Cerveza Heineken decidió cancelar el contrato de sus promotoras en África porque eran objeto de abusos sexuales

Varias mujeres denunciaron la situación en Mozambique, lo que habilitó a una auditoría sobre las prácticas de la compañía en el continente

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La compañía Heineken decidió cancelar los contratos de las "chicas de la cerveza" que promocionaban sus productos en Mozambique, tras haber reconocido que eran objeto de abusos sexuales de diverso grado.

La empresa cervecera holandesa, que opera en 20 países africanos y donde tiene unos 15.000 empleados, admite que "ha habido denuncias de intimidación física, verbal o sexual en Burundi, República Democrática de Congo, Nigeria, Kenia, Sierra Leona, Uganda", informó el diario El País.

Los casos han salido a la luz en una auditoría, que ha empujado a la empresa a presentar un nuevo código de conducta destinado a proteger y apoyar a estas ayudantes, contratadas en su país por terceros, pero a costa de la firma holandesa.

"Las chicas de la cerveza" son unas 2.000 en África, y su labor consiste en hacer publicidad de la marca holandesa y estimular el consumo en cafés y fiestas públicas y privadas. En algunos países llevan pantalones vaqueros y camiseta. En otros, como Mozambique, Kenia y Uganda, se prefería el uso de minifalda o ropa más ajustada, indicó la consultora a cargo de la auditoría.

Promotoras de Heineken en África

Heineken no impone las normas de vestimenta, puesto que no las ficha directamente, pero considera su trabajo esencial para darle visibilidad a sus productos. Durante la auditoría, fueron entrevistadas a 181 mujeres en 17 países, y 57 de ellas dijeron haber sido víctimas de comportamientos inadecuados por parte de los clientes.

Como 13 de las denunciantes eran de Mozambique, y en sus casos hubo intimidación sexual explícita, la cervecera ha paralizado allí este tipo de promoción. En algunos casos, el agresor fue el dueño del bar o un gerente; en todos se había bebido mucho alcohol, según los auditores. En cuanto al sueldo, en principio recibían el correspondiente salario mínimo, pero unos 40 de los contratistas carecían de un registro de las horas, y no pagaban las extras.

"Hemos trabajado mucho para poner este asunto sobre la mesa y abordarlo de forma efectiva. No es de recibo que la gente que nos hace publicidad se sienta insegura o sea molestada, y no lo perderemos de vista", han señalado voceros de Heineken, que piensan encargar auditorías similares en Asia y América Latina.

Sin embargo, según el periodista de investigación Olivier van Beemen, se trata de una declaración de intenciones tardía. Autor de dos libros sobre la presencia de Heineken en África, titulados Bier voor Africa (Cerveza para África) y Heineken in Africa, respectivamente, señala que los abusos "se conocen desde hace dos décadas".

Los libros de Van Beemen han dañado la reputación de Heineken. En mayo pasado, el Fondo Sostenible de ASN Bank, una banca minorista holandesa centrada en proyectos sociales, dejó de colaborar con la cervecera "porque no cumplía sus requisitos". Un poco antes, en marzo, había hecho lo mismo The Global Fund, la fundación que lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis con ayuda de Bill Gates, cofundador de Microsoft.

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