Por Semana Santa, lanzan plan contra el tráfico de flora y fauna

El Ministerio de Ambiente y la Policía Nacional presentaron el ‘Plan integral por la vida’. Durante Semana Santa se incrementa el tráfico y la comercialización de palma de cera, tortugas y babillas, entre otras especies

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Según cifras reportadas por entidades del Sistema Nacional Ambiental, en 2022, recibieron 36.423 individuos que permanecían en cautiverio. (Foto:Composición)
Según cifras reportadas por entidades del Sistema Nacional Ambiental, en 2022, recibieron 36.423 individuos que permanecían en cautiverio. (Foto:Composición)

En vísperas de Semana Santa, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y la directora de la Dijín, general Olga Salazar, lanzaron el Plan integral para la vida, contra el tráfico y la comercialización de especies. El plan presentado incluye la puesta en marcha de acciones integrales contra el tráfico de flora y fauna.

Estos delitos, de acuerdo con las autoridades, se incrementan durante esta temporada, cuando la demanda aumenta. Dentro de las especies que están en riesgo se encuentran las aves y los réptiles, cuyos huevos y carnes son utilizadas para el consumo humano.

Según cifras reportadas por entidades del Sistema Nacional Ambiental, en 2022, recibieron 36.423 individuos que permanecían en cautiverio, de los cuales el 40% correspondían a reptiles, 32% a aves, 26% a mamíferos y 2% a otras especies. De ellos, 13.959 fueron rescatados, 10.360 entregados voluntariamente a las autoridades ambientales y 10.177 más decomisados

Desde La Macarena (Meta), Susana Muhamad señaló que el Plan integral para la vida, “se pondrá en marcha en todo el territorio nacional y se extenderá durante todo el año, con el objetivo de detener la comercialización de especies silvestres que son privadas de su libertad para ser utilizadas como mascotas”.

Las autoridades señalaron cuatro especies que están en alto riesgo por los delitos de tráfico de fauna y comercialización de especies:

Tortuga hicotea: En Colombia fue catalogada como una especie vulnerable a la extinción debido a la reducción mayor o igual al 30% en las últimas tres generaciones, “una estampa que podría pasar a en peligro si sus verdugos continúan cazándola y consumiendo su carne y huevos”, señalaron desde el Ministerio de Ambiente.

Tortuga Morrocoy: Según las autoridades la comercialización de esta especie se centra en los departamentos de Antioquia, Arauca, Atlántico, Bolívar, Caquetá, Casanare, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, La Guajira, Magdalena, Meta, Santander, Sucre, Tolima y Vichada.

Babilla: Estos animales son objeto de consumo por parte de indígenas, comunidades afrodescendientes y colonos.

Águilas cuaresmeras: Normalmente para la época de Semana Santa migran y regresan desde la parte sur de Suramérica hacia Estados Unidos y Canadá. Ingresan por el sur a Colombia. Para las autoridades, la caza indiscriminada en el país podría ponerlas en peligro de extinción y “no deja de ser un atentado contra el medio ambiente”.

Otras acciones para cuidar la fauna y flora

La ministra de Ambiente también informó que el plan incluye la puesta en marcha de acciones integrales contra el tráfico de flora, especialmente, de palma de cera, alma de cera, areca, iraca y palma de vino que son utilizadas para celebrar el Domingo de Ramos, lo que está prohibido y es castigado por la ley.

Las multas por tener estos objetos pueden ascender hasta los 5.000 salarios mínimos, además, de las penas entre 5 y 11 años de prisión.

Durante la jornada, que se realizó el sábado 1 de abril, las autoridades ambientales explicaron que la palma de acera es el refugio y fuente de alimento para diferentes especies de fauna silvestre. En especial, es el hogar del loro orejiamarillo una de las especies endémicas del país que están en mayor riesgo de extinción.

Finalmente, Susana Muhamad recorrió las Sabanas del Yarí donde señaló que se está desarrollando un proyecto de conectividad ecológica y restauración, para combatir la deforestación y se recuperar la conectividad de 62 mil hectáreas de bosque amazónico, “en el que también se preserva la vida del jaguar”, afirmó.

Este proyecto es implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, liderado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con las autoridades ambientales de la región amazónica y el Instituto Sinchi.