La trágica historia del hombre que crió a un oso pardo durante cuatro años y fue devorado por el animal

En Rusia el animal salvaje asesinó a su dueño luego de que lo cuidara desde que era pequeño

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Sergey Grigoriyev junto a su oso Vorchun
Sergey Grigoriyev junto a su oso Vorchun

Lo cuidó, lo alimentó y lo quiso como a un hijo. En 2014 el ruso, Sergey Grigoriyev, comenzó a criar un oso que cuatro años después se convertiría en su asesino.

El hombre - que era cazador- encontró dos crías de oso pardo en las afueras del bosque de Ozersk, región de Chelyabinsk, Rusia. Adoptó a uno como su mascota y dejó al otro. Ya que no podía cuidar de ambos osos tomó la decisión de quedarse solo con uno al que llamó Vorchun (gruñón) y trató como si fuera su hijo.

El hombre protegió y alimentó al oso pardo por cuatro años. Siempre había soñado con criar un oso y por fin se había topado con un pequeño gruñón que cumplía con todas sus expectativas. Lo tenía en una pequeña jaula en su casa. El animal no salía de allí y era muy obediente.

Al haberlo adoptado cuando era una cría, el mamífero creció junto a Sergey. Y aunque el hombre también tenía tres perros, un afecto especial lo unía a Vorchun. Le daba la comida con una cuchara en la boca y generó un lazo que el hombre creyó que era mutuo. Tiempo después Vorchun le demostró que nunca dejó de ser un animal salvaje.

En cautiverio, el oso tuvo en varias ocasiones actitudes violentas pero su dueño las ignoró y se negó a dejar de cuidarlo porque afirmaba que la mayoría del tiempo era cariñoso. En una oportunidad sufrió heridas graves en su brazo pero, a pesar de las reiteradas advertencias de su esposa y su hija, trató de domesticarlo para evitar ataques.

Sergey entrenaba a Vorchun y a sus perros para que aprendieran a enfrentar a depredadores. El oso y los canes aprendían rápido y obedecían todas las órdenes de su dueño, por lo que nadie se esperaba que el oso fuera a utilizar todo el entrenamiento que el ruso le había dado en su contra.

Un día de diciembre de 2018, Sergey Grigoriyev no respondió las llamadas de su vecino, con quien había compartido un café un rato antes. La familia del ruso comenzó a intentar contactarse con él pero no había caso. Por lo que después de cierto tiempo dieron aviso a las autoridades.

La policía se movió con rapidez y los agentes fueron a la casa del hombre para, en su puerta, encontrar manchas de sangre que los llevarían a los restos del ruso. El animal se había comido al cazador, quien había sido una especie de “padre” hasta el día de su “asesinato”.

“La jaula estaba abierta. El animal caminaba por la zona mostrándose agresivo. Y en el lugar encontramos los restos del esqueleto de un hombre”, dijo el detective Alexey Petrov.

La jaula en la que vivía el oso que mató a su dueño
La jaula en la que vivía el oso que mató a su dueño

El oso y los perros

Antes de que llegara la policía el oso también mató a uno de los tres perros que tenía el cazador. El can enfrentó al animal, que estaba a punto de atacar a la esposa e hija del hombre. Ellas pudieron escapar pero el oso pardo despedazó al perro. Los agentes vieron que el oso se movía con mucha agresividad por lo que tuvieron que dispararle y matarlo. Por ley, en Rusia, los osos son sacrificados si atacan a los humanos, sea en su hábitat natural o no.

“La bestia está muerta, por lo que los ciudadanos se pueden quedar tranquilos, ya que nunca más representará un peligro para la vida y seguridad de las personas”, había dicho el jefe de policía, que había sido el encargado de matar al oso.

La policía anunció que iba a iniciar una investigación en la ciudad de Ozersk, donde ocurrió este caso, para determinar si había más vecinos que tuvieran osos como mascotas y así evitar futuros ataques.

Su familia dijo que Sergey Grigoriyev planeaba dejar ir al mamífero cuando estuviera listo para una vida silvestre. Quería entrenarlo y darle las herramientas para la vida en el bosque.

Mientras lo entrenaba generó un vinculo “paterno” con el oso y cuando el animal comenzó a crecer, no pudo controlar sus impulsos salvajes y devoró al cazador. Dejó solo los huesos de Sergey, una niña huérfana y una mujer viuda.

Es ilegal tener osos como mascotas en Rusia por el peligro que pueden generar para sus dueños, sin embargo esta ley no se respeta tanto como debería, ya que no es el primero ni el único caso que se reportó de hombres que son atacados por osos con finales similares a Sergey, uno de los hechos de este tipo que más repercusión ha tenido en el país de los cosacos.