusta’, se ha viralizado un video de un joven campesino interactuando con un pequeño mamífero. En dicho registro, el joven manifiesta que se encontró con el animal cuando preparaba la tierra para una quema. El mamífero reposa en unos de sus brazos, como si no tuviera miedo de la presencia humana.

De pelaje esponjoso y de tonalidades café, dos “garritas” en cada una de sus manos, una cola que parece prensil, un hocico ligeramente alargado y un tamaño pequeño, usuarios manifestaron que dicho animal era una de las criaturas más tiernas que han podido ver.

Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.

En Infobae Colombia, nos interesamos por esta criatura e identificamos que se trata de un ejemplar de oso hormiguero pigmeo, o “la gran bestia”, por lo que nos comunicamos con Nicolás Reyes Amaya, curador de la colección de mamíferos del Instituto Alexander von Humboldt y destacado biólogo mastozoólogo con un doctorado en ciencias biológicas con énfasis en evolución y anatomía.

Los hormigueros pigmeos, como explicó Reyes Amaya, forman una familia taxonómica propia conocida como Cyclopedidae, diferenciándose de la familia Myrmecophagidae, donde se agrupan los otros osos hormigueros de mayor tamaño. Este grupo de mamíferos, único en su especie, presenta dimensiones asombrosamente diminutas, con cuerpos que oscilan entre 15 y 20 centímetros y colas prensiles que superan la longitud de su propio cuerpo, un rasgo distintivo que los separa de sus parientes más grandes.

Los hormigueros pigmeos muestran un inusual comportamiento parental, con machos que a menudo cargan y crían a las crías - crédito WWF / PETE Oxford Nature
Los hormigueros pigmeos muestran un inusual comportamiento parental, con machos que a menudo cargan y crían a las crías - crédito WWF / PETE Oxford Nature

Son los más pequeños entre todos los hormigueros”, destaca Reyes Amaya, subrayando la peculiaridad de estos diminutos exploradores de los bosques. Aunque comparten la dieta de hormigas y termitas con otros hormigueros, los pigmeos se distinguen por su comportamiento nocturno y solitario, además de su marcada agilidad en entornos arbóreos. A medida que profundizamos en la conversación, descubrimos que la singularidad de estos mamíferos va más allá de sus características físicas.

“Se les conoce como la gran bestia, porque hay creencias que sugieren que poseen el don de la ubicuidad”, revela Reyes Amaya. Dicho don, que no es más que un sinónimo de omnipresencia.

Estas percepciones, arraigadas en la relación entre los humanos y la naturaleza, reflejan la profunda conexión cultural que existe con estos animales en diversas comunidades indígenas en el territorio nacional. “Existe la creencia de que si alguien desvía la mirada de ellos, desaparecen o se mueven de aquí a allá. Esto ha llevado a que se capture a estos animales y se los mantenga en las casas. Se considera que al tener este animal mágico, los humanos también podrán acceder al poder de desplazarse y aparecer en diferentes lugares a voluntad”, explica Reyes Amaya.

Investigando un poco más a fondo de esto, encontramos que efectivamente hay varias personas afirman haber enjaulado a estos animales y que al día siguiente, dichas jaulas, se han encontrado vacías, sin una aparente manipulación de las cerraduras, pese a que la locomoción de estos animalitos más bien es poco ágil.

Otra atribución mágica que supuestamente tiene este animal, es el poder de curar enfermedades graves. “Una observación personal que realicé en algún momento desarrollando estudios en la serranía del Perijá, es que las comunidades indígenas de esta región del país los cazan y utilizan su carne y sangre para curar enfermedades complejas”, sostiene Reyes Amaya.

Retomando un poco los conceptos biológicos de esta especie, llegamos a conversar sobre su reproducción, a lo que el biólogo Reyes Amaya explicó que “las hembras paren una o dos veces al año, y en muchos casos, son los machos los que cargan a las crías en la espalda”. Este comportamiento parental desafía las convenciones observadas en otros miembros de la familia Myrmecophagidae y agrega una capa adicional de misterio a la vida de estos diminutos habitantes del dosel forestal.

En el ámbito geográfico, los hormigueros pigmeos se distribuyen ampliamente a lo largo del continente americano, desde el sur de México hasta Bolivia. Antes de 2017, se creía que todas las poblaciones pertenecían a una sola especie, Cyclopes didactylus. Sin embargo, un estudio de Miranda y colaboradores reveló la existencia de al menos siete especies diferentes dentro del grupo, transformando nuestra comprensión de estos pequeños habitantes de los bosques.

En Colombia, se reconocen dos de estas especies: Cyclopes dorsalis y Cyclopes ida. Sus distribuciones geográficas difieren, con Cyclopes dorsalis ocupando principalmente la región occidental del país, desde la región Caribe hasta los Santanderes, mientras que Cyclopes ida se encuentra en la zona oriental, abarcando los Llanos y otras áreas.

La entrevista con Nicolás Reyes Amaya nos brinda una visión de una especie nativa colombiana, la cual poco o nada se sabe dentro del conocimiento popular.

Desde sus peculiaridades morfológicas hasta su historia evolutiva y su impacto en las creencias locales, estos pequeños mamíferos forman parte de “los hormigueros y los perezosos, que se conocen en conjunto como Pilosa, pero ninguno de ellos tiene relación directa con los osos reales”.