La sequía en Ecuador dejó pérdidas por USD 424 millones en 17 años

Solo en 2020 se perdieron más 27.000 hectáreas por los incendios forestales

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La sequía en el Ecuador ha dejado pérdidas por más de USD 424 millones en 17 años. (Foto: Ministerio de Ambiente).
La sequía en el Ecuador ha dejado pérdidas por más de USD 424 millones en 17 años. (Foto: Ministerio de Ambiente).

Por la falta de lluvias, en 17 años el Ecuador perdió más de USD 424 millones por la sequía en más de 505.000 hectáreas. El maíz seco, el arroz, el café y el cacao fueron los productos que más pérdidas registraron. Este último es el quinto producto más exportado del país en lo que va del 2021. Más del 66 % de las hectáreas perdidas por la sequía se encuentran en la región costa del Ecuador.

La sequía representa importantes pérdidas económicas para los agricultores del Ecuador. Un informe del Ministerio del Ambiente señala que, entre 2000 y 2017, se perdieron USD 102 millones solo relacionados con la producción de arroz, más de USD 116 millones en pérdidas de banano (Ecuador es el mayor exportador de banano del mundo), USD 27 millones en pérdidas de cacao y más de USD 13 millones en café. Estos junto con otros productos representan una pérdida de más de USD 424 millones en menos de 20 años.

El gobierno del Ecuador presentó este año el Plan Nacional de Sequía 2021-2030. Bianca Isabel Dager Jervis, viceministra de Ambiente, resaltó que “el Gobierno del encuentro, está desarrollando importantes líneas de trabajo enfocadas a la formulación de políticas públicas que den paso a la implementación de acciones en territorio, y a fortalecer las capacidades de las provincias más susceptibles para con ello construir un Ecuador resiliente y preparado para enfrentar desafíos de carácter climático”.

Este plan, según informó el Ministerio del Ambiente, define los lineamientos oportunos para la generación de planes de acción local que brindan una respuesta efectiva ante este tipo de desastre, por medio de estrategias relacionadas con el fortalecimiento de la adaptación al cambio climático de las comunidades susceptibles.

De acuerdo con el documento gubernamental, en el caso de Ecuador, la problemática de la sequía no es ajena a la realidad presentada a nivel mundial por la relación estrecha que tiene el sistema climático en el desarrollo económico, social y agroproductivo del país. Por tanto, la sequía se ha convertido en sinónimo de desastres, recesión financiera y pobreza, siendo el sector agroproductivo, eléctrico y agua y saneamiento los más afectados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 55 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por las sequías cada año, lo que ha convertido a este fenómeno en un peligro grave para la sostenibilidad de los eslabones que rigen el desarrollo de una nación. Actualmente, la escasez de agua afecta al 40% de la población mundial, y, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hasta 700 millones de personas corren el riesgo de ser desplazadas como resultado de las sequías hasta 2030.

De acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, según se cita en el plan, el Ecuador “presenta el 18% de su territorio nacional con susceptibilidad media alta a sequía, presentando las provincias de Guayas, Manabí, Santa Elena y Loja mayor área dentro de esta categoría”.

Uno de los problemas de la sequía, que afecta a los cultivos, son los incendios forestales. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA) explica que las sequías generan “condiciones ideales” para los incendios. Según la agencia estadounidense, “los árboles secos y la vegetación proporcionan combustible, los bajos niveles de humedad en el suelo y el aire facilitan la propagación rápida de los incendios” y bajo esas condiciones “la chispa de un rayo, fallas eléctricas, errores humanos o incendios premeditados pueden salirse rápidamente de control”.

Fotografía del incendio forestal de Quilanga, en la provincia de Loja, Ecuador. (Foto: Gobernación de Loja/ ARCHIVO).
Fotografía del incendio forestal de Quilanga, en la provincia de Loja, Ecuador. (Foto: Gobernación de Loja/ ARCHIVO).

El Plan Nacional de Sequía define como una de las problemáticas a los incendios forestales y explica que el cambio de uso de suelo para la implementación de área de pastoreo o de producción agrícola, el manejo inadecuado de las quemas, y sumado a esto, las pocas lluvias y las altas temperaturas han causado que “zonas con importancia ecológica y productiva presenten un alto grado de susceptibilidad a incendios, y con ello que poblaciones principalmente rurales se vean afectadas económicamente por las quemas de sus zonas de vida”.

Más de 27.000 hectáreas se han perdido por los incendios forestales en el país solo en el 2020. Entre 2012 y 2019, más del 80% de incendios forestales sucedieron en la región Sierra, un 18% en la Región Costa y menos del 2% en la Amazonia y la región Insular.

En la Sierra, Loja, Pichincha, Chimborazo e Imbabura son las provincias que más áreas verdes y protegidas han perdido durante los incendios forestales y en la Costa, las provincias más afectadas son El Oro, Guayas, Manabí y Santa Elena. Según datos del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, en el 2020 se registraron un total de 2.336 incendios forestales.

El Plan de Sequía señala ocho proyectos para combatir la falta de lluvias y establece metas en los ejes de nivel de gobernanza y gobernabilidad de la gestión de riesgos a sequía, capacidad predictiva del sistema de monitoreo hidrológico y meteorológico, reducción de pérdidas por sequía e inclusión de estos lineamientos en instrumentos de planificación territorial.

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