Esto es lo que Beyoncé le enseñó a una editora de The New York Times

Por The New York Times

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Beyonce (Getty Images)
Beyonce (Getty Images)

Veronica Chambers tiene un ritual matutino que, algunas veces, ha involucrado dormir en el piso de su cocina para asegurarse de estar tan incómoda que logra madrugar. Parece haber funcionado: es autora de más de una decena de libros, entre ellos el más reciente Queen Bey: A Celebration of the Power and Creativity of Beyoncé Knowles-Carter, y es la editora del proyecto de narrativa archivística del Times, Past Tense (tiempo pasado).

Cuéntanos de tu rutina matutina, si es que la tienes.

Las mañanas lo son todo para mí. Durante mucho mucho tiempo fui una persona nocturna. Luego, poquito a poco, me entrené para convertirme en una persona matutina. Cuando escribí mi primer libro, me encantaba dormir. Pero quería ser escritora, así que debía funcionar porque tenía un trabajo de tiempo completo. Literalmente programaba el temporizador de mi horno para seis horas, que era el máximo tiempo que permitía la estufa, y luego me dormía en el piso de la cocina para estar muy incómoda y despertarme.

Toni Morrison una vez dijo sobre la escritura al amanecer: "Todos los escritores idean modos de acercarse a ese lugar donde esperan hacer el contacto, donde se convierten en el conducto o donde se involucran en este misterioso proceso. Para mí, la luz es la señal en la transacción. No es estar en la luz, es estar ahí antes de que la luz llegue".

Tuve la gran fortuna de entrevistar a Morrison en vivo en tres ocasiones y aunque existe un universo entero que la adora, yo me tomo sus consejos de escritura de manera muy muy personal y en serio. Así que trato de leer un poco o escribir un poco casi todos los días al amanecer.

De modo más práctico, es un muy buen día si antes del trabajo consigo hacer algo de Tracy Anderson o de Yoga con Adrienne. Me encantan las clases de spinning, mi amiga Tanysha enseña una que se llama Wake and Drake (despertar y Drake) que es lo mejor. Pero ahora lo que necesito es la consistencia y la facilidad de poder ejercitarme en la sala de mi casa.

¿Cómo te recuperas en momentos de duda?

He sido una escritora que trabaja desde que estaba en la universidad (solía escribir una columna sobre chicos lindos en la revista Seventeen). Mi cálculo conservador es que en toda mi vida he sido rechazada unas cinco mil veces. Así que he practicado bastante eso de levantarme otra vez.

Me permito un tiempo para afligirme y a estas alturas es bastante rápido: me doy un día o dos para lloriquear y sentirme horrible, luego un día o dos para que la tristeza se vaya un poco más lejos de mi corazón. Después, al quinto día, trato de leer algo y al sexto o al séptimo intento hacer algo. Escribo un poquito, aunque sea un par de oraciones o algo que sueño escribir.

Para mí, el proceso es volver a reconectar con mi propósito; siento que el mío es crear. Así que trato de alinearme al respecto aunque haya tantas cosas difíciles que nos llegan a todos en el mundo.

Eres una escritora prolífica, autora publicada, editora y mamá y tienes un boletín sobre la creatividad. ¿Cuál es tu secreto de productividad?

Honestamente, crecí en la pobreza y en una situación tan difícil, que cuando me di cuenta de que mi vida adulta no iba a pasarla sobre la cuerda floja de la línea de pobreza ni en un hogar violento con temor constante, todo lo demás me parecía un pastel de cumpleaños.

No he sido disciplinada con llevar un diario de gratitud, pero creo que mi vida es un diario de gratitud. Estoy muy agradecida de no tener que vivir y criar a una hija en la situación precaria en la que yo crecí.

Dicho esto, fuera de mi pasado socioeconómico, creo que sí soy muy organizada. No crecí de ese modo, pero aprendí lo importante que era sentir que tengo las riendas de mi vida: coordinación, rutinas, sistemas, todo eso ayuda.

También ajusto constantemente el equilibrio. Hay meses en los que lo que manda es ser mamá y todo lo demás cambia ligeramente. Cuando tengo un plazo de entrega, las cosas se acomodan de otro modo. También hago muchas evaluaciones por temporada. Pensar cómo quiero que sea el verano o el otoño o el invierno me ayuda a ser más específica respecto a lo que tengo entre manos y lo que debe irse.

Escribiste un libro sobre Beyoncé (que algunos llaman el coleccionable definitivo de Beyoncé): ¿qué podemos aprender de Queen Bey?

Cuando empezó la gira del libro de Queen Bey, las librerías empezaron a referirse a mí como Beyonzóloga, lo que me encantó.

Hay muchas lecciones de Beyoncé y este libro es una colección que reúne a escritores como Luvvie Ajayi, Melissa Harris Perry y Michael Eric Dyson, quienes van libro a libro, capítulo a capítulo y estrofa a estrofa examinando lo que ella aporta y cómo siempre está elevando el estándar en asuntos creativos.

Pero creo, personal, profesional y políticamente, que siempre vuelvo a la letra de Freedom que hizo junto a Kendrick Lamar. Ella dice: "I break chains all by myself / Won't let my freedom rot in hell / I'ma keep running, 'cause a winner don't quit on themselves." Que en español significa: Rompo mis cadenas / no dejaré que mi libertad se pudra en el infierno / seguiré corriendo porque los campeones no se rinden.

Para mí, esa canción y esa letra son un recordatorio de la motivación propia y de la autovaloración: Voy a ____ [completa aquí con lo que sea que desees] y no voy a rendirme porque una ganadora no renuncia a sí misma.

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