Mineros prometen recibir con protestas a Gustavo Petro, que presidirá un consejo de ministros en Caucasia, Antioquia

Durante la visita del mandatario nacional y sus ministros hay programadas varias manifestaciones en esa zona del país

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Gustavo Petro estará en el Bajo Cauca antioqueño.
Gustavo Petro estará en el Bajo Cauca antioqueño.

Cumplido un mes del inicio del paro minero, el presidente Gustavo Petro viajará a Caucasia, en el Bajo Cauca antioqueño, para llevar a cabo un consejo de ministros y evaluar la situación que se vive en la región desde entonces. Según la información que trascendió desde la Casa de Nariño, el encuentro está previsto para las 2 de la tarde.

Por su parte, el Comité del Paro Minero anunció que las protestas se mantendrán de manera indefinida, incluso durante la Semana Santa, a pesar de que interrumpa la programación religiosa en los municipios de Caucasia, Zaragoza, El Bagre, Nechí, Tarazá y Cáceres. De hecho, ya tienen programadas manifestaciones durante la visita del presidente, y ante el redoblamiento de la presencia de la fuerza pública para asegurar su seguridad.

Habrá siete puntos de concentración en Valdivia, Tarazá, Cáceres, Caucasia y Puerto Libertador (Córdoba). Allí se tramitarán las quejas de los mineros en contra del Gobierno. Además de todo, según anunció el Comité del Paro, las carreteras de esa zona del país estarán “paralizadas”.

El vocero del Comité, Saúl Bedoya, manifestó que se cumplieron 18 días sin diálogos con el Gobierno nacional. “Persistimos en la misma posición, hasta tanto el Gobierno nacional se siente nuevamente con nosotros y se pueda levantar la protesta de manera justa, porque queremos es trabajar y producir”. De tal manera que esperan ser llamados para participar en el consejo de ministros.

Por lo pronto, la protesta se mantendrá hasta que el Gobierno pueda formalizar las labores de los mineros. Esto se tramitaría por medio de un distrito minero coordinado por la Gobernación de Antioquia y con la ayuda de varios viceministros.

Desde el 2 marzo empezó el paro minero en el Bajo Cauca y el Nordeste antioqueño debido al anuncio de que la Fuerza Pública reactivaría los operativos de destrucción de dragas y maquinaria amarilla de los trabajadores ilegales. Pero, la situación se empezó a salir de control por numerosos actos de vandalismo y violencia desmedida en contra de las autoridades que intentaban preservar el orden.

Esto conllevó a que el Gobierno asegurara que el paro está siendo infiltrado y promovido por el Clan del Golfo, razón por la cual decidió levantar el cese al fuego bilateral que había pactado con ese grupo armado el 31 de diciembre de 2022. Desde ese momento el bloqueo a las vías y la violencia disminuyó, pero de todas formas el paro se mantuvo.

El Ejecutivo ha mantenido diálogos con la comunidad, lo que justamente permitió que se pueda organizar el consejo de ministros en Caucasia. “En los municipios de Caucasia, Cáceres, El Bagre, Nechí, Tarazá y Zaragoza, se escucharon a las comunidades para avanzar en la conformación del Distrito Minero, productivo y de transformación económica en beneficio de los habitantes y la región en aspectos sostenibles y de ingresos”, indicó el Ministerio del Interior.

Entre tanto, los mineros pretenden que se detengan las operaciones en contra de la maquinaria ilegal, algo que de ninguna manera el Gobierno está dispuesto a hacer, por lo que las negociaciones parecen estar lejos de llegar a un consenso. “Reiteramos el deber constitucional y legal, irrenunciable del Gobierno, de controlar las operaciones mineras en el país y de todo tipo de minería”, manifestó el ministro del Interior, Alfonso Prada.

La idea del Comité del Paro es que a los mineros se les permita usar su maquinaria no regulada y sin permisos ambientales mientras hacen su tránsito hacia la legalidad por medio del distrito minero que ya está en construcción. Pero, de acuerdo a los planes iniciales, este proceso tardaría al menos cinco meses.

Gustavo Petro propuso entregarle subsidios a los mineros más vulnerables, pero el Comité no acogió esta idea aduciendo que no necesitan “limosnas”, sino solución a los problemas estructurales.

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