Un hombre armado le disparó a quemarropa varias veces al primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, quien es conocido por desafiar a sus colegas dirigentes de la Unión Europea. Es el atentado más grave sucedido contra un dirigente europeo en décadas.
Fico fue tiroteado tras salir de la Casa de la Cultura de Handlová, un municipio en el centro de Eslovaquia, mientras saludaba a una pequeña multitud en la plaza Banikov. Fue llevado de emergencia a un hospital cercano y, posteriormente, trasladado por aire a otro centro hospitalario para ser operado de urgencia.
Horas después, el viceprimer ministro, Tomas Taraba, declaró a la BBC que la situación de Fico ya no era de vida o muerte y que esperaba que sobreviviera.
El atacante, identificado por los medios de comunicación eslovacos como un poeta de 71 años, fue derribado inmediatamente al suelo por los agentes de seguridad.
El ministro del Interior, Matus Sutaj Estok, dijo en una rueda de prensa que Fico había recibido cinco disparos y que las primeras pruebas “apuntan claramente a una motivación política”. Cuando se le pidió que nombrara al atacante, dijo: “Hoy no”.
El intento de asesinato avivó los temores de que los debates políticos europeos, cada vez más polarizados y tóxicos, estuvieran inclinándose hacia la violencia.
Fico comenzó su carrera política de tres décadas como un dirigente de izquierda, pero con los años se fue decantando hacia la derecha. Fue primer ministro de 2006 a 2010 y de 2012 a 2018, antes de regresar al poder en las elecciones del año pasado. Tras ser derrocado en medio de protestas callejeras en 2018, fue reelegido gracias a un plan de gobierno de conservadurismo social, nacionalismo y promesas de generosos programas de ayuda.
Su oposición al apoyo militar a Ucrania, sus relaciones amistosas con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y otras posturas le han situado fuera de la corriente dominante europea. Al igual que su aliado Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, Fico ha criticado con frecuencia a la Unión Europea.
Al igual que Orbán y el líder neerlandés de extrema derecha, Geert Wilders, Fico se ha regodeado en presentarse como un defensor enérgico del hombre común, un enemigo declarado de las élites liberales y un baluarte contra la inmigración procedente de fuera de Europa, en especial la musulmana.
Sus críticos han acusado a Fico de socavar la independencia de los medios de comunicación, se han opuesto a sus esfuerzos por restringir la financiación extranjera de las organizaciones cívicas y lo han calificado de amenaza para la democracia. También lo acusan de querer devolver a Eslovaquia a la época represiva del bloque soviético.
La carrera política de Fico parecía haber terminado después de su destitución en 2018, pero encontró un nuevo apoyo el año pasado al promover posturas contra la comunidad LGBTQ, atacando a la Unión Europea como una amenaza para la soberanía nacional y oponiéndose al suministro continuo de armas a Ucrania.
Durante su mandato como primer ministro, Eslovaquia se convirtió en el primer país en dejar de enviar armas a Ucrania, aunque continuó proporcionando ayuda no militar.
Su regreso al poder el año pasado fue el reflejo de una tendencia más amplia en gran parte de Europa: el declive del apoyo a los partidos de centro-izquierda y centro-derecha que se intercambiaban tranquilamente tras las elecciones y estaban de acuerdo en la mayoría de las cosas.
El tiroteo fue captado en varios videos, los cuales muestran a Fico, de 59 años, acercándose a un pequeño grupo de personas detrás de una barrera metálica a la altura de la cintura, cuando un hombre mayor se abrió paso y le disparó un arma de fuego a pocos metros de distancia.
En un video de la Radio y Televisión de Eslovaquia, una emisora pública, y verificado por The New York Times, se oyen cinco aparentes disparos.
Con el primer disparo, Fico se doblegó por la cintura y cayó de espaldas sobre un banco mientras se oían más. Los agentes de seguridad lo llevaron a un Audi negro situado a varios metros de distancia, cargándolo a medias hacia la puerta trasera del vehículo.
Una publicación en la página oficial y verificada de Facebook del primer ministro decía que Fico estaba en “condiciones de vida o muerte”. “Las próximas horas serán decisivas”, decía la publicación. Los funcionarios del gobierno no especificaron qué parte de su cuerpo había recibido los impactos.
La policía no hizo comentarios inmediatos sobre el ataque, el atentado más grave contra la vida de un jefe de gobierno europeo desde el asesinato del primer ministro serbio, Zoran Djindjic, en 2003.
El atentado suscitó un coro de condenas de líderes mundiales, entre ellos el presidente Joe Biden, quien lo calificó de “horrible acto de violencia”, y Putin, que elogió a Fico como un “hombre valiente y de mente fuerte”.
La presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputová, cuyo cargo es en gran medida ceremonial, dijo en un comunicado: “El atentado contra el primer ministro es ante todo un ataque contra un ser humano, pero también un ataque contra la democracia”.
Algunos de los aliados de Fico en el Parlamento sugirieron que sus oponentes liberales habían creado el ambiente propicio para el tiroteo.
Michal Simecka, presidente del partido de la oposición Eslovaquia Progresista, dijo que compartía la sensación de “horror” del ataque, pero advirtió contra la difusión de “información falsa” sobre el agresor. En un post en la plataforma de redes sociales X, subrayó que el atacante no era miembro de su movimiento ni estaba vinculado a su partido en modo alguno.
Fico dimitió como primer ministro en 2018, tras semanas de manifestaciones masivas por los asesinatos de un periodista, que estaba revelando la corrupción del gobierno, y de su prometida. Los manifestantes dijeron que el gobierno no estaba interesado en resolver el crimen. Varias personas fueron condenadas posteriormente por su implicación en los asesinatos, pero un empresario acusado de orquestarlos fue absuelto.
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