Meghan Markle y el príncipe Harry siguen generando indignación en el Reino Unido por su costoso estilo de vida que es solventado con el dinero de los contribuyentes. Tras ser el centro de críticas por los más de USD 3 millones que gastaron en su nueva residencia en Windsor, ahora se dio a conocer la abultada cifra que destinan a seguridad.
De acuerdo al tabloide Daily Mail, los duques de Sussex están gastando £ 750.000 de los contribuyentes en protección. Más de 20 oficiales de la Policía Metropolitana y de Thames Valley protegen a la pareja real y a su bebé cuando se encuentran en Frogmore Cottage, al oeste de Londres.
"Es decepcionante ver los gastos reales cuando los presupuestos escolares son austeros, que sigue la norma en la mayoría de los servicios públicos", expresó Lord Adonis, ex secretario de transporte, al citado medio. "Admiro enormemente a la Reina, pero la Familia Real debería liderar con el ejemplo".
Harry y su esposa se mudaron del palacio de Kensington a Frogmore Cottage en marzo, en medio de especulaciones de una mala relación con los duques de Cambridge.
Las labores de renovación de la nueva casa, que se prolongaron por seis meses, costó 2,4 millones de libras de fondos públicos (USD 3,05 millones), según informó la familia real británica.
No obstante, los funcionarios reales admiten que es probable que aumente el costo actual para los contribuyentes ya que aún siguen con las reformas. "Es probable que las renovaciones finales se sitúen entre £ 2,8 y £ 3,2 millones. Sabremos el costo final una vez que se complete todo el trabajo", revelaron al diario.
Frogmore Cottage, una residencia compuesta de cinco unidades separadas muy cerca del castillo de Windsor, a unos 34 kilómetros al oeste de Londres, se convirtió en una sola propiedad para que vivan los duques de Sussex y su bebé Archie, nacido el 6 de mayo.
"Las infraestructuras obsoletas fueron sustituidas para garantizar el futuro a largo plazo de la propiedad", que data del siglo XIX, justificó en rueda de prensa el encargado de la gestión de las cuentas reales, Michael Stevens.
Las obras incluyeron el remplazo de las vigas de madera del techo, así como la actualización de los sistemas de calefacción, electricidad y la instalación de cañerías de gas y agua.
La residencia fue un regalo de la reina de Inglaterra a su nieto. En el mismo terreno Harry y Meghan celebraron la recepción nocturna tras su boda el 19 de mayo de 2018.
Tras conocerse el dinero destinado a la reforma de la vivienda, el polémico presentador Piers Morgan así como ciudadanos desconocidos se mostraron molestos en las redes sociales y aseguraron que los gastos, aprobados por la reina de Inglaterra, no era necesarios. Incluso los fanáticos de la realeza fueron mordaces con el costo de la reforma: "¡Se están aprovechando de nosotros!".
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