La corriente oceánica de Florida fluye desde el Estrecho de Florida y recorre la costa suroriental de los Estados Unidos, y su estado de situación es seguido de cerca porque no solo mueve masas de agua. Sus variaciones pueden tener diferentes impactos incluso en el clima global.
Un nuevo estudio científico que fue realizado tras 40 años de monitoreo permitió descubrir que la fuerza de la Corriente de Florida ha permanecido estable, según informaron a través de un reporte en la revista Nature Communications.
Ese descubrimiento resulta alentador desde una perspectiva.
Aunque no llega a desmentir las preocupaciones sobre el debilitamiento general del sistema del que forma parte la corriente de Florida: es la circulación meridional de vuelco del Atlántico, más conocido como AMOC, por sus siglas en inglés. “Cada vez es mayor el interés científico por cuantificar cómo evoluciona la circulación oceánica a gran escala como parte de un clima global cambiante”, argumentaron los científicos.
En julio pasado, como informó Infobae, investigadores de la Universidad de Copenhague habían advertido que la AMOC podría colapsar a mediados de siglo si no se controlan adecuadamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Su colapso tendría serias consecuencias climáticas.
El nuevo trabajo fue realizado por científicos del Instituto Cooperativo de Estudios Marinos y Atmosféricos, la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami, el Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico de la NOAA y el Centro Nacional de Oceanografía de los Estados Unidos.
Antes de hacer el estudio, los investigadores consideraron el creciente interés científico y público por la AMOC. Se trata de un sistema tridimensional de corrientes oceánicas que opera como si fuera una “cinta transportadora” que distribuye calor, sal, nutrientes y dióxido de carbono a través de los océanos del mundo.
Se sabía que los cambios en la fuerza del AMOC podrían afectar al clima global y regional, al tiempo, al nivel del mar, a los patrones de precipitación y a los ecosistemas marinos.
Los científicos, liderados por el oceanógrafo Denis Volkov, se pusieron a reevaluar el registro de 40 años del transporte de volumen de la Corriente de Florida medido en un cable submarino de telecomunicaciones desmantelado en el Estrecho de Florida, que atraviesa el fondo marino entre Florida y las Bahamas.
Por el campo magnético de la Tierra, a medida que los iones salinos del agua de mar son transportados por la corriente de Florida a través del cable submarino, se induce una tensión medible.
Las mediciones del cable se analizaron junto con las mediciones de los estudios hidrográficos regulares que miden directamente el transporte de volumen de la Corriente de Florida y las propiedades de la masa de agua. Además, el transporte se dedujo a partir de las diferencias de nivel del mar a través de la corriente medidas por satélites de altimetría.
“Este estudio no refuta la posible ralentización de la AMOC”, aclaró Volkov. “Demuestra que la corriente de Florida, uno de los componentes clave de la AMOC en el Atlántico Norte subtropical, se ha mantenido estable a lo largo de los más de 40 años de observaciones”.
Con las series temporales de transporte de la corriente de Florida corregidas y actualizadas, “la tendencia negativa en el transporte de la AMOC se reduce efectivamente, pero no desaparece por completo”, señaló.
“El registro observacional existente apenas está empezando a resolver la variabilidad interdecadal, y necesitamos muchos más años de seguimiento sostenido para confirmar si se está produciendo una disminución de la AMOC a largo plazo”, reconoció el científico.
Explicó que comprender el estado de la corriente de Florida es muy importante porque tiene varias utilidades para los seres humanos. Sirve para desarrollar sistemas costeros de previsión del nivel del mar y evaluar la meteorología local y las repercusiones en los ecosistemas y la sociedad.
El hallazgo de que la corriente de Florida se ha mantenido estable ofrece un respiro frente a las predicciones climáticas sombrías. Pero los científicos también admitieron que los registros actuales aún son demasiado cortos para extraer conclusiones definitivas sobre la salud de la AMOC en su totalidad.
Desde 1982, el proyecto Western Boundary Time Series (WBTS) de la NOAA y sus predecesores han vigilado el transporte de la Corriente de Florida entre Florida y las Bahamas a 27°N utilizando un cable submarino de 120 km de longitud combinado con cruceros hidrográficos regulares en el Estrecho de Florida.
Este seguimiento casi continuo ha proporcionado el registro observacional más largo de una corriente limítrofe que existe. A partir de 2004, el proyecto WBTS de la NOAA se asoció con el Programa de Cambio Climático Rápido (RAPID) del Reino Unido y con los programas Meridional Overturning Circulation and Heatflux Array (MOCHA) de la Universidad de Miami para establecer el primer conjunto de observación de la AMOC transcuenca en torno a 26,5N.