Una mujer se presentó como candidata a presidente en Siria por primera vez en la historia

Faten Alí Nahar tiene 50 años y es de Damasco. No es una figura opositora y su intención debe ser aprobada por el Parlamento, dominado por los representantes del dictador Bashar al Assad

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Elecciones en Siria

Faten Alí Nahar se convirtió en la primera mujer en presentar su candidatura a la Presidencia de Siria en la historia del país, según confirmó el presidente del Parlamento, Hamudé Sabaq, de cara a las elecciones que se celebrarán el 26 de mayo.

Sabaq señaló que recibió una notificación del Tribunal Constitucional confirmando que Alí Nahar expresó su intención de presentarse a las elecciones, con lo que ascienden a tres el total de candidaturas, sin que el presidente, Bashar al Assad, se haya pronunciado por el momento.

Según las informaciones publicadas por la agencia estatal siria de noticias, SANA, Alí Nahar es una mujer nacida en 1971 en la capital, Damasco, y se ha nominado a sí misma para el puesto. Poco se sabe de ella. La presidenta del parlamento proporcionó su edad, lugar de nacimiento y el nombre de su madre en el anuncio. No hubo informes sobre quién es ella en las redes sociales. Por el momento no han trascendido más detalles. En cualquier caso, no se trata de una figura reconocida de la oposición.

Hasta el momento, ninguna mujer se había postulado como candidata

El Parlamento sirio confirmó durante la jornada del lunes que había recibido dos notificaciones del citado tribunal con las candidaturas de Salum Abdulá y Mohamad Firas Yasín Rayú, si bien se espera que los comicios sean un proceso sin sorpresas en el que Al Assad obtenga un cuarto mandato al frente del país.

Todos los intentos para reformar la Carta Magna en Siria tras diez años de conflicto fracasaron y el actual mandatario podría incluso consolidar su influencia con esta más que probable victoria, a pesar de los momentos de debilidad que atravesó a principios de la guerra.

Los nominados deben haber residido continuamente en Siria durante diez años. Su candidatura también debe ser aprobada por 35 miembros del Parlamento, dominado por el partido Baaz, lo que imposibilita las candidaturas de destacados opositores, la mayoría de ellos en el exilio.

El parlamento es controlado por los diputados de la dictadura de Al Assad

Siria solo comenzó a permitir la votación de múltiples candidatos en las elecciones de 2014. La competencia con Assad fue simbólica y la oposición y los países occidentales la vieron como una farsa destinada a darle al presidente en ejercicio un aire de legitimidad.

Es poco probable que la comunidad internacional reconozca la legitimidad de las próximas elecciones.

El mes pasado, la administración Biden dijo que no reconocerá el resultado de las elecciones presidenciales de Siria a menos que la votación sea libre, justa, supervisada por las Naciones Unidas y represente a toda la sociedad siria.

Foto de archivo del presidente de Siria, Bashar al Assad y a su esposa, Asma al- Assad (d), durante una visita en Nueva Delhi, India. EFE/HARISH TYAGI/Archivo

Por otra parte, Al Assad anunció el nombramiento de Muhamad Isam Hazima como nuevo gobernador del Banco Central, cerca de una semana después del cese de su predecesor, Hazem Karful, según informó la agencia estatal siria de noticias, SANA.

Karful fue despedido la semana pasada por el mandatario a través de un decreto en el que no se especificaron los motivos de la decisión, en medio de la grave crisis económica que atraviesa el país, sumido en la guerra desde marzo de 2011.

Apenas dos días después, el Banco Central anunció una devaluación del cien por cien de la moneda nacional respecto al dólar, con lo que la tasa de cambio pasó de ser de 1.256 libras sirias por cada dólar a 2.512 libras por cada dólar.

El cese de Karful tuvo lugar menos de un año después de que Al Assad echara a su entonces primer ministro, Imad Jamis, también por el empeoramiento de la situación económica. La salida del Gobierno de Jamis, sustituido por Husein Arnús, tuvo lugar después de varias semanas de protestas en zonas controladas por el Gobierno debido al aumento de los precios, afectados también por la pandemia de coronavirus.

La economía siria sufrió además el impacto de las sanciones impuestas a causa del conflicto, entre ellas la conocida como Ley César, activada por Estados Unidos el año pasado, así como por la profunda crisis económica en la que está sumido Líbano.

(Con información de EP)

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