China reconoció la existencia de “campos de internación y reeducación” en Xinjiang

El régimen, en un acto inédito, publicó en el libro blanco lo que la comunidad internacional tomó como un “reconocimiento indirecto” de sus actividades ilícitas y atropellos a los derechos humanos en la región

Compartir
Compartir articulo
Fuerzas paramilitares chinas formadas frente a un retrato del presidente Xi Jinping (REUTERS/Thomas Peter)
Fuerzas paramilitares chinas formadas frente a un retrato del presidente Xi Jinping (REUTERS/Thomas Peter)

El gobierno chino defendió el jueves, en un acto inédito, su llamado "programa de formación profesional " en la Región Autónoma de Xinjiang, según fue publicado en el libro blanco, lo cual fue por la comunidad internacional como un “reconocimiento indirecto” de sus actividades ilícitas y atropellos a los derechos humanos en la región.

Titulado “Empleo y derechos laborales en Xinjiang”, el libro blanco del Consejo de Estado, gabinete de china, expone el sistema organizacional implementado por el gobierno regional para la llamada “capacitación orientada al empleo en chino estándar hablado y escrito, conocimiento legal, conocimiento general para la vida urbana y habilidades laborales”, cuyo objetivo sería el de mejorar el nivel educacional de la población activa y así luchar contra la pobreza.

El documento reconoce que el gobierno regional brindó capacitación vocacional a un promedio de 1.29 millones de trabajadores urbanos y rurales cada año entre 2014 y 2019. De esos trabajadores, alrededor de 451.400 eran del sur de Xinjiang, un área según señala el libro blanco, dominada por “pensamientos extremistas” por encontrarse luchando contra la pobreza extrema sumado a un deficiente acceso a la educación.

Ese período fue también cuando las autoridades regionales introdujeron una campaña de “des-radicalización sistémica” para combatir el terrorismo y los pensamientos religiosos extremos, según informes de los medios de comunicación de China continental.

Xi Jinping se encuentra hoy bajo una creciente presión internacional por sus políticas en la región del lejano oeste, donde se cree que ha detenido al menos a un millón de uigures y otras minorías étnicas musulmanas en "campos de internación y reeducación " en un intento de “nueva revolución cultural”.

Actualmente, el Congreso de los Estados Unidos está tratando de Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uigur, copatrocinada por el senador republicano Marco Rubio y el representante demócrata James McGovern, quienes piden una prohibición de importación de bienes producidos en Xinjiang a menos que se pueda probar que los productos no fueron fabricados por convictos, trabajo forzado o contratado. El presidente Trump ya ha impuesto hace una semana la prohibición de productos como el algodón producidos en la región lo que tendrá un fuerte impacto en la economía de la región.

El muro perimetral de un centro de detención en Dabancheng, región de Xinjiang (REUTERS/Thomas Peter)
El muro perimetral de un centro de detención en Dabancheng, región de Xinjiang (REUTERS/Thomas Peter)

En mayo también fue aprobada Ley de Política de Derechos Humanos Uigur 2020, también patrocinanda por el senador Rubio la cual ha habilitado al gobierno norteamericano a imponer sanciones a entidades y funcionarios del Partido Comunista presuntamente involucrados en la represión en Xinjiang.

También la Unión Europea se unió esta semana a los reclamos en su reunión virtual programada con Xi Jinping, pidiendo al gobierno chino que recibiera una delegación en la región de Xinjiang con el fin de iniciar una investigación que ayude a clarificar la situación y así evitar posibles sanciones.

El prestigioso antropólogo e investigador alemán, Adrian Zenz, quien se ha especializado en temas de derechos humanos de las regiones de Xinjiang y Tíbet, se ha referido a la publicación del gobierno chino como algo inédito diciendo que el nuevo documento no hace más que afirmar el impacto negativo que tiene la campaña china de seguridad en la región.

Zenz señala que el libro blanco reconoce tácitamente el carácter coercitivo del sistema de formación centralizado y la transferencia de excedentes rurales. Los 1,29 millones de trabajadores que reciben “formación profesional” cada año podrían ser un indicio de trabajo forzoso.

Es la primera vez que el gobierno chino da una respuesta específica a las acusaciones de trabajo forzoso mediante su formación profesional coercitiva tanto fuera como dentro de los “campos de internación o reeducación” .

El libro blanco también dice que el tamaño de la fuerza laboral en Xinjiang aumentó en un 17.2 por ciento entre 2014 y 2019, pasando de 11.35 millones a 13.3 millones.

Un grupo de personas asistiendo a instrucción en un centro de detención en Xinjiang (REUTERS/Ben Blanchard)
Un grupo de personas asistiendo a instrucción en un centro de detención en Xinjiang (REUTERS/Ben Blanchard)

Esa cifra de la fuerza laboral para 2019 es información nueva, según Zenz, ya que hasta la fecha el gobierno chino no había revelado el informe anual de estadísticas de desarrollo de la región del año anterior.

También agregó que el marco de tiempo para la presentación de informes utilizado en todo el libro blanco era revelador, ya que el crecimiento de la fuerza laboral cayó después del 2017, cuando la represión en Xinjiang comenzó a aumentar.

La razón por la que citaron el aumento total de la fuerza laboral del 2014 al 2019 es que gran parte de este aumento tuvo lugar hasta el año 2017. Los aumentos en 2018 y 2019 fueron solo del 0,85 por ciento”, dijo Zenz, citando los datos económicos oficiales de China.

Esto mostró una situación negativa para el empleo en general, ya que muchos chinos han abandonado Xinjiang y los negocios han sufrido, a pesar de las afirmaciones sobre los logros en la transferencia de mano de obra rural, según Zenz.

También señaló otras dos cifras en el libro blanco: las 155.000 personas de hogares registrados en el sur de Xinjiang que encontraron trabajo fuera de sus lugares de origen entre 2018 y 2019, en comparación con las 221.000 para el período entre 2018 y junio de 2020.

Zenz dijo que esas cifras involucrarían una cantidad significativa de mano de obra en “campos de entrenamiento” ya que las personas liberadas de los campos eran típicamente de hogares pobres en el sur de Xinjiang.

Imágenes captadas por una cámara de seguridad que muestran el traslado uigures detenidos en Xinjiang
Imágenes captadas por una cámara de seguridad que muestran el traslado uigures detenidos en Xinjiang

"Lo que es interesante es la alta proporción de transferencia de mano de obra en 2020: 66.000 en solo seis meses, que es casi lo mismo que el promedio de 77.500 para 2018 y 2019″, señaló Zenz.

Según el experto en el tema, el libro blanco reconoce tácitamente la naturaleza coercitiva de la formación centralizada y la transferencia de trabajadores rurales excedentes.

Por su parte, Michael Clarke, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad Nacional de Australia que investiga la historia y la política de Xinjiang, estuvo de acuerdo con Zenz en que la cifra de 1,29 millones tenía una posible conexión con el trabajo forzoso o coaccionado en lugar del tamaño de los campos de entrenamiento, según declaraciones al South Morning China Post.

Sin embargo, agrega que sin duda es otra indicación del tamaño o alcance de los esfuerzos emprendidos bajo la amplia etiqueta de ‘reeducación’.

Según Clarke, la admisión de que alrededor de 451.000 personas de hogares pobres en el sur de Xinjiang recibieron “capacitación” fue interesante, ya que estaba en línea con la estrategia del Partido Comunista para abordar las causas del extremismo en la región, como la pobreza y las creencias tradicionales mediante la educación secular y la modernización.

Clarke afirmó que si bien algunos podrían ver el libro blanco como una admisión tácita de la validez de afirmaciones sobre el sistema de reeducación y formación profesional, también era claramente parte una estrategia de propaganda implantada por el gobierno comunista en un intento de contrarrestar las críticas internacionales.

China, en contraposición a investigaciones realizadas , busca bajar el tono a la discusión afirmando que la ‘capacitación vocacional’ que brindan es en realidad un servicio social para mejorar los medios de vida de las personas. y aliviar la pobreza ".

El libro blanco concluye afirmando que, “para resolver su problema de empleo a largo plazo, Xinjiang debe optimizar aún más la estructura industrial, mejorar la calidad de la fuerza laboral y cambiar la mentalidad obsoleta de las personas”.

MÁS SOBRE ESTE TEMA: