Javier Campos “El Gallo” y Joaquín César Mora “El Morita”: quiénes eran los dos jesuitas que entregaron su vida a las comunidades tarahumaras

El sacerdote Ismael Bárcenas contó que el “Padre Gallo” dedicó su vida a los tarahumaras: hablaba su lengua, conocía sus nombres, sus casas y sus caminos

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Javier Campos Morales, El Gallo, y Joaquín César Mora Salazar, El Morita, son los dos sacerdotes jesuitas que fueron asesinados en un templo de la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique en Chihuahua, cuando trataron de auxiliar a un hombre herido.

La comunidad de Jesuitas México lamentó su asesinato y dedicó un mensaje a los dos sacerdotes para agradecer su “vida y misión”, que entregaron de cuerpo y alma en la Sierra Tarahumara durante décadas.

Este lunes perdieron la vida cuando trataron de brindar ayuda a un hombre herido que era perseguido por sujetos armados. Diversas asociaciones civiles y religiosas exigieron justicia y la recuperación de sus cuerpos, que fueron sustraídos por los asesinos.

No solo eran curas de Sacristía, sino verdaderos amigos, papás, hermanos, compañeros de camino” dijo otro sacerdote de la comunidad tarahumara. Los testimonios de quienes los conocieron coincidieron en que los padres Javier Campos y Joaquín Mora eran parte del pueblo y que murieron en la raya, tratando de proteger a la comunidad en todo momento.

“Queridos y entrañables”, así eran los dos sacerdotes asesinados

Javier Campos al ordenarse como sacerdote en 1962 (FOTO: Faceboo)
Javier Campos al ordenarse como sacerdote en 1962 (FOTO: Faceboo)

Javier Campos Morales, “El Gallo, nació el 13 de febrero de 1943 en la Ciudad de México, sin embargo, su niñez y adolescencia la vivió en Monterrey, Nuevo León.

Ingresó a la Compañía de Jesús el 14 de agosto de 1959, a la edad de 16 años, para ser ordenado sacerdote el 8 de junio de 1972 en la Ciudad de México, destacó la comunidad jesuita.

El padre Gallo se desempeñaba desde 2019 como Superior de la Misión Jesuita, Párroco, Vicario de Pastoral Indígena de la Diócesis de Tarahumara. Dedicó 34 años a las comunidades indígenas, hasta que este 20 de junio fue asesinado.

Cuentan que Javier Campos era un hombre cuya “alegría y luz llenaban el espacio”, quien en el ejercicio de su fe se entregaba a cada persona que encontraba en su camino por la Sierra Tarahumara.

El sacerdote Ismael Bárcenas cuenta que el Padre Gallo “decidió dar su vida con los Tarahumaras. Hablaba su lengua, conocía sus nombres, sus casas y sus caminos”.

El Padre Gallo estaba totalmente entregado a su misión en la Sierra Tarahumara. (FOTO: Facebook)
El Padre Gallo estaba totalmente entregado a su misión en la Sierra Tarahumara. (FOTO: Facebook)

En el caso de Joaquín César Mora Salazar, El Morita, nació el 28 de agosto de 1941 en Monterrey, Nuevo León. Al igual que su compañero, ingresó a la Compañía de Jesús cuando tenía 16 años de edad.

El Morita fue ordenado sacerdote el 1 de mayo de 1971 en su ciudad natal. Posteriormente se integró a las misiones en la Sierra Tarahumara, donde entregó 23 años de fe y trabajo, hasta que fue asesinado este lunes.

De inmediato surgieron en redes sociales los testimonios que conocieron a estos dos clérigos, destacando su espíritu de humildad y entrega por las comunidades más desfavorecidas.

Es el caso de Martín Solares, quien compartió algunos recuerdos sobre el padre Joaquín Mora, a quien describió como un hombre profundamente sensible, que jamás ostentó ningún lujo y entregaba todo lo que poseía a los más pobres.

“Sin duda ha sido el más silencioso de todos los jesuitas que he tenido la fortuna de conocer. Había una manera de hacerlo sonreír de inmediato y era preguntarle por la sierra tarahumara, uno de los primeros lugares al que lo enviaron los jesuitas a ayudar a la comunidad”, relató Solares en Facebook.

La Diósecis de Tarahumara señaló que a ellos siempre los caracterizó su desprendimiento y amor hacia la comunidad, mientras que otros religiosos de la zona denunciaron que fueron víctimas del crimen organizado que opera en esa región, ante la mirada de autoridades.

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