A sangre y fuego: cómo Sonora se convirtió en un mortal campo de batalla de los cárteles del narco

Su situación geográfica ha ocasionado que sea una zona clave para el trasiego de drogas hacia los Estados Unidos

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Escena de la masacre de la familia LeBaron, en el límite entre Chihuahua y Sonora (The New York Times)
Escena de la masacre de la familia LeBaron, en el límite entre Chihuahua y Sonora (The New York Times)

Sonora vive sus días más violentos desde hace por lo menos 10 años, en gran medida, por la violencia generada por los cárteles del narcotráfico y grupos del crimen organizado.

La masacre de integrantes de la familia LeBarón, que dejó tres mujeres y seis niños muertos, ocurrida en la zona serrana de Chihuahua y Sonora, confirma que la situación está fuera de control.

En los primeros nueve meses de este 2019, la entidad ubicada en el norte de México, registró 761 homicidios, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). La cuarta parte sucedieron en la ciudad de Hermosillo, la capital del estado.

De estos 761 homicidios, en al menos 489 estuvo involucrada un arma de fuego, en su mayoría, de alto poder.

Al hacer el comparativo con el 2009, cuando se registraron 404 homicidios, para este 2019, el número de asesinatos superará el doble de casos, por lo que este año sería el más violento en una década.

Debido al recrudecimiento de la violencia derivada de la intensa disputa entre los cárteles por el territorio, desde su llegada al gobierno de Sonora (13 septiembre de 2015), Claudia Pavlovich, emanada de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), solicitó ayuda al gobierno de Enrique Peña Nieto, principalmente en Cajeme, Guaymas, Hermosillo, Ciudad Obregón y Yécora.

Sin embargo, pese al envío de más de 1.000 elementos de la Guardia Nacional (GN), la violencia en la entidad se ha recrudecido.

A sangre y fuego: la pelea por Sonora

Por su ubicación geográfica, Sonora es una zona clave en el trasiego de drogas hacia los Estados Unidos (Foto: Google, Inegi)
Por su ubicación geográfica, Sonora es una zona clave en el trasiego de drogas hacia los Estados Unidos (Foto: Google, Inegi)

Sonora es atractiva por su situación geográfica. Forma parte del llamado triángulo dorado (Chihuahua, Sonora y Sinaloa) además de que colinda con el estado de Arizona (EEUU), por lo que es clave en el trasiego de droga hacia la Unión Americana, lo que lo ha convertido en una zona codiciada para varios cárteles del narcotráfico y grupos del crimen organizado.

Un informe de la Fiscalía General de la República (FGR) del 2000 al 2018, reveló que la autoridad federal aseguró 104 narcotúneles en la fronteras con Estados Unidos. De estos, casi la mitad se localizaron en Sonora: 56.

De acuerdo con autoridades federales, la plaza se la disputan el Cártel de Sinaloa, encabezada por Ismael “El Mayo” Zambada y “Los Chapitos”, “Los Salazar” (facción del Cártel de Sinaloa), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), así como por remanentes del Cártel de Los Beltrán Leyva comandados por Fausto “El Chapo” Isidro Meza.

Meza Flores, era aliado del Cártel de Sinaloa, pero tras fuertes disputas internas, se pasó del lado de los Beltrán Leyva, por lo que se ha propuesto no dejar entrar al estado de Sonora a Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Ovidio Guzmán, los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, lo que ha derivado en un aumento en la violencia en el sur del estado, colindante con Sinaloa, principalmente en la población de Cajeme, ubicada al sur del estado, en donde los homicidios han llegado a niveles históricos.

Aunado a esto, desde hace unos meses se ha desatado una guerra abierta entre el grupo delictivo “La Línea”, brazo armado del Cártel de Juárez que opera en el vecino estado de Chihuahua, y los cárteles de la droga que se encuentran en Sonora, principalmente en la región serrana.

De acuerdo con las últimas estadística de Semáforo Delictivo Sonora, en abril de 2019, los municipios con más homicidios fueron Empalme, Guaymas, Magadalena, Nogales, Cajeme y Hermosillo.

Pero la situación también se ha recrudecido en otros municipios como Agua Prieta, Navojoa, Guaymas y Empalme, poblaciones pequeñas con menos de 200 mil habitantes y colindantes con Sinaloa.

En octubre pasado, hombres armados balearon el domicilio particular de la presidenta municipal de Guaymas, Sara Valle Dessens, mismo municipio en donde han sido acribillados once policías en lo que va del año.

Tras el ataque, Sara Valle, tiene protección de la Marina y de acuerdo con el secretario de esa institución, José Rafael Ojeda, no se descarta que viva en alguna unidad habitacional militar, como ya ocurre con la alcaldesa de Manzanillo (Colima), quien también sufrió un atentado.

La alcaldesa de Guaymas, emanada de las filas del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), había advertido a sus ciudadanos, en junio pasado, que evitaran espacios públicos y de esparcimiento, ante los fuertes enfrentamientos que se han registrado en el municipio.

En agosto del 2019, en calles de la ciudad de Hermosillo, apareció una narcomanta firmada presuntamente por el cártel autodenominado “Pura Gente Nueva” de “Los Salazar”, amenazando a la gobernadora Claudia Pavlovich y a su familia por incumplimiento de “acuerdos”. El mensaje finalizaba con la frase los compromisos “se pagan con sangre”.

Balaceras y una masacre: los casos que enlutaron y llenaron de temor a Sonora

Custodiados por las fuerzas de seguridad mexicanas, miembros de la familia LeBarón lloran a sus muertos en el lugar donde nueve ciudadanos estadounidenses _ tres mujeres y seis niños _ fueron asesinados en una emboscada de un cártel, cerca de Bavispe, en la frontera entre los estados de Sonora y Chihuahua, México, el 6 de noviembre de 2019. (AP Foto/Marco Ugarte)
Custodiados por las fuerzas de seguridad mexicanas, miembros de la familia LeBarón lloran a sus muertos en el lugar donde nueve ciudadanos estadounidenses _ tres mujeres y seis niños _ fueron asesinados en una emboscada de un cártel, cerca de Bavispe, en la frontera entre los estados de Sonora y Chihuahua, México, el 6 de noviembre de 2019. (AP Foto/Marco Ugarte)

Los hechos de violencia más recientes en la entidad ocurrieron la madrugada del pasado lunes 4 de noviembre, cuando un comando armado ingresó a Agua Prieta desatando una serie de balaceras, además de prenderle fuego a un par de viviendas y a cinco vehículos, lo que dejó un saldo de dos hombres muertos y uno más herido.

Horas más tarde, en la zona serrana entre Sonora (Bavispe) y Chihuahua, tres camionetas con igual número de mujeres y 12 niños a bordo, todos integrantes de la familia México-estadounidense LeBarón, fueron masacrados. Cinco de las víctimas murieron calcinadas cuando aún se encontraban vivos, de acuerdo con testimonios de los familiares.

Pese a la brutalidad de los hechos, las autoridades de ambos estados tardaron horas en dar auxilio a los sobrevivientes (seis niños) y a los integrantes de la familia LeBarón que se trasladaron hasta la zona. Fue hasta que llegaron miembros del Ejército y de la Policía Federal, que los heridos pudieron ser trasladados a un hospital para recibir atención médica.

Hasta el momento, una de las hipótesis del gobierno federal señalan a como responsables al cártel de “La Línea” quien se habría enfrentado a la banda criminal de “Los Salazar”.

Este jueves 7 de noviembre, se llevó a cabo un servicio religioso en Sonora para despedir a Dawna Ray Langford y sus hijos Trevor Harvey y Rogan Jay Langford, tres de las víctimas del ataque contra la familia LeBarón.

A los funerales acudió la gobernadora Claudia Pavlovich, quien después de conocerse el ataque sólo tuiteó “Como madre siento coraje, repudio y un profundo dolor por los cobardes hechos en la sierra entre Sonora y Chihuahua. No sé qué clase de monstruos se atreven a lastimar a mujeres y niños. Como Gobernadora toda mi colaboración para que no quede impune y paguen los responsables”.

Este miércoles y jueves, Pavlovich sostuvo reuniones con el gobernador de Arizona Doug Ducey, con la finalidad de reforzar la seguridad en ambos lados de la frontera. Ducey señaló que ante los hechos violentos contra la familia LeBarón, los gobernantes tienen que elegir entre acobardarse o confrontar el crimen, y es justamente la segunda opción en la que coinciden él y la gobernadora sonorense.

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