Una decisión de los organizadores del Running Festival de Trieste, que se llevará a cabo entre el 3 y el 5 de mayo, causó estupor y desató una ola de críticas y revuelo en la sociedad italiana: por primera vez en la historia de ese evento, anunciaron que no se iba a permitir la participación de ningún atleta de origen africano.
Según Fabio Carini, presidente de APD Miramar (compañía encargada del evento) la medida se tomó porque los corredores de ese continente son víctimas de "managers inescrupulosos" que los explotan para participar de distintas maratones en toda Europa en muy poco tiempo. "El año pasado, el ganador no podía ni pagarse el boleto en tren a casa", justificaron increíblemente desde la empresa que promociona la carrera. "Esto va en contra de su dignidad como deportistas y seres humanos", aseguró también Carini.
Se espera que más de 10.000 personas participen del evento y que cerca de 1500 corredores sean parte de la "media maratón" en la que según los organizadores se trata de la "carrera más panorámica del mundo", gracias a las increíbles vistas del Mar Adriático que ofrece la ciudad del noreste italiano.
Esta será la edición número 24 de una carrera que estuvo siempre abierta a participantes de todo el mundo. De hecho, el ganador de la última edición de la media maratón fue Olivier Irabaruta, un corredor de larga distancia de Burundi, mientras que Elvanie Nimbona -también de ese país- fue la primera mujer en terminar el recorrido de 21 kilómetros en 2018.
Las repercusiones no tardaron en llegar. Isabella De Monte, eurodiputada del Partido Demócrata Italiano declaró: "En Trieste llegamos a las purgas en el deporte: la última expresión de un extremismo que está desnaturalizando la ciudad. Es un hecho grave e indigno". Además, desde su cuenta de Twitter aseguró que la excusa de los managers es "desvergonzada".
Nicola Fratoianni diputado de la izquierda italiana también declaró con indignación que "esto no sucede en el Mississippi de los años 50′, sino en una ciudad capital de la cultura europea como Trieste". Desde las redes sociales, muchos llamaron al boicot, por lo que finalmente los organizadores tuvieron que dar marcha atrás y aseguraron que los atletas de países africanos podrán participar.
Deporte y discriminación en Italia
El hecho ocurre en un país en el que la discriminación en el deporte es moneda corriente: en un partido de fútbol entre Milan y Lazio del pasado miércoles, los "tifosi" del equipo romano le dedicaron cantos xenófobos a Bakayoko (nacido en Costa de Marfil pero ciudadano francés) y Kassé (senegalés), ambos jugadores del equipo del norte. Ese mismo día, los "Ultras" de Lazio entonaron canciones recordando a Mussolini.
En diciembre de 2018, un partido entre el Inter y el Nápoli también fue el escenario de otro hecho lamentable, cuando gran parte de la hinchada del equipo Milán imitaba el sonido de los monos cada vez que Koulibaly tocaba la pelota. Ese día un simpatizante del equipo del sur de Italia murió en las inmediaciones del estadio.
Las maratones en Italia están cargadas de hechos simbólicos, como cuando en 1960 el corredor etíope Abebe Bikila ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma -y marcó un nuevo récord mundial- corriendo descalzo sobre las piedras milenarias de la Via Appia 25 años después de la invasión de su país por parte de las tropas de Benito Mussolini.
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